La socialdemocracia se hunde en la Europa del bienestar que ayudó a crear

  • El PSOE, tras el PASOK, es el partido socialdemócrata que más ha caído en Europa, ahogado entre el populismo pujante de Podemos a su izquierda y el centrismo moldeable de Ciudadanos a su derecha.

    De 'popes' como Willy Brandt, Olof Palme, François Mitterrand, Jacques Delors o Felipe González a los 'socialliberales' Renzi y Valls, pasando por el espejismo de la tercera vía de Blair, Schröeder o Zapatero.

Los cinco Secretarios Generales del PSOE durante la democracia.
Los cinco Secretarios Generales del PSOE durante la democracia.
Iñaki Etxarri

El PSOE es el partido socialdemócratra europeo que más apoyos ha perdido en las urnas después del PSOK griego. Un partido, el histórico de Papandreu, que es ya una fuerza insignificante en el país heleno, donde apenas alcanza el 7% de los votos.

El PSOE se resquebraja, como se ha podido ver en la crisis de estos días, que acabó el sábado día 2 de octubre, en palabras del mismísimo Presidente de la gestora que está al frente de los socialistas españoles, Javier Fermández, en "un bochornoso espectáculo". Y en una crisis, por cierto, a la que le cabe el dudoso honor de ser la primera en la historia del socialismo democrático español en la que no se habla de ideas sino, más bien, de sillones.

Y es que los socialistas españoles sufren una caída prolongada después de alcanzar su máximo en 1982 (con un 48%), siendo las dos victorias de Zapatero en 2004 y 2008 una especie de paréntesis temporal. En cualquier caso, el PSOE estuvo por encima de la media europea de la socialdemocracia europea durante el periodo 1982-2011, si bien el impacto de la crisis (y de la reacción de los socialistas ante la misma) ha sido tan enorme que en las últimas elecciones el PSOE aparece ya por debajo de la media europea. Sin banderines de enganche

Parece que conseguidos los grandes objetivos históricos de la socialdemocracia como son las pensiones, la universalización de de la sanidad y la educación públicas, la democratización de la universidad..., la izquierda moderada se ha ido quedando poco a poco sin sus grandes banderines de enganche, hasta toparse con el siglo XXI carente de un relato claro y consistente sobre el sentido de la socialdemocracia.

Durante los años de Zapatero, el PSOE escondió esas carencias con nuevas banderas muy mediáticas pero de alcance más limitado, como la memoria histórica, la ley de igualdad, el aborto o el matrimonio gay. Durante un tiempo le funcionó, pero entonces llegó la crisis de 2010, los recortes y el 15M. La falta de sintonía del PSOE con una nueva generación urbana, defraudada por el choque entre sus expectativas y la realidad económica, las tensiones territoriales en el interior del partido. El surgimiento de Podemos por su izquierda y de Ciudadanos a su derecha hicieron el resto.Caídas generalizadas

Si nos centramos en los años de crisis, el PSOE es el partido socialdemócrata europeo que más ha caído después del PASOK. En 2009, el PASOK consiguió el 43,9% del voto, en 2015 tan sólo el 7%: la caída fue de 37 puntos porcentuales. En 2008, el PSOE ganó las elecciones también con el 43,9% de los votos, bajando en 2016 hasta el 22%, una caída de casi 22 puntos. 

Cabría pensar que el descenso tan pronunciado de la socialdemocracia europea en la fase final de la crisis económica se debe fundamentalmente a los partidos socialdemócratas del sur de Europa, como PSOE y PASOK (el Partido Socialista portugués resiste bastante mejor y, de hecho, gobierna en la actualidad con el apoyo de las fuerzas a su izquierda). Sin embargo, en el centro y norte de Europa se observan experiencias muy llamativas de pérdida de músculo electoral: el SPÖ austriaco llegó a tener el 51% del voto en 1979 y hoy se encuentra en el 27%; el SPD alemán obtuvo el 46% en 1972 y hoy tiene veinte puntos menos, 26%; hasta el SAP sueco, que alcanzó el 50% en 1968, en la actualidad cuenta solamente con un 31% de apoyos.

