El director de UNICEF en esta región, Geert Cappelaere, ha denunciado que los niños han sufrido "niveles de violencia sin precedentes" y han visto "horrores que nadie debería presenciar". "Los líderes mundiales deben hacer mucho más para poner fin a la violencia, por el bien de los niños y las niñas y su futuro", ha reclamado en un comunicado.
Casi 12 millones de niños sirios necesitan ayuda, bien en su país o en las naciones de acogida. Además, unos dos millones viven en zonas de difícil acceso o sitiadas en Siria y han recibido una asistencia humanitaria limitada durante varios años.
En Irak, cinco millones de niños requieren asistencia y necesitan agua, alimentos, refugio y educación, especialmente a raíz de la intensificación del conflicto en ciudades como Mosul y Tal Afar, según el informe de UNICEF.
La falta de suministros y servicios básicos se repite también en otros casos como el de la Franja de Gaza, donde los casos de diarrea infantil se han duplicado en sólo tres meses a medida que se ha reducido el acceso al agua en un 30 por ciento, y en el de Yemen, donde el cólera ha terminado de agravar las necesidades de un país en guerra.
Cappelaere ha lamentado que la guerra "sigue robando su infancia a millones de niñas y niños" y ha avisado de que los progresos logrados durante las últimas décadas podrían "revertirse", especialmente porque "no se vislumbra el final de estos conflictos" y los recursos económicos de las familias están ya "bajo mínimos".
"Muchas de las familias no tienen más opción que enviar a sus hijos a trabajar o casar a sus hijas demasiado jóvenes. El número de niños que se une a los combatientes ha aumentado a más del doble", ha afirmado el responsable de la organización.
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