De coches fúnebres tirados por caballos a elegantes Rolls Royce en miniatura

  • Coches fúnebres tirados por caballos, Cadillacs funerarios, elegantes Rolls Royce, clásicos Ford y Volkswagen componen una singular flota en miniatura, la que forman los 130 vehículos fúnebres que Jose María Baena lleva 30 años coleccionando y que se muestran ahora en el Tanatorio de Palencia.

Almudena Álvarez

Palencia, 20 oct.- Coches fúnebres tirados por caballos, Cadillacs funerarios, elegantes Rolls Royce, clásicos Ford y Volkswagen componen una singular flota en miniatura, la que forman los 130 vehículos fúnebres que Jose María Baena lleva 30 años coleccionando y que se muestran ahora en el Tanatorio de Palencia.

Una colección poco habitual pero sí sorprendente y singular que, lejos de ser triste y luctuosa, despierta la curiosidad de todos los que la admiran a pesar de su contenido mortuorio, dice a Efe su propietario, José María Baena, un prejubilado de Aena, apasionado de los coches en miniatura.

En su casa de Barcelona junta una colección de 2.500 piezas, turismos, camiones, coches de bomberos y ambulancias llenan estanterías de pasillos y habitaciones, con permiso de su mujer.

Ella fue la que le regaló el primer coche fúnebre, un Rolls Royce en miniatura con el que abrió la puerta a una pasión nueva por la que Baena dejó de lado al resto de su flota automovilística.

"Desde que mi esposa me regaló uno, hace 30 años, me he dedicado a buscar y coleccionar coches fúnebres", explica Baena.

Una "curiosa obsesión" que le ha llevado a reunir una colección "única" en España, formada por 130 vehículos fúnebres, entre los que hay de todo, clásicos, modernos y antiguos, más o menos lujosos, tirados por caballos, Cadillacs funerarios de la época de Elvis Presley, elegantes Rolls Royce, y los clásicos Ford T, Volkswagen, Opel y Mercedes.

Una colección en la que predomina el negro, con lujosas excepciones en rojo y crema, en su mayoría acompañados por el féretro al estilo de la época, y en algunos casos formando pequeñas composiciones en las que personas en miniatura se funden en abrazos para completar la escena de duelo.

Están los primeros coches motorizados, pero en pequeño, los que imitaban a las carrozas fúnebres victorianas con muchos ornamentos en el exterior, los hay que llevan faroles y campanillas, otros más sobrios con bocinas y sirenas y muchos estilo limusina o tipo furgoneta.

Hay incluso algún coche fúnebre de juguete, de los que los padres americanos regalan a sus hijos, "porque aquí en España somos más dados a regalar coches de bomberos y hasta ambulancias, pero no se entendería regalar un coche fúnebre a un niño -comenta Baena-".

Proceden de los Estados Unidos, Inglaterra, Italia o Japón, donde adornan sus coches funerarios con colores dorados y plateados porque "para ellos la muerte no es tan negra como para nosotros -apunta-".

Para juntar esta colección, Baena ha tenido que bucear en todas partes, y aunque muchos parten de un vehículo normal modificado por el propio Baena, la mayoría se han conseguido navegando por la red, a base de establecer contactos y entrar en subastas.

Algunos de los coches son obras únicas y con el tiempo han llegado a alcanzar precios entre 700 y 1.000 euros e incluso convertirse en artículos de auténtico lujo, como el Fiat 1.400 realizado en fibra y conseguido en Italia, que ha llegado a valer hasta 2.000 euros.

Porque aunque no son de verdad, estas joyas en miniatura tienen un valor incalculable, al que Baena ya le ha puesto precio: 24.000 euros miniatura a miniatura.

Eso sí, al que más cariño guarda es al Rolls Royce que le regaló su esposa, para que quede claro que una "obsesión" como esta no se alimenta sin "pasión y constancia".

Un lujo en miniatura que puede verse en el Tanatorio de Palencia hasta el 30 de noviembre por empeño de sus administradores, Alfonso Alonso y Julio Rodríguez, que decidieron traer a Palencia esta colección "tan singular" y amenizarla con música de violín.

De esta forma, esta es la segunda vez que Baena saca esta flota fúnebre de su domicilio, después de que se expusiera, por primera y única vez al público en 2012 en la Feria del Sector Funerario que se celebra bianualmente en Orense FUNERGAL.

Y ahora "que mejor sitio que un tanatorio para exponerlas", bromea Alfonso Alonso.EFE

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