Madrid.- El autor de un libro que recoge el archivo del que fuera presidente de la Generalitat Josep Tarradellas ha desvelado hoy que el político catalán rechazó la oferta de presidir en España un Gobierno de concentración tras la dimisión de Adolfo Suárez.
Este libro, titulado "Tarradellas, testigo de España", ha sido presentado esta noche por el autor, Jesús Conte, y por el exministro Rodolfo Martín Villa en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid y no incluye el rechazo de Tarradellas a esa oferta de presidir un Gobierno de concentración porque el autor la ha constatado después de publicar la obra.
Tarradellas lo guardaba todo y, por eso, consiguió reunir un archivo de más de dos millones de páginas que se custodian en el monasterio de Poblet y en las que el autor del libro ha podido bucear para ofrecer en su obra un retrato de España durante una parte importante del siglo XX, de la que fue testigo el dirigente nacionalista.
Según ha explicado el autor, en enero de 1981 Tarradellas viajó a Madrid y se entrevistó con Suárez y varios ministros, entre otras personalidades.
A su regreso a Barcelona, Tarradellas confesó que volvía "muy asustado" y que había notado que algo se movía.
Entre su vuelta a Barcelona y el golpe de Estado del 23 de febrero, Tarradellas recibió en su casa de la Ciudad Condal la visita de tres personas -cuya identidad no ha querido desvelar el autor del libro- que le ofrecen presidir dicho Gobierno, pero el político catalán la rechazó de forma rotunda.
El autor ha aclarado a Efe que en ningún momento Tarradellas sabía que se estaba gestando un golpe de Estado.
Durante la presentación, Conte ha explicado que "hay de todo" en el archivo del político catalán, pero sobre todo "hay historia", recogida en muchas cartas, algunas de hasta 30 páginas, que Tarradellas intercambió con Juan Negrín, Indalecio Prieto, Lluis Companys, el rey Juan Carlos, Adolfo Suárez, Felipe González, Jordi Pujol, Manuel Fraga, Santiago Carrillo o Pablo Picasso, entre otros.
Conte ha resaltado el papel de Tarradellas en el restablecimiento de la Generalitat y el ejercicio de "orfebrería política" que tuvo que realizar y que hoy no hubiera sido posible.
De Tarradellas, el autor ha dicho que "hablaba sin cortapisas", era "obstinado, consecuente y nada frívolo" y también "terco", como demuestra su larga espera para que "alguien de Madrid le llamara".
Aceptó ser marqués para que su hijo viera que merecía la pena un sacrificio de 40 años, ha continuado Conte, quien ha asegurado que Tarradellas huía de lo políticamente correcto, no se andaba con miramientos, era autoexigente, tendía puentes de diálogo y era enemigo de lo primario y amigo de lo profundo.
Quería Tarradellas todo por escrito porque, además, desconfiaba del teléfono. "Era catalán y español al mismo tiempo. Le dolía España y le preocupaba Cataluña", ha precisado el autor antes de señalar uno de los inconvenientes del expresidente catalán: que "estaba fuera de tiempo", además de no haber sabido encontrar "el tono de prudencia".
Conte ha podido reconstruir la historia de este político y la de España gracias a la curiosidad "innata" del propio Tarradellas, que desde los 16 años lo guardaba todo convencido de que la información era poder.
Por su parte, el exministro Martín Villa ha calificado a Tarradellas como un "personaje excepcional" y ha afirmado que "sólo los personajes excepcionales saben gobernar en momentos excepcionales".
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