OPINION

TVE estrena el concurso 'Crush' y pone en evidencia un retroceso de las cadenas de TV en verano

Concurso Crush
Concurso Crush

Un año después de  que se aprobara su producción, TVE ha decidido estrenar Crush, la pasta te aplasta. Porque en este concurso si fallas te cae una caja fuerte encima.

Tras lanzar a los concursantes perdedores al vacío -en Ahora caigo- y explosionar bombas si fallas la respuesta -Boom-, había que buscar otro efectismo para dar una tensión especial al clásico concurso de preguntas de cultura general y respuestas de distensión particular. Así ha nacido este formato de cajas fuertes que van directas a por las cabezas de los concursantes. Pero que nadie se asuste, pues se trata sólo de un truco para engatusar al espectador. Están huecas y el participante desaparece sin daños colaterales.

Juanma López Iturriaga presenta este entretenido concurso que, después de meses metido en el cajón de RTVE, se ha instalado sin mucha pompa en los viernes noche de La 1. Es más, ha terminado evidenciando la decadencia de la televisión veraniega, donde las cadenas lanzan producto de depósito que tenían grabado -y no sabían en qué lugar colocar- en vez de diseñar una refrescante programación para adelantar al rival con contenidos diferenciados que recuerden al espectador que está en verano.

Porque en verano el espectador quiere romper con la rutina. También en televisión. Pero las cadenas ya no distensionan la imagen de su canal en el estío como antes, cuando todos los programas olían a vacaciones, empezando por sus decorados: más frescos, más refrigerantes.

Ni rastro de aires veraniegos en los platós de la televisión. Así pasa en Crush, que sigue con una línea de tonalidades azuladas en su escenografía, que son tendencia en los concursos y que no llaman la atención en el ojo del espectador, ya que parece que está viendo otro programa del montón y que, encima, le recuerda más al invierno que al frescor que merece un viernes de julio. Daños colaterales de una televisión que se ha olvidado de estrategias clásicas en las que se entendía que cuando el calor aprieta el espectador premia al que le ayuda a desconectar. Pero, sin embargo, en los últimos años, la televisión no es aliada para desconectar en vacaciones porque sus propuestas estivales no desengrasan la monotonía del resto del curso.

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