Alfred Nobel, creador de la dinamita y con una peculiar visión de la paz

    • Alfred Nobel se hizo multimillonario gracias a la dinamita, un descubrimiento que rápidamente fue utilizado también al servicio de la guerra.
    • Pensaba que si se descubrían armas con efectos devastadores, las naciones vivirían en paz por temor a que fueran utilizadas.
Alfred Nobel, creador de la dinamita y con una peculiar visión de la paz
Alfred Nobel, creador de la dinamita y con una peculiar visión de la paz
Alfonso López

El Premio Nobel concedido a la OPAQ es, casi con toda seguridad, uno de los que más ilusión le hubiera hecho al creador de los premios Alfred Nobel (Estocolmo 1833-San Remo 1896) a tenor de sus deseos en torno a los premios. Estos deseos de paz quedaron plasmados en su testamento, pero lo cierto es que este científico sueco tiene una historia de paz algo contradictoria a tenor de su trayectoria vital al servicio del armamento.

Hijo de un fabricante de armas, comienza a investigar y experimentar hasta crear un explosivo novedoso en aquella época, la nitroglicerina. Tras vetarse en su país su nuevo invento por un accidente, vende la patente a otras naciones donde comienza a comercializarse.

Nobel prosigue, sin embargo, con sus experimientos para perfeccionar el explosivo, hasta que mezcla la nitroglicerina con tierra de infusorios o con serrín. Así 'toca el cielo'. Alfred Nobel acababa de crear la dinamita.

Ser el inventor de la dinamita le supuso a Nobel el reconocimiento internacional y una enorme riqueza, pero también fue algo que condicionó su pensamiento y el de los demás hacia él.

En 1866 un barco con 200 barriles de dinamita explota en Panamá y mata a 47 personas, 14 más mueren en San Francisco, otro navío estalla en Sidney... La percepción sobre la dinamita como un hallazgo esencial para usos civiles era un hecho, pero el miedo ante tales catástrofes llegó a atemorizar a la gente hasta el punto de que la imagen de Nobel se deterioró a la vez que lo hacía su dañina creación.

El revolucionario invento de Nobel quería servir de utilidad para la sociedad, pero pronto atrajo las miradas de las naciones por su excelente aplicación en tiempos de guerra. Así se utilizó dinamita , por ejemplo, en la Guerra Franco -Prusiana primero por los prusianos , y más tarde también por los franceses.

El invento de Nobel había dado el salto, había pasado al lado oscuro de la paz, se había metido de lleno en la aplicación real y mortal de la guerra.LA EXTRAÑA VISIÓN DE LA PAZ DE ALFRED NOBEL

Pero la visión de Nobel de la paz comenzaba a formarse de una forma extraña. Expresó en varias ocasiones su deseo de producir un material o una máquina que tuviera un efecto tan devastador que la guerra fuera imposible desde entonces por el temor de las naciones de que fuera utilizada.

En 1891 declaró lo siguiente: "Quizás mis fábricas pondrán fin a la guerra: el día en que dos cuerpos de ejército puede aniquilarse mutuamente en un segundo, todas las naciones civilizadas se seguramente retroceder con horror y disolver sus tropas".

A pesar de que años más tarde la historia de Europa quitó la razón al pensamiento de Nobel, Alfred comenzó a trabajar muy activamente en el fomento de la paz mundial, que le llevó a donar una importantísima parte de su gran fortuna, y dedicarla a la creación de los premios que llevan su nombre, y entre los que se encuentra el que debe concederse, según sus palabras, "a quien haya laborado más y mejor en la obra de la fraternidad de los pueblos, a favor de la supresión o reducción de los ejércitos permanentes, y en pro de la formación y propagación de Congresos de la Paz".EINSTEIN Y LA CONCIENCIA DE ALFRED NOBEL

Einstein hizo un paralelismo en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial con la situación de Nobel al afirmar que "Alfred Nobel inventó un explosivo más poderoso que cualquier conocido entonces - un medio sumamente eficaz para la destrucción- Para aliviar su conciencia , instituyó el premio a la promoción de la paz". EL TESTAMENTO DE NOBEL

"El que suscribe, Alfred Bernhard Nobel, declaro por este medio tras profunda reflexión, que mi última voluntad respecto a los bienes que puedo legar tras mi muerte es la siguiente:

Se dispondrá como sigue de todo el remanente de la fortuna realizable que deje al morir: el capital, realizado en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyo interés se distribuirá anualmente como recompensa a los que, durante el año anterior, hubieran prestado a la humanidad los mayores servicios. El total se dividirá en cinco partes iguales, que se concederán: una a quien, en el ramo de las Ciencias Físicas, haya hecho el descubrimiento o invento mas importante; otra a quien lo haya hecho en Química o introducido en ella el mejor perfeccionamiento; la tercera al autor del más importante descubrimiento en Fisiología o Medicina; la cuarta al que haya producido la obra literaria más notable en el sentido del idealismo; por último, la quinta parte a quien haya laborado más y mejor en la obra de la fraternidad de los pueblos, a favor de la supresión o reducción de los ejércitos permanentes, y en pro de la formación y propagación de Congresos de la Paz.

Los premios serán otorgados: los de Física y Química por la Academia Sueca de Ciencias; el de Fisiología o Medicina por el Instituto Carolino de Estocolmo; el de Literatura, por la Academia de Estocolmo; el de la obra de la Paz, por una comisión de cinco individuos que elegirá el Storthing noruego. Es mi voluntad expresa que en la concesión de los premios no se tenga en cuenta la nacionalidad, de manera que los obtengan los más dignos, sean o no escandinavos. Como ejecutores de estas disposiciones testamentarias designo al señor Ragnar Sohman, con domicilio en Befors, Verlandia, así como al señor Rudolf Lilljequist, con residencia en Malmskildnadsgatan 31, Estocolmo, y Bengtfors en las proximidades de Uddevalla.

A partir de ahora, es éste el único testamento con valor legal. Con él quedan sin efecto todas las disposiciones testamentarias anteriores que puedan aparecer después de mi muerte".

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