UE continúa en la búsqueda de un sistema mas justo de reparto de refugiados

  • Dividida por la crisis migratoria, la Unión Europea (UE) prepara una revisión de las reglas para recibir refugiados, cuya carga reposa de manera desmesurada en unos pocos países, pero el plan de modificación despierta resistencias en numerosos países.

La Comisión Europea trabaja desde hace meses en esta revisión del "reglamento Dublin" que define que el Estado miembro al que llega un solicitante de asilo es el que deberá tratar la solicitud de protección.

Esto vale, en teoría, para el más de un millón de migrantes que llegaron en 2015 a la UE a través de las costas italianas y griegas. Atenas y Roma, en la primera línea frente al flujo migratorio, piden desde hace tiempo ser descargados de esta responsabilidad: tratar las solicitudes de asilo.

Bruselas prometió para marzo una propuesta legislativa, porque las reglas actuales "ya no funcionan", admitió el miércoles un portavoz.

"Dublin no debe ser más sólo un mecanismo que define las responsabilidades, sino también un instrumento de solidaridad entre los Estados miembros", convino recientemente el comisario europeo a cargo de los temas migratorios, Dimitris Avramopoulos.

Ante los eurodiputados, Avramopoulos defendió un mecanismo de reparto automático de refugiados entre los Estados miembros de la UE.

"Dublin es injusto, pero cuando pedimos mayor solidaridad, los países del Este se oponen, y no sólo ellos", advirtió una fuente europea.

El tema es aún más sensible desde las agresiones que se produjeron en la ciudad alemana de Colonia, que alimentaron la desconfianza de la opinión pública frente a los migrantes.

La prioridad de los países europeos es frenar las llegadas y desalentar a los que buscan asilo con medidas unilaterales, como en Austria en donde el miércoles se anunció una cuota anual.

De hecho, en el terreno, 'Dublin' ya no se aplica más. Los solicitantes de asilo llegados por mar continúan su ruta hacia el Norte, rumbo a Alemania o Suecia, dos países desbordados por las llegadas. Los reenvíos hacia el primer país del bloque al que llegaron, como lo estipula el reglamento de Dublin, ya casi no se producen.

Varios países cesaron de enviar de vuelta a Grecia a los solicitantes de asilo desde que la justicia europea estimó en 2011 que las condiciones para tratar las solicitudes no eran satisfactorias.

La Comisión defiende un mecanismo permanente para repartir entre los 28 estados miembro a los solicitantes de asilo, lo que se traduce por perenizar el plan adoptado a duras penas en 2015 para el reparto de 160.000 refugiados llegados a Italia y Grecia.

El reparto se hace teniendo en cuenta criterios demográficos y económicos de los países. Pero el plan fue denunciado ante la justicia por Hungría y Eslovaquia, y de los 160.000 refugiados que debían ser repartidos entre los 28 sólo 331 solicitantes de asilo fueron efectivamente acogidos en otro país de la UE.

Un mecanismo permanente "es una reflexión útil, pero no debería ser una excusa para que el primer país al que llegan los solicitantes de asilo renuncien a sus obligaciones", agregó una fuente diplomática.

El reparto tal como propuesto por la Comisión haría que Alemania, Francia, España o incluso Polonia, reciban los mayores contingentes de migrantes. Gran Bretaña podría sustraerse a esta obligación, como se lo permiten los tratados europeos.

Algunos críticos de este reparto subrayan además que los solicitantes de asilo se muestran reticentes de ir a un país que no escogieron ellos mismos.

Saben "que los derechos de asilo y las perspectivas de integración son muy diferentes entre los 28", subraya el investigador francés Matthieu Tardis, especialista de migraciones.

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