La Galería Manuel Barbié de Barcelona revisita la obra cubista de Juan Gris

  • Barcelona.- El gouache "Nature morte" (1909), una de las primeras naturalezas muertas de Juan Gris, destaca en la exposición retrospectiva que desde hoy dedica la Galería Manuel Barbié al artista español cubista, en la que se exhiben una veintena de obras del pintor.

La Galería Manuel Barbié de Barcelona revisita la obra cubista de Juan Gris
La Galería Manuel Barbié de Barcelona revisita la obra cubista de Juan Gris

Barcelona.- El gouache "Nature morte" (1909), una de las primeras naturalezas muertas de Juan Gris, destaca en la exposición retrospectiva que desde hoy dedica la Galería Manuel Barbié al artista español cubista, en la que se exhiben una veintena de obras del pintor.

La selección de las obras ha corrido a cargo del antiguo director del IVAM y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, quien ha señalado que "Juan Gris sigue siendo un secreto 'a voces' entre los grandes del cubismo".

De hecho, ha recordado Bonet, "tuvieron que pasar 56 años después de su muerte para que en 1982 su ciudad natal, Madrid, le dedicara una amplia exposición antológica".

Bonet atribuye este olvido, en gran parte al franquismo, si bien, subraya que "la República tampoco hizo nada por difundir la obra de Gris y la primera incorporación de una obra suya a las colecciones públicas españolas se produjo en 1977".

La exposición, que estará abierta al público hasta el 2 de julio, reúne óleos, dibujos y gouaches fechados entre 1909 y 1926, que abarcan la totalidad de la actividad artística de Gris.

El recorrido se abre, precisamente, con "Nature morte", "sin duda una de las primeras naturalezas muertas de Gris durante sus primeras experiencias en el mítico Bateau-Lavori de París, que refleja la influencia de Cézanne".

Otros dos dibujos excepcionales, fechados en 1910 y 1911, reflejan la primera interpretación de los postulados cubistas que Juan Gris asumió en sus encuentros con Pablo Picasso y Georges Braque en el cenáculo cubista.

Entre estas piezas figura "Portrait de Legua", un estudio preparatorio para el óleo homónimo conservado en el Metropolitan Museum de Nueva York, que es además uno de sus primeros retratos conocidos.

Tras estas obras del período parisino, se puede contemplar la composición cubista "Compotier et verre" (1916), que Bonet sitúa en la estela del "ascetismo zurbaranesco cercano al Siglo de Oro español".

Varias piezas de la muestra aparecen fechadas en 1918, "año decisivo en la producción de Gris, pues supuso un punto de inflexión en su carrera".

De esta etapa se exhibe el dibujo "Nature morte - verre", "un estudio original para una de las litografías originales que acompañaban la publicación del poemario de Paul Dermée, "Beautés de 1918", así como el óleo "Verre et carafe" y el bodegón "Le table devant le bâtiment".

Otro dibujo de la exposición "Paysage" (1918) alude a una temática, recuerda el comisario, "prácticamente inexistente en la producción de Gris", en un momento en el que el artista se libera definitivamente de los postulados cubistas para sumergirse en su nueva y particular exploración de la vertiente sintética.

Del período sintético destaca el bodegón "Guitare et compotier", realizado en Céret en 1921, que sorprende por su "luminosa paleta", lejos de los axiomas cubistas más ortodoxos.

"Le paquet de tabac", "Pipe et verre" y "Les trois masques" son tres piezas de 1923 que remiten a un momento especialmente productivo del artista madrileño, en el que también colabora en diversos proyectos del director de los Ballets Rusos Sergei Diaghilev.

Según Bonet, en "Les trois masques" Gris recurre al tema de los arlequines, "tema que retoma de su pasado simbolista cuando trabaja para la publicación Blanco y Negro, y con el que mantiene una conexión con los poetas".

La colaboración con poetas y literatos contemporáneos queda plasmada además en el dibujo "Nature morte au compotier, broc et assiettes", en este caso para la portada de "Le casseur d'assiettes", firmado por Armand Salacrou.

De todos los cubistas, Juan Gris, sostiene Bonet, fue "quizá el que más absorbió de la poesía y los objetos de sus cuadros se disponen como si mantuvieran entre sí un juego de rimas".

El lienzo "Nature morte a l'oeuf", realizado en 1926 ya en su período de madurez, sirve de colofón de la exposición.

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