El Supremo español confirma la condena a 8 años a "bibliotecario" de Al Qaeda

  • El Tribunal Supremo español ha confirmado la condena a 8 años de cárcel que la Audiencia Nacional impuso a Mudhar Hussein Al Malaki, conocido como el "bibliotecario" de Al Qaeda, por integrarse en este grupo terrorista como miembro de su aparato de propaganda.

Madrid, 12 dic.- El Tribunal Supremo español ha confirmado la condena a 8 años de cárcel que la Audiencia Nacional impuso a Mudhar Hussein Al Malaki, conocido como el "bibliotecario" de Al Qaeda, por integrarse en este grupo terrorista como miembro de su aparato de propaganda.

La Audiencia consideró probado, en una sentencia de mayo de este año, que el terrorista era "miembro destacado del aparato de propaganda de la red Ansar Al Mujahideen (RAAM)" y practicaba la yihad "mediante la palabra".

El condenado recurrió y ahora el Tribunal Supremo parte de estos hechos probados para confirmar la condena, rechazando el recurso de la defensa del reo.

En su sentencia, el tribunal Supremo afirma que "la conducta del acusado" supuso el desarrollo de "un proyecto de difusión de la ideología radical y fundamentalista del extremismo islámico" para "captar adeptos en todo el mundo", conducta que va más allá de la propaganda y constituye una verdadera integración en organización terrorista.

En el domicilio del reo se hallaron armas de fuego, instrucciones para actuar de manera violenta e imágenes de víctimas de atentados o de personas destacadas como posibles objetivos, entre ellos, el expresidente del gobierno español José María Aznar o Javier Solana, que fue secretario general de la OTAN y Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea.

El acusado, de origen jordano y que fue detenido en Valencia (este de España) en marzo de 2012, practicaba "la yihad (guerra santa) mediante la palabra" porque difundía a través de Internet material de exaltación del terrorismo yihadista y manuales "que contribuyen directamente a la formación y adiestramiento terrorista".

Esta conducta le "sitúa al mismo nivel de intensidad e implicación que la que ejercen los militantes también yihadistas que pasan a la acción" en zonas de conflicto, decía la sentencia ahora confirmada.

El sobrenombre de "bibliotecario de Al Qaeda" se debe a que entre los productos que gestionaba y difundía figuraban los manuales y enciclopedias de entrenamiento terrorista que almacenaba y ponía a disposición de terceros.

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