Coronavirus

Así favorece la propagación del virus el humo al fumar sin guardar la distancia

El ministerio de Sanidad ha prohibido esta actividad en la vía pública o al aire libre si no se mantiene la distancia porque aumenta el riesgo de contagio.

El Ministerio de Sanidad prohíbe fumar en la calle
El Ministerio de Sanidad prohíbe fumar en la calle, tras el acuerdo con las CCAA.
EFE

La última medida aprobada para combatir la Covid-19 pone el foco en las personas fumadoras y su insalubre afición. El Ministerio de Sanidad, con el apoyo de todas las comunidades autónomas, ha decidido prohibir esta actividad en la vía pública o al aire libre si no se puede guardar la distancia de seguridad de dos metros por el mayor riesgo de contagio que puede suponer. En concreto, el riesgo se produce por la expulsión de partículas que pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión.

El peligro no se da solo al fumar tabaco, sino también en cualquier dispositivo electrónico. Tanto al fumar como al vapear, "se expulsan gotas respiratorias, aerosoles, que se quedan en el aire y es más probable que lleguen a otras personas y que se contagien”, si la persona está infectada, explica Beatriz Linillos, investigadora del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. 

El virus no se encuentra en el aire, según evidenció un estudio reciente, por lo que al estar en ambientes abiertos estamos "más protegidos". Sin embargo, al fumar introducimos otro factor de riesgo: "En los ambientes cerrados hay mayor carga viral, pero en los exteriores, donde se supone que estamos más protegidos, al fumar estás metiendo otro factor más porque esas partículas se propagan también por el aire con el humo del tabaco  y llega a más gente", explica Linillos. 

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ya advirtió hace unos meses sobre este riesgo, recomendando evitar fumar en terrazas y espacios públicos. Las gotitas respiratorias, partículas diminutas, invisibles al ojo humano y que también se expelen al hablar, toser, estornudar o respirar, pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro. Según señaló la SEPAR, estas partículas pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión y alcanzar hasta los dos metros de distancia, lo cual les permite ingresar en las vías respiratorias de las personas del entorno y contaminar superficies donde pueden permanecer durante horas en función del tipo de material.

En ese sentido, el doctor Signes-Costa, coordinador del Área de tabaquismo de SEPAR, afirmó que "la evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies por lo que nuestra recomendación ahora más que nunca es no fumar".

El riesgo no es solo para las personas de alrededor, sino que el propio fumador se expone en mayor medida al contagio porque al fumar "te tocas mucho tanto los ojos como la boca y es otra forma más de propagación", añade Linillos. Además, el uso obligatorio de la mascarilla obliga a la persona a manipularla, quitándosela y poniéndosela, por lo que puede contaminar esa protección. 

¿Fumar agrava la enfermedad?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha confirmado que existan evidencias científicas de que los fumadores tengan mayor riesgo de contagiarse, aunque sí afirma que "el uso de productos de tabaco puede aumentar su probabilidad de contraer la Covid-19". En ese sentido enfatiza en que "el tabaco debilita su sistema respiratorio y lo hace más vulnerable al virus". 

La OMS advierte que la Covid-19 es una enfermedad infecciosa que ataca los pulmones y que el tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. "Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la Covid-19", añaden. 

El SEPAR también afirma que las sustancias tóxicas del humo del tabaco disminuyen las defensas de los pulmones. Ello facilita que los virus y las bacterias puedan infectar los pulmones de un sujeto fumador con mayor frecuencia que los de uno que no consume tabaco.

La posición de la OMS frente al consumo de tabaco es contundente y rechazan los estudios que afirman que la nicotina contiene propiedades preventivas frente a la Covid-19. Sobre estos estudios, ruega a los investigadores, científicos y medios de comunicación "a ser prudentes y evitar difundir la idea no probada de que el tabaco o la nicotina podrían reducir el riesgo de padecer Covid-19". Además, acusan a la industria tabacalera de crear "controversia y confusión" sobre los riesgos que enfrentan los fumadores ante este virus.

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