El papa celebra en Filadelfia a los inmigrantes y la familia

  • El papa Francisco instó el sábado a los inmigrantes a que "no se desanimen" y "no se avergüencen nunca", en un fuerte mensaje simbólico en la cuna de la independencia de Estados Unidos en Filadelfia (este), última etapa de su gira por este país.

El sumo pontífice argentino defendió también al núcleo familiar como "fábrica de esperanza" que tiene "la carta de ciudadanía divina", en una velada de oraciones para una multitud de miles de fieles convocados por el VIII Encuentro Mundial de la Familias.

Se trató de una nueva jornada de intensa actividad para Francisco, de 78 años y que llegó el sábado por la mañana a Filadelfia procedente de Nueva York. Su visita de seis días a Estados Unidos concluirá el domingo.

Decenas de miles de personas, una inmensa mayoría de ellas latinas, se dieron cita en el Independence Mall para ver y escuchar al primer papa del continente americano, que les habló en español de inmigración y libertad de culto.

"Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar", dijo Francisco, recibido con una ovación.

"Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. Por favor no se avergüencen nunca de sus tradiciones", agregó en el lugar donde se declaró la independencia estadounidense en 1776.

Recordando los valores fundadores del país, Francisco remarcó por otra parte que la libertad religiosa es un "derecho fundamental" para "interactuar social y personalmente" con el prójimo.

Muchos inmigrantes latinoamericanos piensan que el papa cambió la dirección del debate sobre reforma migratoria en Estados Unidos.

"El papa puede interceder para ayudar a los inmigrantes y frenar las deportaciones", dijo a la AFP Marta Domínguez, una mexicana que vive en Norristown (32 km al norte de Filadelfia) que estuvo en el Independence Hall.

Francisco cerró la jornada con una participación en el festival de las familias, en un evento presentado por el actor Mark Walhberg que incluyó espectáculos musicales como el cantante colombiano Juanes y Aretha Franklin.

Allí, el papa dejó de lado por completo el discurso que había preparado e improvisó un mensaje con imágenes muy gráficas que impactaron de lleno en la gente.

"La familia es una fábrica de esperanza. La familia tiene carta de ciudadanía divina que le dio Dios", afirmó por ejemplo.

"Padre, usted habla así porque es soltero", se rió de sí mismo.

"Es verdad. A veces en la familia vuelan los platos. A veces los hijos traen dolores de cabeza. Y no voy a hablar de las suegras", continuó, provocando un estallido de risas entre las decenas de miles de personas.

Por la mañana, y en su primera actividad en Filadelfia, el papa presidió una misa en la basílica de San Pedro y San Pablo en la que pidió un papel más importante de los laicos y las mujeres en la Iglesia.

"Sabemos que el futuro de la Iglesia, en una sociedad que cambia rápidamente, reclama ya desde ahora una participación de los laicos mucho más activa", subrayó Francisco.

Decenas de fieles pasaron la noche en la basílica para poder verlo. "Quería ser parte de esta celebración de la familia", dijo a la AFP Luis Ortiz, de 42 años y que llegó con sus once hijos.

La defensa de una mayor presencia de los laicos en la Iglesia "no significa renunciar a la autoridad espiritual que se nos ha confiado", dejó en claro el sumo pontífice.

Para Francisco la misión de los laicos no es reemplazar a los sacerdotes, y las mujeres no deben acceder al sacerdocio.

El centro de Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre Nueva York y Washington, quedó completamente cerrado al tráfico desde la noche del viernes con militares y policías casi en cada esquina.

Desde su llegada a Washington, que incluyó una visita el miércoles al presidente Barack Obama en la Casa Blanca y un inédito discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco ha despertado una verdadera fiebre, con multitudes que lo han seguido a cada lugar en que estuvo.

El viernes, conmovió a Nueva York con una procesión en Central Park y en una misa en el Madison Square Garden, un fuerte mensaje en la ONU contra la opresión financiera al mundo en desarrollo y emotivas visitas al Memorial del 11 de Septiembre y a una escuela.

Tratado como una estrella de rock, el papa se ha mantenido firme en sus principios de humildad y cercanía con los sectores más vulnerables, despertando la admiración de responsables de todos los colores políticos, la prensa y hasta los no católicos.

Desde desplazarse en un pequeño Fiat 500 rechazando utilizar vehículos grandes o lujosos, almorzar con los sin techo en Washington o visitar a niños y familias inmigrantes en el barrio desfavorecido de Harlem en Nueva York, el mensaje ha sido el mismo.

mar/dg

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