OPINION

Por qué el videoclip de 'Tu canción' no representa a Amaia y Alfred

Amaia y Alfred videoclip
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"Amaia y a Alfred les espera una carrera en las que les van a hacer volar... pero mal".

En la industria musical a veces parece que no hay demasiado tiempo para pensar, sobre todo cuando se trata de exprimir un fenómeno televisivo reciente. Hay que hacerlo todo rápido, no vaya a ser que la traicionera audiencia se olvide. Si a eso le sumas la premura que impone un festival como Eurovisión, las prisas se aceleran, pero no la inventiva. Mejor tirar de algunas referencias ya testadas (cojamos un poquito de La la land, que nadie más lo ha hecho, y ahora un poco de Eduardo Manostijeras) y metámoslo todo en una coctelera pero sin salir de un estudio negro, que hay que grabar velozmente.

Y, claro, el resultado es un pastiche de elementos inconexos. No hay historia, no hay concepto, sólo un puzle de imágenes armado sin una idea coherente de base. Es lo que ha sucedido al videoclip de Tu canción, que será la carta de presentación de Amaia y Alfred como representantes españoles de Eurovisión.

Pero con este videoclip, si no conoces la trama amorosa de los dos jóvenes, no te enteras de mucho. Sólo ves un ir y venir de propuestas: que si giran, que si nieva, que se tiran en un sofá, que si intentan volar de la forma más falsa y ortopédica posible... Y, lo que es peor, la propuesta apuesta por una amarillenta fotografía que en vez de resaltar la luminosa juventud de los dos artistas casi les invita a que se hagan una revisión del hígado.

La carrera de Amaia y Alfred va a ser (ya es) un filón económico instantáneo para la discográfica Universal pero parece que Universal no piensa invertir mucho en ellos para así obtener el máximo de rentabilidad. Lo denota el videoclip, que da la sensación de haber sido tratado como un simple trámite y no como un verdadero videoclip. Y lo mismo pinta que sucederá con la propuesta de Lo Malo, de Aitana y Ana Guerra. Las dos obras audiovisuales de promoción optan por un contenido en plató con mínimo esfuerzo, entendiendo que estos chicos por sí mismos ya tienen unos fans tan asentados que no exigen nada más. Pero hasta los cantantes de reguetón más básicos se lo curran más...

Cierto es que la magia y el carisma de Amaia y Alfred son incontestables, sobre todo cuando les vemos aquí en España, pues su presencia va revestida de la carga emocional añadida de haberles conocido y querido en su día a día durante más de tres meses. Pero en Europa no les conocen. Y el videoclip de Tu canción, cortado por un patrón de fábrica de videoclips en cadena y sin personalidad, no ayudará demasiado. Porque lo que se presenta son tres minutos sin capacidad de sorpresa alguna. Si la canción habla de las primeras veces de una historia de amor, este videoclip no cuenta una historia de nada. Sólo presenta un ir y venir de planos tópicamente "bonitos" en un espacio en el que hay un sofá y muchos pétalos.

Toda obra audiovisual debe narrar una historia. Hacer un videoclip no es grabar a un cantante cantando la canción en un estudio negro con cuatro ideas sin coherencia. Los grandes videoclips, esos que recordamos aunque pasen décadas, siempre han defendido un concepto, contando una historia con su comienzo, su desarrollo y su clímax. Pero el vídeo de Tu canción no tiene historia. Y para lograr una historia no hace falta gran presupuesto, pero sí una idea y una personalidad a tono con los artistas. El vídeo de Tu canción no representa lo entrañable de Amaia y Alfred. Incluso los disfrazan de unos adultos que no son en un baile de planos gratuitos, que sólo desprenden artificio olvidable.

Amaia y Alfred han conquistado al público por su química, ya sea ante un piano o mirando los aspersores. Ellos son inteligentes, imprevisibles y también raros. Son especiales, talentosos y diferentes. Y nada de esto aparece en un videoclip que simplemente les muestra como dos ñoños en una interpretación muy básica de la letra. Pero el videoclip también es algo más y es incluso peor: es un videoclip antiguo, acomodado, terriblemente convencional.

Y esto nos remite a 2001-2002, cuando aparecían como churros videoclips de triunfitos. Todos hechos con cero mimo. Porque si comparamos el videoclip de Tu canción con el de María José de Enrique Anaut, quizás no encontremos tantas diferencias más allá del ritmo de la canción y la obvia calidad de imagen. Aquel era igual, Anaut en un estudio con fondo negro cantando la canción sin más.

Analizándolo más, puede que lo más interesante del vídeo de Tu canción sea la metáfora escondida: a Amaia y a Alfred les espera una carrera en la que les van a hacer volar... pero mal.

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