Cómo lograr una beca para hacer un máster en los mejores centros del mundo

    • Para conseguir una beca y ser admitido en un programa de posgrado en Harvard, Stanford o el MIT no sólo se valora el expediente académico.
    • Hay que superar algunas pruebas escritas, entrevistas personales y reunir una serie de características personales.
Jorge Cosano estudió un MBA en The Wharton School gracias a una beca de La Caixa.
Jorge Cosano estudió un MBA en The Wharton School gracias a una beca de La Caixa.

Muchos jóvenes titulados de todo el mundo desearían ampliar sus estudios en centros de renombre internacional como el MIT, Harvard, Stanford, Columbia, Wharton, Chicago, la Universidad de California, o muchas otras en Estados Unidos, o en Europa, en las británicas Oxford o Cambridge, el IMD suizo, la francesa Insead o la británica London School of Economics, entre otros.

Pero estudiar en estas prestigiosas universidades o escuelas de negocios no es sencillo ni barato para un español. Este tipo de centros suelen recibir al menos entre cinco y diez solicitudes por plaza, los procesos de selección son largos y hay una competencia muy dura entre candidatos brillantes procedentes de todo el planeta.

Además, requieren un importante esfuerzo económico. Hay que abandonar el país durante uno o dos años, que es lo duran los programas de posgrado o doctorado, y hacer frente a unas matrículas con un elevado coste.

Por ejemplo, en el caso de los mejores MBA, suele estar entre 50.000 y 60.000 euros. Además, hay que añadir los gastos de viajes, alojamiento, manutención, etcétera. Es decir, algo al alcance de pocos en nuestro país.Programas de ayudas

Pero en España existen numerosas instituciones que ofrecen ayudas al estudio para que los titulados universitarios de nuestro país puedan ampliar su formación en los mejores centros del extranjero.

Aunque su número se ha visto reducido desde el estallido de la crisis financiera por la desaparición de las fundaciones de varias cajas de ahorros, el número de becas que se convocan cada año es aún importante.

El esfuerzo puede valer la pena. Estudiar en estos centros de renombre internacional supone un salto de calidad en el currículo, además de la experiencia que aporta vivir una aventura internacional durante uno o dos años y hacer contactos con jóvenes brillantes de todos los rincones del mundo.

Algunos ejemplos de españoles que han triunfado después de pasar por este tipo de campus son Javier Solana, José María Castellano, Pasqual Maragall, Mariano Barbacid, Miguel Delibes o Guillermo Fresser.

Para que un mayor número de españoles puedan optar a llegar a estos centros de formación de elites se han puesto en marcha diversos programas destinados a financiar a los estudiantes de nuestro país. La Comisión de Intercambio Cultural entre Estados Unidos y España, conocida como Comisión Fulbright, la Obra Social La Caixa, o fundaciones como la Ramón Areces, Rafael del Pino, Iberdrola, Mutua Madrileña, ICO, Eduarda Justo o Pedro Barrié de la Maza, ponen en marcha todos los años programas de becas que cubren los costes de las matrículas y una gran parte del resto de gastos que implica estudiar en el extranjero.

En estas fechas hay nueve convocatorias de ayudas abiertas para realizar estudios de posgrado en las universidades más prestigiosas del extranjero y otro lo hará probablemente el próximo mes de marzo.

Estas ayudas al estudio permiten cada año a más de 300 jóvenes titulados españoles codearse con la elite mundial de cada disciplina, estudiando en las universidades y centros de investigación del mundo y construyendo una red de contactos internacionales que les son de gran utilidad para su futuro profesional, según aseguran los beneficiarios.Cómo cazar una beca

Pero conquistar una de estas becas no es sencillo. A veces hay hasta 50 solicitudes por plaza, por lo que el proceso de designación de los becarios suele ser muy competitivo. Hay que superar entrevistas personales, realizar un ensayo sobre el proyecto de estudios, conseguir la admisión en un centro de prestigio, dominar un segundo idioma y tener un buen expediente académico.

