Pakistán vive en una situación vulnerable un año después de las inundaciones

  • Un año después de las inundaciones que devastaron Pakistán, más de dos millones de personas siguen en situación vulnerable, sin hogar o acceso a la educación, en este país, donde se pide que la comunidad internacional no olvide la tragedia.

Nueva Delhi, 28 jul.- Un año después de las inundaciones que devastaron Pakistán, más de dos millones de personas siguen en situación vulnerable, sin hogar o acceso a la educación, en este país, donde se pide que la comunidad internacional no olvide la tragedia.

El 28 de julio de 2010 unas lluvias monzónicas excepcionales comenzaron a desbordar el caudal del Indo y varios de sus afluentes en el norte paquistaní, de manera que el río, que recorre Pakistán por completo hasta el sur, se mantuvo desbocado durante todo agosto.

Las inundaciones causaron 1.750 muertos, afectaron a más de 20 millones de personas en un 20 % del territorio y fueron calificadas como la mayor catástrofe natural de la historia del país; una tragedia peor que el "tsunami" de 2004 en el sureste asiático.

Hoy, según la ONU, 5,6 millones de personas continúan en situación de inseguridad alimentaria y 6,2 millones requieren de tratamiento sanitario, mientras que 1,3 millones no tienen acceso a educación estable y 824.000 casas permanecen totalmente destruidas.

"La gente está sufriendo, muchos no pudieron conseguir compensación en el momento adecuado y la rehabilitación está marchando de manera muy lenta", se lamentó a Efe el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Imtiaz Mohyudín.

Según la fuente, todavía hay 2,5 millones de personas que "están viviendo a cielo abierto", en tiendas facilitadas por oenegés, y aunque "la mayoría de la gente regresó a las zonas para reconstruir sus hogares", es algo que "están haciendo casi por su cuenta".

Mohyudín criticó el papel de las administraciones locales y la falta de preparación del Estado para hacer frente a los desastres.

La fuente mantuvo que durante los últimos meses el Gobierno ha intentado que la gente se mude a zonas más seguras y deje las áreas bajas situadas en las márgenes del río, poco aconsejadas para la habitabilidad por ser las más vulnerables a las inundaciones.

En plena catástrofe muchos lanzaron sus dardos contra las autoridades civiles de Pakistán por no disponer de suficientes mecanismos de control, por el mal estado de algunas infraestructuras protectoras y la deficiente gestión de la crisis.

"Pakistán necesita actuar ahora. Invertir hoy en medidas que reduzcan el impacto de los desastres es esencial para salvar vidas y preservar los frutos del desarrollo en el futuro", recordó esta semana en un comunicado Neva Khan, jefe de Oxfam en Pakistán.

La aparente debilidad del Gobierno civil contrastó con un papel más activo de las Fuerzas Armadas paquistaníes, que desplegaron a varios miles de efectivos en las zonas damnificadas y gestionaron a menudo directamente la ayuda a los afectados.

"Nos estamos recuperando bien, hemos apuntado todo (lo que se necesitaba mejorar). Las protecciones contra las inundaciones han sido reparadas, quizás no de la manera más sofisticada pero han sido reparadas", sostuvo a Efe el general de brigada Azmat Alí.

Alí aseguró que los mecanismos de alerta han sido potenciados y dijo que los soldados "están preparados ante cualquier eventualidad" que pueda surgir en el presente monzón.

El pronóstico parece augurar, al menos por el momento, un verano tranquilo este año, con lluvias intensas como es habitual en esta estación pero que no causarán importantes inundaciones.

"Sólo podemos prevenir un sistema de lluvias con entre cinco y diez días de antelación pero de acuerdo con nuestras previsiones no hay una situación parecida a la del año pasado", argumentó el jefe del departamento meteorológico de Pakistán, Arif Mehmood.

El Banco Mundial y el Asiático de Desarrollo cifraron pocos meses después de la crisis en 9.700 millones de dólares los daños provocados por las inundaciones en Pakistán.

El país asiático, que aún no ha comenzado la reconstrucción, se encuentra en la fase de rehabilitación inicial, para la cual la ONU solicitó el año pasado cerca de 2.000 millones de dólares de fondos, de los que todavía le falta recibir unos 570.

Mostrar comentarios