Finanzas y economía del hogar

Cómo empezar a ahorrar con poco dinero: trucos para reducir los gastos

Controlar los ingresos y los gastos y establecer un presupuesto mensual son claves para ahorrar.

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Imagen de Freepik.

Con un sueldo ajustado parece casi imposible ahorrar. Sin embargo, lo que puede a priori puede parecer una misión hercúlea es más fácil de llevar a la práctica si se adoptan pequeños hábitos y gestos cotidianos que ayuden a controlar el dinero, desde los ingresos y la nómina hasta los llamados gastos hormiga, que son los que acaban haciendo mella al final de mes en la cuenta. 

Lo primero que hay que hacer es establecer un presupuesto mensual con los ingresos a disposición y aplicar una serie de métodos que nos ayuden a organizar los gastos y los pagos, como la regla del 50-30-20, ideada por la académica estadounidense Elizabeth Warren. 

Este sistema consiste en dividir los ingresos en tres partes: el 50% deberá destinarse a los gastos fijos, desde la vivienda hasta la cesta de la compra o la cuota del gimnasio; el 30% a los gastos personales y de ocio, como las cenas o escapadas de fin de semana; y el 20% restante habrá que destinarlo por completo al ahorro. Con un sueldo de 1.000 euros, 500 deberán pagar los gastos fijos, 300 se destinarán al ocio y 200 habrá que ahorrarlos íntegros.

Para guardar el dinero ahorrado se pueden utilizar diversas técnicas: existe la mítica hucha, aunque cuenta con el peligro de que algún mes se eche mano de ese dinero; mientras que por otro lado se puede apostar por abrir una cuenta corriente donde almacenar lo acumulado. Otros métodos con algo más de rentabilidad, pero con la desventaja de no poder disponer del dinero en un corto plazo, son los planes de ahorro con bajo riesgo. 

Reducir los gastos

Ajustar los gastos fijos como el pago de recibos o la cesta de la compra al porcentaje del 50% de nuestros ingresos, se pueden llevar a cabo ciertas modificaciones en los hábitos. Revisar las facturas de luz y agua y ajustar el consumo o la tarifa al uso de la red eléctrica puede ayudar a reducir el coste. 

En la compra, lo más aconsejable es redactar una lista para adquirir exactamente lo que se vaya a consumir, evitando derrochar el dinero en comida que, al final del día, se acabe pasando de fecha en la nevera. Otra gran opción, que además facilita la organización semanal, es el batch cooking: dedicar el domingo a cocinar el grueso de las comidas semanales ayuda a reducir la factura de la luz y a planificar las compras según el menú diseñado. 

En lo que concierne a los gastos de ocio, una de las opciones más habituales es preparar en un sobre el 30% disponible para gastar al mes e ir viendo con el paso de los días cuánto presupuesto queda. Evitar salir a cenar o comer todos los días fuera de casa o eliminar los desayunos en el bar son un modo de cortar gastos diarios que, aunque pequeños, acaban suponiendo una suma importante al final del mes. Por otro lado, escoger bien qué prendas de ropa necesitamos y compramos ayuda a tener un consumo mucho más responsable a la par que alivia el bolsillo.

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