La mayoría de estas ayudas requieren de una petición de ingreso previa en alguna universidad extranjera, como es el caso de las fundaciones Ramón Areces, Barrié de la Maza o Rafael del Pino. No es así en La Caixa y en Fulbright, en las que la admisión puede ser tramitada con posterioridad a la solicitud de la beca.

Lo normal es que los candidatos soliciten las becas al tiempo que van gestionando la admisión en la universidad. Para recibir una de estas ayudas es importante contar con un buen expediente académico, pero no sólo.

Cada vez se valoran más otros aspectos en los aspirantes, que habitualmente deben pasar una o varias entrevistas con el comité de selección, en las que explica sus motivos para estudiar en el exterior.

También debe detallar su proyecto de estudios y sus planes de futuro en una carta de presentación.

Las ayudas suelen cubrir total o parcialmente la matrícula en el programa de posgrado, alguna cantidad para gastos de viajes y una asignación mensual de al menos 1.500 euros. Una cantidad suficiente según la experiencia de los exbecarios.Los consejos de un exbecario

Jorge Cosano, un cordobés que ha cursado un MBA en una de las mejores escuelas de negocios del mundo, The Whsrton School, da una serie de consejos para ser admitidos en estos centros de elite.

Señala que cada vez los masters más prestigiosos conceden más importancia a las habilidades sociales, no sólo al expediente académico. Y que ponerse la gorra deapplicant -expresión coloquial que se suele utilizar en referencia al proceso de solicitud de un programa máster en una escuela de prestigio- no es tarea fácil porque se trata de un proceso en el que intervienen tantos factores que es difícil conocer cuál será el resultado.

"Podemos dominar algunas de estas circunstancias, como es el contenido de las propias solicitudes, pero otras escapan a nuestro control, como son las políticas de diversidad y cuotas que cada escuela impone. Sin embargo, desde mi experiencia como becario y estudiante de un programa máster en Estados Unidos, creo que hay una serie de pistas que pueden ayudar a aumentar nuestra probabilidad de éxito", explica Cosano, que actualmente es business leader del L'Oreal USA Incubator for New Businesses en Nueva York.

El exbecario de La Caixa recomienda seguir esta estrategia para conseguir una de las becas que permiten ampliar estudios en los mejores centros de formación del mundo:

1. Planifica cuidadosamente los tiempos de solicitud.
El tiempo desde que se pone en marcha el proceso de solicitud hasta que arranca el programa gira en torno al año y medio o dos. La duración dependerá de si se solicitan primero las becas que se conceden con anterioridad a la admisión en las escuelas (ayudas de La Caixa y Fulbright) o si se hace la solicitud -application- primero en los centros en los que se quiere estudiar y después se pide la beca.

Sin embargo, y trabajando de forma paralela en los procesos de demanda de becas y escuelas, un calendario recomendable sería éste:

- Septiembre-diciembre: Preparación de las pruebas requeridas: Graduate Management Admission Test (GMAT) y Test of English as a Foreign Language (Toefl).
- Enero-junio: Preparación de solicitudes para becas de concesión previa -La Caixa, Fulbright- y continuar con las anteriores pruebas si fuera necesario.
- Septiembre-enero: Independientemente de si se ha conseguido o no una de las becas, realizar las solicitudes a las escuelas, preferiblemente en la primera ronda (octubre) o en la segunda (enero).
- Enero-junio: Preparación de solicitudes para becas de concesión con carta de admisión: Fundación Ramón Areces, Caja Madrid y Rafael del Pino.
- Septiembre: Fecha de inicio del programa.

Conviene preparar de forma anticipada todos aquellos elementos de las solicitudes que no dependan sólo de nosotros, como las cartas de recomendación, y dejar márgenes de tiempo para posibles contingencias, como la necesidad de repetir alguno de los test.

2. Investiga en profundidad los valores que guían a cada institución y escuela.
Cada programa de becas para MBAs tiene unos objetivos propios, por lo que sus criterios a la hora de concederlas difieren entre sí. En el caso de las escuelas de negocios este contraste es aún mucho mayor. Aunque existe una serie de valores básicos para todas ellas -liderazgo, integridad, etcétera- cada una hace énfasis en uno o dos, además de poseer valores únicos.

