Entre dos tierras: los inmigrantes que dejan de ser niños para vivir en la calle

  • La situación de los menores extranjeros no acompañados (MENA) se han convertido en uno de los temas de discusión política en las ciudades de Ceuta Melilla.

    Los vecinos critican que muchos se dedican a la delincuencia y al tráfico de drogas, mientras que las ONG defienden que solo buscan una vida mejor. 

Menores entre dos tierras: los inmigrantes que dejan de ser niños para vivir en la calle
Menores entre dos tierras: los inmigrantes que dejan de ser niños para vivir en la calle
Fidel Raso

Niños entre dos tierras. Así se denomina a los menores extranjeros no acompañados (MENA) que buscan una vida mejor en España y en el resto de Europa. La tutela de estos menores -la mayoría de origen marroquí- corre a cargo de los Gobiernos locales de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, lugares donde la situación de los MENA se ha convertido en uno de los puntos calientes de la política local. Ambas ciudades cuentan con áreas específicas para la tutela, además de centros en los que residen. Pero... ¿Qué está pasando para que muchos de estos menores se estén 'desviando' del camino?.

El incremento de la delincuencia y de los problemas que algunos de estos menores tienen para integrarse ha puesto la voz de alarma entre los vecinos. “Vemos a algunos esnifando pegamento cerca del puerto, algo que no es bueno para ellos ni para los residentes de la zona, puesto que se vuelven agresivos”, explica Mohammed a este medio. Estos menores presentan carencias de escolarización y formación laboral y “su adaptación a la escuela resulta muy difícil; también encuentran un mercado laboral cerrado”, tanto por motivos legales como por la poca cualificación, según fuentes consultadas por lainformacion.com.

Sin embargo, desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), una de sus miembros, Ana Rosado, explica que la situación no es tan grave como relatan algunos: “Es en muchas ocasiones una creencia popular. Dejan de ser niños y directamente viven en la calle y se buscan la vida como pueden. Es como si hubiera una distinción: ellos son marroquíes y nosotros españoles. Incluso se ha denunciado en distintas ocasiones que no puedan acceder a la escolarización”, explica, a lo que añade que a estos menores “se les dan clases particulares y el acceso a la salud tampoco lo tienen garantizado, ni la protección jurídica”.

Rosado señala que el número de menores que residen, según cifras oficiales, en Ceuta y Melilla es de unos 50 en la primera y de unos 90 en la segunda. “Pero las cifras oficiales no suelen coincidir con el número real”, incide Rosado. Y es que, la última vez que APDHA visitó Melilla “había muchos niños en los dos lados de la frontera, muchos intentando entrar”.

Pero no todos ellos tienen tanta suerte. Algunos cruzan las fronteras de las ciudades autónomas escondidos en dobles fondos de vehículos o intentan colarse con pasaportes falsos. Muchos de ellos solo buscan una vida mejor, pero algunos caen en la delincuencia y en el tráfico de drogas por la “falta de implicación” del gobierno de España y Marruecos.¿Cómo entran en España? La falta de oportunidades

La edad de llegada de estos menores se sitúa entre los 14 y 17 años. “La mayoría de estos niños no llegan de la calle, sus familias, con más o menos recursos, tienen viviendas y recursos; pero ellos buscan algo mejor...”, relata un experto. A pesar de ello, la situación que vivían en sus países de origen no es la más adecuada. “En ocasiones, hay familias que pagan a las mafias o simplemente al conductor de un vehículo para que los 'cruce' por la frontera, quieren que sus hijos tengan una vida mejor”.

Pero desde APDHA señalan que este tipo de entradas son minoritarias: "La mayoría cruzan andando la frontera, la Policía se suele fijar en la apariencia del niño, y si va bien vestido, pasa...”. En otras ocasiones son los propios padres los que cruzan con ellos y los dejan “en la puerta del centro de menores”, comenta Rosado.

Para la Asociación andaluza estos pequeños “son muy educados, respetuosos, saludan y buscan una oportunidad de futuro. Quieren salir de Ceuta y Melilla, ir la península y buscar trabajo, nada más”. Por contra, están las críticas vecinales, que dicen que “son un problema para las ciudades”.

Los gobiernos de las ciudades son los encargados de tutelar a estos pequeños, pero “están muy abandonados por la Administración central; que mejore su situación depende tanto de España como de Marruecos”, indica Rosado. En definitiva, “son problemas diplomáticos y de política y siempre pagan los de abajo. Pasa sobre todo en el tema del control de la frontera, tanto con los niños como con los inmigrantes subsaharianos”.¿Qué es un MENA?

En aplicación de la Directiva 2001/55/EC, de 20 de julio, se considera menor extranjero no acompañado al nacional de un tercer país o el apátrida menor de 18 años que llega al territorio de un Estado miembro de la UE sin estar acompañado de un adulto responsable, ya sea legalmente o con arreglo a los usos y costumbres. También se considera MENA al que queda sin la compañía del adulto responsable tras la llegada a uno de los estados de la Unión Europea.

Los menores que entran irregularmente en España proceden de forma mayoritaria del continente africano, en concreto, de las zonas del Magreb y el Sahel. La mayoría de estos menores llegan a España realizando peligrosas travesías, motivados de forma mayoritaria por cuestiones económicas, puesto que manifiestan que vienen con el propósito de conseguir 'papeles' y trabajo y enviar dinero a sus familias.

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