Este lunes, una jovencísima Cori Gauff de 15 años daba la sorpresa en Wimbledon al eliminar en primera ronda a la topoderosa Venus Williams, una gesta que hoy protagoniza noticias en los medios de todo el mundo. Este martes, sin embargo, la sorpresa se ha producido en la grada, con una visita inesperada al torneo.
Se trata de Kate Middleton, la duquesa de Cambridge, quien ha acudido por sorpresa al All England Lawn Tennis and Croquet Club, recinto donde se celebra el torneo, para asistir a uno de los partido de la mañana, en concreto, el que enfrentaba al británica Harriet Dar con la estadounidense Christina McHale. Y, para esta aparición, ha vuelto a dar una lección de estilo.
La duquesa ha seguido el estricto protocolo de vestimenta que la organización impone a los jugadores -tienen que ir de blanco impoluto, pero no los asistentes- y ha lucido un vestido blanco abotonado de corte midi con un cinturón negro y un bolso tipo cesto de rafia, tendencia total cada verano. El traje le sentaba como un guante y es que está hecho a medida por una de las modistas de vestidos más conocida entre la alta sociedad británica.
Se trata de una creación de la marca Suzzanah, de la diseñadora Suzannah Crabb, especializada en este tipo de vestido de inspiración vintage. En concreto, el de Kate corresponde a la línea denominada 'Tea dress' o 'vestidos para tomar el té', cuyo precio rozan las 1.000 libras, unos 1.100 euros. Los complementos, por su parte, estaban firmados por su firma de cabecera, Alexander McQueen.
La duquesa ha visto el partido en la grada, en lugar del palco de honor, junto a dos tenistas británicas, Katie Boulter y Anne Keothavong, con las que ha compartido risas y confidencias, lo que revela que mantienen una amistad. Para ver el encuentro entre las alemanas Tatjana Maria y Angelique Kerber ya se ha ocupado su sitio en el palco principal.
Kate es una gran aficionada del tenis, tanto es así que es presidenta de honor de la Lawn Tennis Association, el organismo por el que se rige este deporte en las islas británicas. De hecho, no fue hasta que tuvo a su tercer hijo, Louis, cuando renunció a su licencia como jugadora federada. De ahí que sea fija todos los años en Wimbledon. De hecho, el pasado año acudió con su cuñada Meghan Markle, que ahora está de baja por maternidad y con la que parece que ya no guarda la misma relación.
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