Regreso en septiembre

El "imposible" problema de multiplicar clases y dividir alumnos que pide Celaá

Los Ministerios de Sanidad y Educación han elaborado un documento para que el curso se inicie en septiembre. Por ahora, todo son críticas.

Una profesora da clase por videoconferencia en el colegio Jaime Vera en el primer día de vuelta voluntaria para los niños de primaria en Torrejón de Ardoz
Una profesora da clase por videoconferencia en el colegio Jaime Vera de Torrejón de Ardoz
EFE

Padres y profesores solo piensan estos días en acabar el curso académico que se vio interrumpido el pasado 12 de marzo por la pandemia, que dejó las aulas vacías en 24 horas. Después empezó de forma atropellada una enseñanza online para la que en muchos casos los centros no estaban preparados. Ahora, inmersos en las juntas de evaluación, los docentes reciben con recelo la última propuesta del Ministerio de Educación sobre la apertura del nuevo curso en septiembre, que será, según palabras de la ministra Isabel Celaá, "presencial". La incógnita está en cómo ponerlo en práctica y son muchas las preguntas que se hacen padres y centros , cuyos responsables lamentan que los ciudadanos sepan cuándo se puede o no entrar a un bar pero no cómo afrontar el nuevo curso. Ayer ,el Gobierno presentó un primer documento con las estrategias a seguir, que hoy será expuesto en la Conferencia Sectorial de Educación. La respuesta de los profesionales de la educación es tajante: aplicarlo "es imposible". Y, además, el problema es solo la punta del iceberg: "Esto va para largo", dicen.

Tres de las medidas propuestas desde Educación y Sanidad implican que los menores de 10 años pueden no llevar mascarilla y estar juntos (solo el 1,37% del total de casos confirmados corresponde a población entre 0 y 19 años según el Gobierno), que haya 20 alumnos por clase como máximo -hace unos días eran 15- y que desde cuarto de primaria la separación entre los estudiantes sea de 1,5 metros -antes era de dos-. Esto lleva implícito que muchos centros tendrán que desdoblar clases, porque la ratio es mucho mayor a día de hoy, y habilitar zonas como bibliotecas o comedores -propuestas ambas por Celaá- para que todo el alumnado pueda asistir a las mismas. Las dos medidas son "totalmente imposibles" de llevar a cabo en muchos centros en general... y en uno de San Sebastián de los Reyes (Madrid) en particular. "Nosotros no tenemos comedor y por las tardes las aulas sirven para la escuela oficial de idiomas. Es imposible desdoblar", asegura su directora, Angeles González a La Información. Tiene claro que "no será la última propuesta".

González no entiende que "hayan abierto los bares pero todavía nadie haya pensado que va a pasar con nosotros", aunque reconoce, como el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias Fernando Simón, que "no es un tema fácil". Sí quiere resaltar el vínculo que se ha creado entre alumnos y profesores en esta etapa con la enseñanza online, sin que esto sea sinónimo de que "se aprobará a todo el mundo porque sí". Simón, por su parte, ha avisado de que la vuelta a las clases deberá prepararse "con mucho cuidado", y aunque en este momento "nada justificaría" que se retomaran, "habrá que valorar muchas cosas" si surgen rebrotes. "Si tuvieran la capacidad de llevar mascarilla y no relacionarse, sería más fácil, pero hay que proponer medidas factibles", resaltaba ayer.

Es lo mismo que piensa otra profesora de un colegio concertado situado en las afueras de Madrid, quien en declaraciones a este diario pone sobre la mesa la pregunta del millón sobre el último documento: "¿Saben cómo funciona un colegio desde que entra el alumno hasta que se va?". Según esta profesora, las posibilidades que tienen los centros educativos para desdoblar un aula son dos: la primera, en espacio, dividiendo las clases, para lo que se requiere de un espacio físico enorme "del que muchos colegios no disponen".

En los ratios que se mueven los centros madrileños, por ejemplo, hay de media hasta 30 alumnos por clase. Por lo tanto, "¿cuántas cafeterías o bibliotecas se necesitan para sentar a todos los alumnos?" Son muchos los centros que al menos tienen tres líneas (A, B y C), lo que multiplica por dos solo las aulas de un curso (18 clases solo de Primaria que pasarían a 36). "Y hay que tener en cuenta que ya no solo hay que desdoblar para que en cada clase haya menos de 20 alumnos, sino que por las medidas del aula, para mantener una distancia de 1,5 metros entre cada alumno como se recomienda, se tendrá que desdoblar sí o sí".

