Trucos para mantener la atención de la audiencia

María Patiño esperando en directo al rey emérito Juan Carlos I

La manera de presentar la información rosa ha cambiado, ya no basta un resumen de lo acontecido y hay que dotar a la crónica de cierta imprevisibilidad de que 'todo puede ocurrir en directo'.

María Patiño conectando este sábado con la casa de la infanta Elena en 'Socialité'
María Patiño conectando este sábado con la casa de la infanta Elena en 'Socialité'
Borja Terán

Sábado. Comienza 'Socialité'. María Patiño conecta con la puerta de la casa de la infanta Elena. Allí, frente al bloque de viviendas cerca de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, se encuentra una reportera del programa del corazón de Telecinco.

Entonces, Patiño afirma que la redactora se ha desplazado hasta esa calle "con la intención de que si al rey emérito se le ocurre ir a visitar a su hija, podríamos hacerle multitud de preguntas". Y, de repente, la redactora empieza a desarrollar todas las preguntas que le harían a Juan Carlos I. No se le queda ni una en el tintero. Una detrás de otra.

Resultado: si no tienes la entrevista más codiciada, pues proyectas la percepción de que puedes conseguir esa exclusiva.  Para lograr este cometido, primero hay que situarse en directo en un lugar físico que hace más tangible lo intangible. En este caso, la casa de la infanta es una localización más empática a ojos del espectador que una fría carretera de asfalto a las afueras de la inmensidad de los terrenos de Zarzuela. 

Es la destreza que han ido incorporando los programas de Mediaset: dar la sensación de que algo grande va a suceder mientras están en emisión, aunque sea obviamente imposible. Por intentarlo, que no quede... Ya de por sí es quimérico que Juan Carlos I pase por ahí justo cuando un programa está en directo en la puerta, pero más inalcanzable todavía es que el rey emérito baje la ventanilla del coche y se ponga a responder un cuestionario a 'Socialité'. Qué más da, en Telecinco se hace realidad ese imposible a través de la especulación del 'y si pudiera pasar'.

Es más, se mantiene ese hilo de tensión abierto durante todo el programa como contrapunto de atención para que el espectador no cambie de canal. Así 'Socialtié' da la vuelta a los magacín de corazón clásicos: ya no sólo se resumen los cotilleos de la semana. El reportero no está sólo para informar, está para llamar al telefonillo de la casa del famoso si hace falta e intentar que lo noticioso acontezca a la hora del programa. 

De esta forma, este fin de semana, el programa de María Patiño ha articulado su interés en diversos puntos en los que desarrollar situaciones en vivo: el hospital donde Pilar Rubio quizá diera a luz en "cualquier momento" a su bebé, la casa de la infanta Elena a la que podría ir en "cualquier momento" el rey emérito... Estamos en la era de la televisión de acción. Con esta destreza de guion, se consigue retener al espectador más impaciente y, por tanto, más infiel a través de la técnica de hacer sentir a la audiencia que todo puede pasar durante la retransmisión del programa. Aunque, realmente, sea imposible y María Patiño se quede en plató esperando eternamente a Juan Carlos I. Es indiferente, el show ya ha transformado la especulación del 'qué pasaría sí' en la propia noticia. 

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