Así, mientras que Stanford destaca por el interés de la responsabilidad social del gestor, Wharton se distingue por la importancia del componente ético de la gestión.

En el tema de las ayudas, lo mejor es hablar con becarios -La Caixa dispone de un directorio online-, mientras que en el de las escuelas, conviene ponerse en contacto con ex alumnos, averiguar todas las presentaciones que ofrezcan y, si es posible, visitarlas. De esta forma, podrá saber si encaja en la cultura de la escuela y realizar solicitudes personalizadas que reflejen su interés real en la misma.

3. Aprende a distinguir los mínimos exigidos de los valores añadidos.
Tanto en la solicitud de becas como de escuelas de admisión existen una serie de requisitos necesarios, aunque no suficientes: un buen expediente académico, una nota mínima en las pruebas, que puede variar dependiendo de la beca y de la escuela, pero que suele situarse entre 650 y 730 puntos (sobre un máximo de 800) en el caso del GMAT, en los centros más reconocidos del mundo (aunque a veces puede entrarse con menos de 600), y de 250 sobre 300 en el Toefl, y un mínimo de dos o tres años de experiencia laboral relevante.

Sin embargo, si se quiere tener éxito en el proceso, será necesario que nos basemos en los valores añadidos que podamos aportar. En el caso de las becas habría que destacar, fundamentalmente, el beneficio que implica para España y la institución la realización de este proyecto de estudios. En el de las escuelas, subrayar el prestigio y la proyección en la posterior carrera profesional como ex alumno.

Los medios con los que contaremos para demostrar estos beneficios serán básicamente el proyecto de estudios (para la petición de becas), los essays (ensayos personales para la solicitud de la escuela) y las cartas de recomendación (en ambos casos).

4. Sé tú mismo.
El proceso de solicitud obliga a realizar una autoevaluación completa de quién es uno mismo, cuál es el balance de nuestros años hasta este momento y qué queremos hacer en nuestra vida profesional, para poder así comunicar de forma consistente a los comités de selección nuestra historia.

Por tanto, realice de forma previa al proceso un ejercicio exhaustivo de autoevaluación, definiendo de forma clara su trayectoria, sus fortalezas y debilidades, aspiraciones futuras, motivaciones para estudiar el programa seleccionado, así como los temas y ejemplos principales que usaremos para comunicar nuestra historia.

Conviene evitar a toda costa iniciar el proceso leyendo ejemplos ajenos que, aunque puedan inspirarnos, nos llevarán inevitablemente a crear clichés y mostrar una imagen que no se corresponderá con quien realmente somos.

5. No escatimes nunca en los recursos invertidos.
El proceso de solicitud supone una inversión mínima sobre la que implica el coste del máster. Aunque no siempre es necesario, si en un momento ve la necesidad de contar con el apoyo de un profesional, bien sea un profesor para preparar el GMAT o de un editor para revisar la redacción de los essays, no lo dude y contrátelo. Contar con esta ayuda en algunos casos puede ser la clave para entrar en la escuela que queremos.

6. Sobre todo, sé constante.
Aunque hay personas que encuentran su camino hacia el máster con facilidad, la experiencia demuestra que la gran mayoría tropezamos con algún escollo (GMAT, la denegación de becas, etcétera). Para superarlo hace falta tener muy clara la visión sobre nuestro objetivo y ser constantes.

Ponerse la gorra del applicant implica mucho esfuerzo y renunciar durante unos meses a buena parte de nuestro tiempo libre. Al principio, sólo pensar en conseguir una beca de La Caixa o Fulbright o ser admitido en una escuela como Wharton, Stanford, Harvard o Kellogg parece imposible.

Pero conforme el proceso avanza y la gorra se va asentando, cada vez parece menos complicado e incluso se aprende a disfrutar del mismo. Al final, en contra de una percepción muy generalizada en nuestro país, realizar un máster en una escuela de gestión de prestigio no es exclusivamente para supermanes de la banca o de la consultoría, sino para todo aquel que realmente tenga un proyecto profesional claro en el que pueda encajar estos dos años de formación profesional y personal.

Mostrar comentarios