Perú elegirá como presidente a un descendiente de inmigrantes

El próximo presidente de Perú será descendientes de inmigrantes: el balotaje del cinco de junio definirá si el honor recae sobre Keiko Fujimori, de raíces japonesas, o en Pedro Pablo Kuczynski, de ascendencia europea y cuyo padre huyó del nazismo.

Si las urnas ratifican el último sondeo de Ipsos del domingo, que otorga 45,9% de las preferencias a Keiko y 40,6% a Kuczynski, la hija del expresidente Alberto Fujimori, que gobernó con mano firme entre 1990 y 2000, tiene altas probabilidades de convertirse en la primera mujer en gobernar Perú.

Una eventual victoria de Keiko colocaría por segunda vez en la presidencia peruana a un candidato con raíces asiáticas, desde que en 1990 un casi desconocido hijo de japoneses, Alberto Kenya Fujimori Fujimori, le ganó al ya famoso Mario Vargas Llosa en una elección que consagró en política el rostro multicultural y mestizo del país.

La paradoja del retorno de un miembro del clan Fujimori al poder, para algunos peruanos de a pie, transmite el mensaje de que Keiko, de 41 años, está más allá del bien y el mal: no la perjudica que su progenitor cumpla desde 2009 una condena a 25 años de prisión como autor intelectual del asesinato de 25 personas a manos de un escuadrón de la muerte en el marco de la lucha contra Sendero Luminoso.

Por el contrario, Keiko se beneficia de una acendrada percepción popular sobre la comunidad peruano-nipona: son perseverantes y disciplinados, características que auparon a su padre al poder. El fardo que representa la corrupción que ensombreció el gobierno de su padre parece no mellar su liderato.

"La comunidad nikkei peruana es la segunda más numerosa de América Latina, luego de Brasil. No hay datos oficiales pero se calcula actualmente entre 80 y 90 mil personas, incluyendo a los aproximadamente 30 mil nikkei peruanos en Japón", aseguró a la AFP Harumi Nako, vocera de la Asociación Peruano-Japonesa.

"Es una comunidad abierta e integrada al país", destaca Nako, para explicar la buena percepción de la que gozan en un país donde conviven diversas razas desde la conquista española en el siglo XVI, la llegada de esclavos africanos y la ola de migrantes chinos y japoneses en el siglo XIX.

Si bien Keiko Fujimori, quien pertenece a la generación "sansei" (nietos de inmigrantes), mantiene un relación pasiva con la comunidad nipona, una victoria suya no pasará desapercibida en ese colectivo que vive del comercio y la industria.

La comunidad nipona ha dado un salto en algunas de sus costumbres tradicionales en el último cuarto de siglo y hoy es común ver matrimonios interétnicos.

El caso de Keiko Fujimori, cuyos padres Alberto Fujimori y Susana Higuchi son hijos de japoneses, es un ejemplo de esa apertura. Keiko se casó en 2004 en Lima con el ítalo-estadounidense Mark Villanella, bajo el rito católico.

Y, si la suerte le sonríe, el veterano político, exbanquero de Wall Street y funcionario del Banco Mundial Pedro Pablo Kuczynski, podría ser el primer peruano en llegar al poder con un singular lazo con el cine: está emparentado con el cineasta francés Jean-Luc Godard y la actriz estadounidense Jessica Lange.

De padre alemán de ascendencia polaca y madre franco-suiza, PPK, como le gusta ser llamado, ha manejado siempre con discreción su entorno familiar hasta que en 2011, cuando postuló por vez primera a la presidencia, se empezaron a filtrar algunos detalles de su intensa biografía.

Uno de ellos tiene que ver con su madre, Madeleine Godard, una maestra francesa que le inculcó el amor por la filosofía, la lectura y, sobre todo, la música, como él mismo lo ha recordado más de una vez.

"Somos primos, pero nos hemos visto muy poco", dijo a la AFP durante la campaña de 2011 sobre si existía algún parentesco con el director de 'A bout de souffle', 'Alphaville' y 'Pierrot le Fou', entre otras películas.

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