Siria. El gobierno prepara la repatriación de 13 de los 15 españoles que trabajan en la embajada


El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, confirmó hoy que el Gobierno está preparando la repatriación de 13 de los 15 españoles que trabajan actualmente en la embajada de Damasco, una vez que ha decidido suspender las actividades de la legación diplomática.
Durante su comparecencia en la Comisión de Exteriores del Senado, Margallo detalló que actualmente hay quince personas trabajando en la embajada española en Siria, de las que únicamente permanecerán dos en el país.
Se trata, como ya avanzó el martes en la Cámara Alta, de dos funcionarios que a partir de ahora se van a "enclaustrar" en la oficina que tiene abierta la Unión Europea.
Margallo explicó que así podrán seguir defendiendo los intereses de España, a la vez que se hace un gesto de "reprobación" hacia la matanza que se está produciendo en Siria por parte del régimen de Bashar al-Assad.
Después de que el senador de la Entesa Joan Sabaté criticase el cierre de la embajada española en Siria y plantease que España podría jugar un papel de mediador en la zona si se quedase allí, Margallo manifestó que el Gobierno tenía pocas opciones para expresar una protesta contra la violencia siria.
El ministro planteó que había que elegir entre la "intervención militar", para la que no existe el necesario consenso internacional, o la protesta diplomática. Recordó que el embajador español en Siria ya fue llamado a consultas y también se trasladó la protesta española al embajador de Siria en España, sin que ninguna de las dos cosas surtiera efecto.
Por eso, Margallo justificó la suspensión de las actividades en la embajada como la mejor fórmula para dejar patente el rechazo de España a la represión del régimen de Bashar al-Assad y afirmó que "si siguen matando y no haces nada, el tema es bastante absurdo".
Salvo en el caso del senador de la Entesa Joan Sabaté, todos los demás partidos de la oposición expresaron en la Comisión de Exteriores su condena hacia la violencia que el gobierno de Siria está ejerciendo sobre su propio pueblo y emplazaron al Ejecutivo español a proseguir con las acciones diplomáticas para forzar la salida del poder de Bashar al-Assad.
El propio Margallo reconoció que ese era el principal objetivo que se buscaba en Naciones Unidas con la aprobación de una resolución que fue vetada por Rusia y China, lo que por ahora obliga a realizar otro tipo de acciones para frenar la represión violenta.

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