Cuatro muertos

Los bomberos y la nieve: así se evitó una tragedia peor en la explosión de Madrid

El parque de bomberos que se encuentra cerca de la Puerta de Toledo pudo responder casi de inmediato a la explosión, realizando una rápida evacuación de los edificios de la calle.

Imagen del edificio afectado por la explosión en la calle Toledo.
Imagen del edificio afectado por la explosión en la calle Toledo.
Virgilio González

En Puerta de Toledo, un paredón amarillo y rojo de coches de Samur oculta todo lo que sucede al nivel de los peatones. Las vigas desnudas del edificio parroquial de la Iglesia de La Paloma están, sin embargo, expuestas para todos los que pasan por la rotonda. Cuatro fallecidos son el saldo de la explosión ocurrida este miércoles en el número 98 de la calle Toledo, pero en el colegio La Salle La Paloma y la residencia de La Paloma-Los Nogales, que se encuentran junto al edificio, ni los ancianos ni los niños han sufrido daños. En el primer día de clases desde la nevada histórica que dejó Filomena, los niños tenían prohibida la salida al patio, que seguía cubierto de nieve y placas de hielo. A diferencia de lo que hubiera sido un día habitual, el patio de encontraba vacío cuando se llenó de escombros por la explosión.

Explosión en una residencia sacerdotal de Madrid.

Los vecinos se amontonan frente a los cordones policiales, que cada vez abarcan más espacio, y piden que los dejen pasar. Saioa discute con un policía para que permita que busque a su gato, que seguía en el apartamento. Estaba recogiendo a su hijo en La Salle cuando ocurrió la explosión, y ahora no escatima halagos para el equipo de profesores y bomberos que ayudaron a padres y estudiantes a encontrar a sus hijos y salir del centro. "Todos los niños están bien, han sacado a todo el mundo", cuenta a La Información. "Cuando yo he entrado a por mi hijo, los bomberos ya estaban actuando".

El parque de bomberos que se encuentra cerca de la Puerta de Toledo pudo responder casi inmediatamente a la explosión, ordenando la evacuación de los edificios de la calle. Juan Miguel Estepa, encargado del mantenimiento de la residencia Los Nogales, estaba almorzando por la zona en el momento del accidente. "Ha habido una llamarada de fuego que ha salido por tres plantas y se ha caído la fachada". dice. No le permitieron volver a su lugar de trabajo, pero pudo contactar con sus compañeros que seguían ahí. "Nos dicen que todos los residentes y todo el personal está bien", señala al referirse a la evacuación de los bomberos, que llegaron en "tres segundos". Algunos de los ancianos fueron trasladados al hotel Ganivet, que se encuentra frente al inmueble, mientras que otros se refugian en un centro cercano mientras esperan que se evalúen los daños en sus viviendas.

Para otros, la incertidumbre es tan densa como el humo que sigue surgiendo del recinto parroquial. Una mujer que vive en la calle Toledo no ha podido saber cómo se encuentra su madre, pero está segura de que su coche, aparcado en la calle, fue aplastado por los escombros. "Vine porque me contaron por teléfono lo que pasó", explica. "Estaba bien cuando me fui, pero tengo miedo porque dicen en la televisión que hay peligro de que se derrumbe el edificio". Al otro lado de la rotonda, Inés Fernández está esperando para poder contactar con un amigo que vive cerca del lugar del siniestro. Acudió apenas se enteró del incidente, pero no ha recibido respuesta de su amigo

Los líderes políticos han desfilado por la Puerta de Toledo para afrontar este último revés para la Comunidad de Madrid. Entre ellos se encontraban el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska; la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso; el delegado de Gobierno, José Manuel Franco; el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, y el vicepresidente, Ignacio Aguado, que ha lamentado frente a un centenar de periodistas que 2021 "ha ido a peor con una explosión" tras una serie de adversidades consecutivas. Que la borrasca Filomena haya evitado las posibles víctimas entre los niños de La Salle parece una especie de milagro.

El portavoz de la Policía Nacional enumera los cuerpos especializados que esperan a poder registrar el edificio para encontrar personas que podrían estar heridas o atrapadas dentro del edificio. Unidad de Prevención y Reacción. Seguridad Ciudadana. Policía Científica. Brigada de Información. Guías Caninos. Todos aguardan que las llamas que siguen levantándose en las primeras plantas se apague. Los bomberos no pueden apagarlo por miedo a un posible embalsamiento de gas que podría derrumbar todo el edificio, pero también tienen que esperar. Más tarde encontrarían el cadáver de David Santos Muñoz, un electricista de 35 años que había ido a arreglar la caldera. La policía maneja la teoría de que la explosión de gas se haya debido a un mal funcionamiento de la instalación del edificio, que llevaba días sin marchar bien.

Este jueves comienza a primera hora la demolición controlada del número 98 de la calle Toledo. Mientras empieza a llover en la calle, es difícil no pensar que una explosión de esta magnitud pudo haber resultado mucho más trágica si no hubiera sido por la combinación de una infinidad de factores impredecibles. Pero es imposible contar a los que se salvan, es lo que tienen los 'milagros'. Mientras tanto, los cuatro fallecidos son otro golpe devastador que sufre la capital en el primer mes de un año lleno ya de adversidades.

Mostrar comentarios