Aquí se presenta otro problema: al desdoblar se puede lograr que los alumnos mantengan la distancia de seguridad en clase pero, en realidad, el centro está acogiendo al mismo número de alumnos que se mezclan en pasillos y zonas comunes. Es decir: masificación en ciertas horas. "¿Ante esto la solución sería tenerlos a todos confinados en clase?", se pregunta la profesora con ironía, "¿y qué hacemos para los horarios de comedor o patio?". El número de alumnos es tan elevado que, al dividirlos, muchos comerían después de las cinco de la tarde y saldrían al patio tras muchas horas de clase o nada más llegar al colegio. "No podemos tener niños sentados en una silla sin moverse", ni "tenerlos separados en el recreo". 

Las preguntas que plantea esta profesora con más de 15 años de experiencia van más allá. Si en lugar del desdoble físico se hace por horarios se puede garantizar en todo momento las distancias de seguridad que marca Sanidad, pero ¿hay tantos profesores para cubrir esas dobles jornadas? Esto también lleva implícito las clases online, porque en algún momento todos los alumnos de una misma clase deberán estar conectados a la vez y porque "ningún alumno podrá acceder al centro con el más mínimo síntoma de no estar bien -nada de tomar la medicina minutos antes de entrar-, por lo que muchos puede que tengan que seguir las clases desde casa". ¿Están todos los centros y todas las familias capacitados para ello? "No. Esto no hay por donde cogerlo", asegura.

En esta línea varios sindicatos de la enseñanza consultados por este medio han pedido aumentar las plantillas de docentes para poder implantarse las medidas anunciadas y algunos han criticado que haya habido cambios de criterios en las últimas semanas. Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha criticado los cambios de criterios sobre la vuelta al colegio y ha pedido una "vuelta negociada" a las aulas. Recuerdan que antes se habló de mezclar clases presenciales y "online", un límite de 15 alumnos por aula o dar clases en gimnasios y, ahora, se planea "una vuelta normal, como si nada hubiera pasado". "No nos parece serio ni coherente" el cambio de parecer, ha comentado Mario Gutiérrez, presidente del sector de Educación de CSIF.

Desde CCOO, Francisco García, también ha criticado que antes se hablara de una ratio de 15 y ahora de 20 o que la distancia interpersonal haya pasado de 2 a 1,5 metros. Ha opinado que algunas comunidades deben estar "presionando" para que no se encarezca la vuelta al cole y que se debería explicar por qué se han flexibilizado las medidas. Además le "choca" que Celaá pida que cada centro tenga que hacer un plan y contar con un responsable sobre coronavirus cuando los temas de seguridad son competencia de las administraciones. También ha mostrado su rechazo a que se diga que hay que limpiar al menos una vez los centros porque eso ya se hace.

FSIE ha pedido al Gobierno que a los centros concertados lleguen "en igualdad de condiciones a las ayudas destinadas a educación" de los 2.000 millones anunciados para este fin, pues "la legislación vigente establece que la prestación del servicio público de la educación se realizará, a través de los centros públicos y privados concertados". Por su lado, ANPE-Madrid ha reconocido ser consciente de que aún se desconoce el escenario que encontrarán en el mes de septiembre, pero ha instado a "empezar a trabajar ya en todas las posibilidades, con el fin de iniciar el curso con las mayores garantías" para el alumnado, el profesorado y las familias.

Por su parte Pedro José Caballero desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA) echa en falta que "estas medidas que se van a proponer a las Comunidades Autónomas se hayan consensuado sin la comunidad educativa". Se pregunta por qué todo lo que hace días era necesario para arrancar el curso "ahora ya no lo es". Esto genera "incertidumbre" y es un "desaliento para las familias porque no sabemos a qué atenernos". Se preguntan además quien se deberá hacer cargo de todos los gastos extra que supone la vuelta al colegio en esta nueva normalidad: "Tenemos que mandarles con una mochila de supervivencia con gel, mascarilla o tupper con la comida porque no sabemos si tendrán comedor?", sin olvidar el alto número de alumnos cuya única comida que hacen es la del colegio.

La Asociación de Colegios Privados e Independientes (CICAE) valoran de forma positiva flexibilizar las medidas de distanciamiento a 1,5 metros y aseguran que cada centro está ya estudiando sus instalaciones para optimizar todos los espacios que puedan ser aprovechados para impartir las clases en grupos más reducidos. "Algunos centros están incluso haciendo remodelación" y "cuando sea necesario se utilizarán recibidores, salas de reuniones, gimnasios, salón de grados o áreas al aire libre, cuando las condiciones climáticas lo permitan".

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