TV3 siempre ha tenido cierto síndrome de BBC. De hecho, por momentos, incluso se ha creído su papel como una BBC catalana. Tanto, que en ocasiones, es difícil que realice autocrítica en la toma de partido en el procés.
Pero esa inspiración en la BBC se traduce también en la apuesta por una moderna linea visual que destaca en emisiones como el informativo de la noche electoral de este 21 de diciembre.
La cadena autonómica catalana ha realizado el programa especial más televisivo de todas las cadenas generalistas: el plató más amplio, la escenografía con la iluminación más elegante y, sobre todo, el aliciente de poderoso grafismo con efectistas elementos en realidad virtual aumentada, al igual que acostumbra la BBC.
De hecho, esta puesta en escena de TV3 sigue claramente los pasos de las líneas marcadas históricamente por la BBC en los escrutinios electorales del Reino Unido. En una noche de reñida información, la autonómica catalana, o televisión nacional como se autodenomina, ha logrado un atractivo envoltorio para explicar lo que ha sucedido en una jornada histórica en la que parece que poco ha cambiado.
Un especial que ha comenzado a las ocho de la tarde con una épica cuenta atrás. También lo ha hecho TVE, pero TV3 ha narrado el tiempo que quedaba para cerrarse los colegios electorales con la emoción de una película de acción. Así se ha visto un épico repaso de emocionantes imágenes de los candidatos y movilizaciones sociales, aderezadas con música que podría ser banda sonora del enésimo episodio de Star Wars.
Pero luego, por suerte, TV3 se relaja para analizar los datos en una mesa de debate y clarificarlos por ese grafismo que imita con elegancia a las noches electorales de la BBC. Una línea gráfica que ha entremezclado la cadena de dos formas.
Primero con unos gráficos comparativos de los resultados, que se sobreimpresionaban en coherencia con el decorado.
Segundo con un gran plató virtual que simula a la Plaza de Catalunya de Barcelona. Todo un acierto de presentación, pues en una primera conexión el canal autonómico ha jugado a dar la sensación de una conexión real con la Plaza de Catalunya -con ruido de fondo incluido- para, más tarde, transformarse el set en un grafismo blanco, en el que se ha ido proyectando el mapa catalán y la distribución de su voto.
TV3 podría haber optado por un simple mapa fijo, pero traslada el grafismo a un decorado virtual en movimiento, que simula un lugar reconocible -la Plaza de Catalunya- para, de esta forma, incorporar unos planos en movimiento que impulsan el ritmo de la emisión. Como si el periodista estuviera en un plató que sobrevuela una ciudad inmaculada.
Porque la información no está reñida con el efectismo televisivo. En TV3 lo saben, y lo han sabido integrar con destreza para hacer más agradable su línea editorial. TV3 no quiere ser cutre, quiere volar a la altura de la BBC. Aunque, a veces, ultimamente muchas veces, se le olvide el pilar de la BBC: la búsqueda de la pluralidad sin contagiarse por trincheras.
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