Las mansiones que Isabel Pantoja ha perdido por sus problemas judiciales

Isabel Pantoja concursará en 'Supervivientes 2019'. Es probablemente la frase más escuchada de la semana, pues la noticia bomba que publicaba 'Semana' hace unos días en primicia ha acabado siendo verdad, y Telecinco se ha apuntado el mayor tanto televisivo del año. La cantante participará en el duro 'reality' y su salto desde el helicóptero ya se espera con ansiedad. Pero quizá esta noticia no sea tan feliz para ella.

Porque Pantoja llega a 'Supervivientes' acechada por las deudas que todavía acumula por los problemas judiciales y con Hacienda que ha tenido en los últimos años. Desde que fuera acusada de blanqueo de capitales en el año 2007, su situación económica, que era muy boyante entonces, ha ido empeorando progresivamente, sobre todo una vez que entró en prisión en 2014, ya que tuvo que dejar de trabajar durante más de dos años. Todo ello ha hecho que en ese tiempo las deudas hayan crecido, haciendo que para saldarlas -en parte- haya tenido que deshacerse de su impresionante patrimonio inmobiliario.

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Todavía mantiene la joya de la corona, la finca 'Cantora', la cual le dejó Paquirri en herencia y de la que actualmente posee el 53%, pues el 47% restante pertenece a su hijo Kiko. Pero esta propiedad corre peligro, pues pesa sobre ella un embargo preventivo de Hacienda por valor de más de 4 millones de euros por irregularidades en la declaración de la renta, una cantidad que de no ser saldada podría hacer que la finca saliera a subasta pública.

Se trata de una hacienda de 370 hectáreas situada en Medina-Sidonia (Cádiz) distribuidas en un terreno de monte, dehesa y cultivo de secano que cuenta con un almacén de 731 metros cuadrados, una plaza para tentar reses de 810 metros cuadrados y varias cuadras que suman 690 metros cuadrados. Además, la casa principal tiene unas dimensiones de 1.000 metros cuadrados. Una joya inmobiliaria que ya intentó vender por 7 millones de euros hace unos años para saldar su deuda con Hacienda sin éxito.

Según han señalado varios medios en el último mes, Isabel querría vender la finca y mudarse a vivir a Madrid, no obstante no sería tan fácil encontrar comprador para una finca sobre la que hay tales deudas y de esas dimensiones. Por lo tanto, puede que redefina su estrategia y opte por conservarla si el dinero que gane en 'Supervivientes' -se especula con que tendría un caché de unos 80.000 euros a la semana- le ayuda a saldar parte de la deuda, porque completamente es complicado.

Pero 'Cantora' es solo el bastión que sobrevive a la purga que ha tenido que hacer la tonadillera de su patrimonio inmobiliario. En los últimos años se ha desecho de dos mansiones que eran su orgullo hace muy poco. Quizá, la más emblemática sea la que tenía en Marbella, en la urbanización de 'La Pera', que durante su relación con Julián Muñoz fue conocida como 'Mi Gitana'. 

Esta casa fue demolida hace dos años, una imagen que simbolizaba la caída del imperio que el exalcalde y Pantoja llegaron a tener en la ciudad malagueña. La cantante compró esta casa en el año 2004 por 3,36 millones de euros a través de su sociedad Panriver -cuyo último balance de cuentas data de 2011 y registra unos ingresos de casi un millón de euros, un beneficio de más de 200.000 euros y un activo de 5,2 millones-, pero la tuvo que vender 10 años después por mucho menos dinero acuciada por la necesidad de liquidez.

Fue durante el tiempo que pasó en prisión cuando su hermano Agustín se encargó de vender la casa que provocó su caída en desgracia -para comprarla supuestamente blanqueó 52.000 euros del dinero procedente de las actividades ilícitas de Julián Muñoz- por mucho menos de lo que pedía. En concreto, casi la mitad, pues quería 3,8 millones pero se tuvo que conformar con 2. Y es que sobre la vivienda pesaba un embargo de Hacienda de 1,8 millones, de ahí la necesidad de darle salida cuanto antes.

Pero la operación también estuvo salpicada de posibles irregularidades, porque se traspasó a una sociedad opaca ubicada en Jersey. Aunque el comprador titular era la firma Grand Fashion Banús SL, esta realmente fue creada una semana antes por el propietario real, que procedía del mencionado paraíso fiscal. Si bien el uso que este misterioso dueño iba a dar a 'Mi Gitana' no era el de residencia, pues al tiempo no dudó en demoler esta casa de ocho dormitorios levantada sobre una parcela de 3.500 metros cuadrados para construir dos viviendas y venderlas.

Pero esta no es la propiedad que más pena le habría dado a la cantante tener que abandonar. Porque la verdadera casa de sus sueños es la que tenía en Madrid, en la elitista urbanización de La Moraleja. En ella Pantoja vivió sus momentos más felices, cuando todo lo que hacía era un éxito y encadenaba una gira con otra llenando todos los conciertos. Para ella esta casa en la capital era realmente su cuartel general, mucho más que 'Cantora', y además le daba el 'glamour' que una estrella como ella merecía, pues vivía rodeada de otras famosas de su nivel, como Rocío Jurado o Concha Velasco.

De nuevo, su situación procesal y las deudas le obligaron a deshacerse de ella también a un precio muy por debajo del deseado. Adquirió el terreno en los 90 y levantó la casa a su gusto por una cantidad que rondaba el medio millón de euros. Finalmente, aunque pedía por ella 4 millones, tuvo que conformarse con 1,5 millones en el año 2015. La vivienda tiene más de 1.000 metros cuadrados edificados, cinco dormitorios, seis baños, piscina, jardín y gimnasio. Una casa con todas las comodidades que fue mucho más que un hogar pero que no pudo salvar.

La cantante todavía mantiene una de las viviendas que compró en su época más álgida cuando era pareja de Julián Muñoz. Isabel siempre ha sido una enamorada de la romería de 'El Rocío', donde presumía de su amor con el entonces alcalde de Marbella. Por eso, en 2001 no dudó en hacerse con una de las casas del poblado onubense, una propiedad de 400 metros cuadrados que le costó 93.000 euros.

En ella daba las mejores fiestas de 'El Rocío' y solía ser lugar habitual de muchos rostros famosos a los que invitaba. Si bien con su caída en desgracia dejó de usarla y lleva más de una década sin acudir, aunque su hijo Kiko e Irene Rosales sí la han utilizado hace un tiempo. Pensó en venderla hace unos años, pero finalmente la ha conservado, aunque sobre ella hay deudas. Porque la tonadillera debería 40.000 euros a la comunidad de vecinos.

Su hijo también tiene una vivienda que le está dando muchos problemas. Aunque tiene su residencia fijada en Sevilla, el 'dj' compró en 2009, en plena burbuja inmobiliaria, un 'loft' en San Sebastián de los Reyes (Madrid) con piscina y una plaza de garaje por 338.000 euros. Pero nunca dio el uso suficiente a la casa y hace unos años la puso en venta por 250.000 euros, aunque aún no ha encontrado comprador.

Además, sobre ella hay otro embargo de Hacienda por un valor cercano a 60.000 euros, cantidad que se ha reducido considerablemente pues llegó a ascender a 198.000 euros. Por otro lado, Kiko también tendría una deuda con la comunidad de vecinos cercana a los 25.000 euros. Ya cuando la compró tenía una carga de 8.000 euros pendientes, la cual ha ido subiendo con el paso de los años porque nunca ha abonado la mensualidad de la comunidad. Para más inri, ha llegado hasta a tener ocupas en el piso, los cuales lo habrían prácticamente destrozado.