Guía para seguir una edición espectacular del festival de Eurovisión

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Bakú, 25 may.- El festival de Eurovisión que se celebra esta noche en Bakú, rodeado de un fastuoso despliegue de medios, dejará momentos grandes y pequeños que merece la pena destacar antes de que se enquisten en la retina del espectador como corresponde al mayor y más bizarro show de la televisión europea.

Las autoridades azeríes quieren mostrarle al mundo el esplendor y modernidad de su ciudad. Para ello, han contado con un impresionante edificio, el Crystal Hall, una estrella de luz a orillas del mar Caspio, que se estrena con Eurovisión y que brillará gracias a las 45.000 bombillas que jalonan su exterior.

Atendiendo al eslogan de este año, "Prende tu fuego", un colosal castillo de fuegos artificiales salpicará en su arranque toda la bahía, con el impresionante "skyline" de la ciudad de fondo.

Se verá entonces el escenario que Florian Wieder ha diseñado para la ocasión, con pantallas de LED tan grandes como el ala de un avión. Sobre él, pasado y futuro se darán la mano con una multitudinaria presentación musical con instrumentos tradicionales.

Después llegará, con acróbatas de por medio, la canción ganadora del pasado año, "Running Scared". El joven Eldar, el chico del dúo, presentará la gala junto a las también jóvenes Nargiz y Leyla. Su forma de sostener el micrófono y su exagerada sonrisa pueden herir la sensibilidad del público.

El británico y veterano Engelbert Humperdinck, de 76 años, se desprenderá de sus camisetas de motorista con motivos tribales y se enfundará el traje para iniciar el turno de actuaciones con "Love Will Set You Free".

El lituano Donny Montell, en cuarto lugar, se coló por sorpresa en la final. Analicen qué papel ha jugado en su clasificación su venda de brillantes, la pirueta y si lo que hace es bailar o si sus movimientos de caderas responden a algún tipo de espasmo.

Las célebres abuelas rusas del coro folk Buranovskiye Babushki hornearán pan en sexto lugar. No es una metáfora. Las señoras de la región de Buranovo se han traído el horno de leña a Eurovisión.

Francia recurrirá a la sensual Anggun, de origen indonesio, que aliñará su actuación con un cuarteto de fornidos gimnastas/bailarines, algo parecido a la bella chipriota Ivi Adamou, en octava posición.

El recuerdo de Amy Winehouse planeará sobre el Crystal Hall con la décima artista, la italiana Nina Zilli y su imposible vestido plateado. Atención, porque es una de las favoritas con "L'Amore é Femmina".

A continuación llegará uno de los rivales directos de Pastora Soler, el estonio Ott Lepland, un atractivo rubio de potente voz con su balada "Kuula".

Otro de los guapos oficiales de la velada será el noruego Tooji, de origen iraní, un Justin Bieber más maduro, con mucha coreografía, ritmos a lo Benny Bennasi y apuntes arabescos.

Si escuchan grandes aplausos, es porque a continuación cantará la anfitriona, la azerí Sabina Babayeva, tan natural como el grosor de su labio superior. Si han visto ya "Los juegos del hambre", rememorarán con ella la escena del vestido llameante.

Atravesado el ecuador de las actuaciones, toca "Mandinga everyday". Sin comentarios. Pachanga de los Cárpatos con sabor caribeño-mediterráneo en esta combinación de músicos rumanos y cubanos. Si se confirman los pronósticos, su canción en castellano podría acabar bastante arriba.

Que no les despisten las hombreras militares de la danesa Soluna. Su fresca canción pop "Should've Known Better" se pega más de lo que parece y es otra de las destinadas a figurar alto, como Grecia, que repite el esquema de años pasados con un tema, "Aphrodisiac", que lleva como imagen de fondo una ostra gigante.

Y aquí el festival se vuelve importante. Con una de esas puestas en escena y una canción que se graba en la memoria a la primera, llegará prácticamente a oscuras la gran favorita, la sueca de orígenes marroquíes Loreen, con "Euphoria".

A España -decimonovena- le puede beneficiar salir tras la bizarra actuación de Turquía, aunque a sus vecinos azeríes parece encantarles. Con un vestido de gasa claro e inspiración helénica, de Cañavate, la sevillana impactará con su largo acorde sostenido, coro emergiendo del fondo y ventiladores a plena potencia.

El maltés Kurt Calleja, uno de los más entregados en su movida actuación, dará paso a la macedonia Kaliopi, una celebridad en su país y, después, a los traviesos irlandeses Jedward, que repiten en Eurovisión con sus tupés. Si las rusas se traen el horno, ellos una fuente.

El trío final lo compondrán Serbia, una de las rivales más fuertes de Loreen con la bella pieza de Zeljko Joksimovic, muy del gusto de los más clásicos, la movidita apuesta de Ucrania, con vestido de flecos a lo Salomé, y Moldavia, que puede acabar mejor de lo que parece.

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