El Partido Socialista Francés, por su parte, se convirtió en la tercera fuerza en las elecciones regionales del pasado diciembre, tras el Frente Nacional y los conservadores, con apenas un 23% de los sufragios pese a que dos socalistas, François Hollande y Manuel Valls, son los actuales inquilinos del Elíseo y de Matignon. En Italia, Mateo Renzi resiste en el Gobierno y en Gran Bretaña, los laboristas aún mantiene un 30% de apoyo, aunque su líder, Corbyn, es sujetado por la bases del partido frente a los cuadros del partido, que están en su contra. ¿Les recuerda algo?Entre el populismo, el rupturismo y el centro

Lo cierto es que los partidos socialdemócratas acumulan dos décadas de deterioro y ponen en riesgo la viabilidad del proyecto que alumbró la Sociedad del Bienestar. Populismos de ultraderecha, rupturismos de izquierda y centristas devoran su electorado en Alemania, Francia, España o Grecia.

Los socialistas llegaron a copar el 35% de los escaños del Parlamento Europeo en 1994 y hoy apenas tienen el 25%. La crisis socioelectoral va, además, acompañada de la ausencia de liderazgo porque nadie está a la altura de lo que supusieron Willy Brandt en Alemania, Olof Palme en Suecia, François Mitterrand en Francia, Felipe González en España o el que fuera Presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. Incluso, este evidente retroceso en las urnas se maquilla con la capacidad para pactar, que permite a los socialdemócratas ostentar nueve de las 28 Jefaturas de Gobierno de la UE.El desgaste del #bipartidismo en #Alemania es innegable. La caída de la socialdemocracia, brutal via @btwahltrend pic.twitter.com/LGmPkzlNIr— Andreu Jerez (@AndreuJerez) 24 de mayo de 2016

Pero, ¿qué le ocurre a la socialdemocracia europea? Hace años que viene observándose un deterioro transversal, paulatino e incontenible en el proyecto político que contribuyó decisivamente a forjar la Europa que hoy conocemos. La Sociedad del Bienestar y el proceso de convergencia comunitaria implementados tras la Segunda Guerra Mundial no pueden entenderse sin el concurso de esta ideología surgida a finales del siglo XIX, varias veces revisada y hoy en riesgo de quedar relegada a un segundo plano. La mayoría de partidos de ese espectro superó en algún momento el 40-45% de respaldo electoral y hoy se conformaría con alcanzar el 20-25%.Encontrar su espacio

La socialdemocracia pudo imponer sus postulados hace décadas, llevando al centro derecha a abrazar políticas de progreso y redistributivas que apuntalaron el Estado del Bienestar. El fenómeno, consolidado entre la Segunda Guerra Mundial y la crisis del petróleo de 1973, se denominó precisamente "consenso socialdemócrata". Desde la corriente neoliberal, hay quien apunta ahora que ese modelo penalizó a las clases medias y está en el origen del declive del Viejo Continente, mientras sus defensores se apuntan el mérito de haber creado tal clase media al garantizar universalmente las pensiones, la sanidad y la educación. Cuando no tienes que preocuparte por la financiación de los servicios básicos, razonan, es cuando puedes gastar más en ocio o en inversión.

Pero ahora, en la época de la globalización y del 'post estado de bienestar'.... Y de la crisis económica más fuerte, probablemente de la historia, a los socialdemócratas les toca el papel de 'conservar', de preservar lo conseguido décadas atrás, las conquistas sociales, y el mensaje 'conservador', ya se sabe, es menos atractivo para la sociedad que otro más 'propositivo'.Una decisión traumática

Por eso la socialdemocracia debe encontrar otra vez su espacio. Aquí y en Berlín o en Bruselas. En nuestro país, de momento, se enfrentan a la que probablemente sea una de las decisiones más traumáticas de su más que centenaria historia que, dicho sea de paso, está desgarrando el partido en dos: Permitir un Gobierno de la derecha. Aunque quizás, no sea sólo éste el motivo de su declive. Y es que parafraseando y adaptando a las circunstancias aquel eslogan, ya mítico, de la exitosa campaña de Bill Clinton en las elecciones presidenciales estadounidenses de 1992: '¡No es ni Pedro ni Susana... Es la crisis de la socialdemocracia, estúpidos!'

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