Chicho Ibáñez Serrador solía comparar a un programa con veinte años de vida con un venerable anciano. Explicaba que en términos de edad televisiva dos décadas es mucho, mucho tiempo... 'Operación Triunfo' es, por tanto, un venerable anciano, ya que llegó en 2001. Y 2001 ya no es precisamente ayer. Sin embargo, a pesar de ser un formato veterano, el talent show más mítico de nuestra televisión ha demostrado que una de sus grandes virtudes es que sabe adaptarse como un guante a los tiempos venideros. De hecho, ahí estriba uno de los sustentos de su éxito: su capacidad de tomar el pulso a esa sociedad en la que nos vemos reconocidos. Incluso cuando sufrimos la pandemia de nuestras vidas.
Si el formato de Gestmusic, emitido por TVE, fue pionero en aprovechar las narrativas interactivas y los directos online para atraer a las nuevas generaciones a las galas de la televisión tradicional en 2017, ahora ha tenido que reinventar los conciertos para adaptarlos a la crisis sanitaria. Sólo 6000 personas pueden pisar el madrileño WiZink Center (el antiguo Palacio de Deportes) en los cuatro conciertos que se están celebrando este fin de semana en la capital.
Pero las medidas de distanciamiento no han impedido abrir un palco paralelo, en formato digital. El concierto ‘OT2020: Díselo a la vida’ ha subsanado las limitaciones de aforo de público presencial con la venta de entradas virtuales a 8 euros. También existen otras entradas no presenciales, a 12 euros, con el aliciente de que el usuario aparece en las pantallas de la escenografía del estadio durante el espectáculo a través de su webcam.
Se abre un nuevo escenario en el que indagar en grandes conciertos de artistas de primer nivel. Las entradas de la irremplazable presencia física se pueden complementar con pases a una emisión in streaming. Estos son más económicos, claro, pero a la vez para artistas, organizadores y distribuidores no tienen tope de venta.
El espectador ya no espera al DVD. Ni siquiera a ver la emisión de la grabación del concierto en formato bajo demanda. La audiencia es más impaciente porque cuenta con la percepción de tener tantos contenidos audiovisuales a su disposición que siente que llega tarde y ya ha visto a través de las redes sociales a su artista favorito actuar, al momento, gracias a vídeos colgados por otros usuarios que estaban en el espectáculo en cuestión y lo grabaron con su móvil.
Ahí surge una oportunidad para los artistas, adelantarse a los propios asistentes a sus shows y crear emisiones in streaming en directo que despierten un acontecimiento paralelo para aquellos que no pueden desplazarse al concierto, lo que puede ser otra puerta para sacar más lustre a la inversión en grandes espectáculos de cantantes y grupos de primer nivel internacional. Unas nuevas entradas, las entradas virtuales, que jamás cuelgan el cartel de 'no hay localidades', pues no se agotan, y a las que pueden acceder fans de todo el planeta.
No suplen la experiencia de estar a los pies del escenario, pero si abren una interesante vía de negocio complementaria si se apuesta por una acogedora, efectista y envolvente realización visual en vivo. No vale con una señal de vídeo caótica, hay que dar un contenido de cualité con su prolegómeno que calienta motores e imágenes exclusivas de bambalinas, músico, equipo y público. Y el público presente en el auditorio también lo puede ver por las pantallas.
Este fin de semana, 'OT' ha indagando en este universo con la plataforma Banister y unos concursantes, Anaju, Anne Lukin, Ariadna, Bruno Alves, Eli Rosex, Eva B., Flavio, Gèrard, Hugo Cobo, Javy Ramírez, Jesús Rendón, Maialen, Nia, Nick Maylo, Rafa Romera y Samantha, que han vivido la temporada más extraña del talent. Al fin y al cabo, una vez más y también en esto, OT ha vuelto a radiografiar el sentimiento colectivo. Porque para todos este 2020 es un año oscuro, incierto, duro, extraño. Y de los restos de estas decisiones tomadas para adaptarse a las medidas de seguridad surge un interesante empujón para avanzar con el aporte real, práctico y tangible de las nuevas tecnologías. Quizá con la emisión en directo los conciertos puedan hacerse más grandes y fuertes, complementando la experiencia asistencial con la posibilidad de la emisión in streaming para el mundo en tiempos en lo que todo lo queremos ver al momento en nuestro móvil.
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