Obama y Putin chocan sobre Siria al abrirse Asamblea General de la ONU

  • Los presidente estadounidense Barack Obama y ruso Vladimir Putin chocaron el lunes por el conflicto en Siria en la apertura de la Asamblea General de la ONU, acusándose mutuamente de impedir avances en su solución.

En un momento histórico, Obama pidió además al Congreso estadounidense levantar el embargo de su país contra Cuba ante la mirada del presidente Raúl Castro, quien participó por primera vez en la gran cita anual de la ONU en Nueva York.

Obama dijo estar confiado en que el Congreso "inevitablemente levantará un embargo que no debería estar más en vigor", provocando los aplausos de las delegaciones de los 193 países miembro de la ONU.

En su discurso más tarde, Castro destacó el acercamiento, pero advirtió que queda "un largo" proceso que solo concluirá con el fin del embargo.

El conflicto en Siria dominó los debates con fuertes discursos cruzados entre Obama y Putin, que se veían las caras en privado por la tarde al margen de la Asamblea General, en una esperada primera reunión bilateral en más de dos años.

"Estados Unidos está preparado para trabajar con cualquier país, incluyendo Rusia e Irán, para resolver el conflicto" en Siria, afirmó Obama en el hemiciclo de la ONU, abriendo la puerta a un diálogo.

Obama trazó sin embargo una línea roja al denunciar a aquéllos que apoyan a "tiranos" como el presidente sirio Bashar al Asad, un dardo directo contra Rusia e Irán por su apoyo militar al régimen de Damasco en esta guerra civil que lleva cuatro años y medio y ha dejado más de 240.000 muertos.

La respuesta de Putin, presente en una Asamblea General por primera vez desde 2005, no se hizo esperar: al subir al podio pidió una "coalición amplia" para luchar contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) y aseguró que el rechazo a cooperar con el gobierno sirio es un "error enorme".

Esta coalición sería "parecida a aquélla contra Hitler" en la Segunda Guerra Mundial y los países árabes "tendrían un papel clave", afirmó Putin, que también coincidía por primera vez con Obama en la gran cita anual de la ONU.

"Sería un error enorme no cooperar con aquéllos que combaten frontalmente al terrorismo. Debemos reconocer que nadie salvo las fuerzas armadas del presidente Asad combaten realmente al Estado Islámico y otras organizaciones terroristas en Siria", agregó.

En otra de las intervenciones más esperadas del lunes, el presidente iraní Hasan Rohani también llamó a un "frente unido" contra el extremismo violento y dijo que su país está listo para ayudar a "llevar democracia" a Siria y Yemen.

"Quisiera invitar al mundo entero, y particularmente a los países de mi región, a constituir un frente unido contra el extremismo y la violencia", dijo Rohani, en su primer discurso en la ONU desde la conclusión en julio pasado en Viena del compromiso sobre el programa nuclear de Teherán.

El presidente francés François Hollande estimó de su lado que una transición en Siria pasa por la salida de Asad: "No se puede hacer trabajar juntos a las víctimas y el verdugo" en Siria, señaló.

Mientras la comunidad internacional no se pone de acuerdo, el EI consolida sus posiciones y mantiene su poder de atracción: unos 30.000 yihadistas extranjeros viajaron a Siria e Irak desde 2011, según responsables de inteligencia estadounidense citados por el diario The New York Times.

La Asamblea General de la ONU comenzó con el llamado del Secretario general, Ban Ki-moon, a Europa a "hacer más" para ayudar a lo millones de refugiados que llegan a sus tierras procedentes de Medio Oriente y África.

"El sufrimiento llega a nuevas alturas", dijo Ban, recordando que en el mundo hay "100 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria inmediata" y "60 millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus viviendas o países".

La primera voz latinoamericana de la jornada fue la de Dilma Rousseff, quien defendió su gestión asegurando que la economía de Brasil "es más fuerte" y superará las "actuales dificultades" de la recesión y devaluación del real.

"La economía brasileña es hoy más fuerte, más sólida y resistente que hace algunos años atrás. Somos capaces de superar las actuales dificultades y avanzar en nuestro camino hacia el desarrollo", afirmó la presidenta.

Otra presidenta cuestionada que habló el lunes fue la chilena Michelle Bachelet, en picada en los sondeos de aprobación en su país por los tropiezos de sus reformas y el escándalo de corrupción de su hijo Sebastián Dávalos.

Bachelet exhortó a "hacer más" por los refugiados que huyen de la guerra y la pobreza en Medio Oriente y África y evitó toda referencia al fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) que declaró su competencia para tratar la demanda de Bolivia para obtener una salida al mar.

De su lado, y en un evento al margen, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció un inédito aporte de 5.000 cascos azules de su país a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en tres años, una medida que será aplicada de "manera gradual".

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