Luis Enrique, nuevo seleccionador de la selección española tras el fiasco de Hierro

  • El extécnico del Barcelona asume el reto de renovar a la Selección tras las salidas de hombres tan referentes como Iniesta o, previsiblemente, Piqué.
Luis Enrique, durante su etapa en el Barcelona.
Luis Enrique, durante su etapa en el Barcelona.
EFE

El técnico asturiano, tras un año sabático, sustituye a Fernando Hierro tras la gran decepción que supuso la eliminación de España en el Mundial de Rusia 2018. El técnico, según anunció el presidente Rubiales, no tendrá claúsula de rescisión.

"Ha tenido ofertas tremendamente importantes, económicamente era imposible que nosotros llegáramos a sus números. Ha puesto mucho de su parte porque si no hubiese sido imposible. Quería ser seleccionador y liderar estos dos próximos años. Esperemos que lo haga con el mayor de los éxitos", declaró Rubiales ante los medios respecto a la disposición del asturiano por sentarse en el banquillo de la Roja.

La elección de Luis Enrique se confirmó apenas una semana después de la eliminación de la selección española del Mundial de Rusia en octavos de final, tras caer en los penaltis ante el equipo anfitrión, y la confirmación ayer de la marcha de Fernando Hierro, quien ocupaba la dirección deportiva y asumió el cargo para el campeonato. Sus compromisos inmediatos serán los de España en la nueva Liga de Naciones, en la que la "Roja", incluida en el grupo 4 de la Liga A, debutará el sábado 8 de septiembre en Inglaterra frente al combinado inglés y luego recibirá a Croacia el día 11 en Elche.

Dice que en sus equipos siempre él es el líder y lo demuestra día a día, con sus decisiones en el banquillo y su dialéctica en la sala de prensa, Luis Enrique Martínez García (8 mayo 1970, Gijón) será el nuevo seleccionador español, seguramente el carácter que necesita 'La Roja' para volver al punto de salida perdido desde la marcha de Luis Aragonés y Vicente del Bosque. Está acostumbrado a los grandes retos y no le tiembla el pulso. Llegó al Barcelona en el verano de 2014 con la idea de recuperar las sensaciones perdidas, tras el paso del 'Tata' Martino por el vestuario del Camp Nou y en el primer curso firmó un triplete histórico.

Como técnico barcelonista resistió tres temporadas, en los que su equipo consiguió ocho de los diez títulos en juego; tres cursos en los que transformó el juego del equipo azulgrana, que dejó de lado el fútbol de toque de la escuela La Masía para buscar un juego más directo.

Pero en la nómina de delanteros azulgrana se encontraban por aquel entonces tres de los mejores del mundo: Leo Messi, Neymar jr y Luis Suárez, que batieron año tras año récords de anotación. Tácticamente casi siempre optó por mantener el dibujo histórico del Barça, con cuatro defensas (dos de ellos abriendo los carriles), un mediocentro (Sergio Busquets), dos medios de diferente perfil (uno más creativo, otro más de contención) y libertad para los tres delanteros, especialmente en el caso de Leo Messi.

Curiosamente cuando en el Barça se atrevió a cambiar el tradicional 4-3-3 por otro dibujo, las victorias se repitieron y por goleada, utilizando el doble pivote (4-2-3-1), una defensa de tres (3-4-3) y un poco habitual 3-4-2-1 en situaciones excepcionales. En su presentación como entrenador del Barcelona tenía aprendidos dos conceptos: "ilusión y motivación", que repitió durante su discurso y llamó la atención que se refirió a sí mismo como "el líder" del proyecto, pese a que sabía que en el Barça solo hay un líder que es Leo Messi.

En su carrera como técnico siempre ha trabajado con un psicólogo, Joaquín Valdés, quien hasta le acompañaba en las ruedas de prensa. "No os preocupéis que el psicólogo me lo traigo para mí. También lo puede utilizar algún periodista si lo necesitáis", dijo en sus primeras días en el Camp Nou.

Como entrenador del filial barcelonista, Roma, Celta de Vigo y en el Barcelona, Luis Enrique contó con Robert Moreno como entrenador ayudante, también con Rafel Pol como preparador físico y su mano derecha siempre ha sido Juan Carlos Unzué. Luis Enrique es un tipo muy exigente, más un 'ironman' que un deportista. Cuando se retiró del fútbol (2004), empezó corriendo maratones y se obsesionó con bajar de las tres horas, lo consiguió a la tercera en Florencia, tras no conseguirlo en Nueva York ni en Amsterdam.

Pasada esta pantalla se dedicó a los triatlones, después participó en un 'ironman', en el 'Marathon des Sables' (250 kilómetros, 6 días por el desierto del Sahara) y en multitud de carreras ciclistas, la última este mismo año en Sudáfrica (Cape Epic). Obsesivo con el trabajo físico, dicen que uno de los peores momentos para sus futbolistas era someterse a las sesiones de peso antes del inicio de la temporada y comprobar que el índice de masa muscular (IMC) y el peso del técnico era el mejor de toda la plantilla. Ahora añade un reto más a su carrera.

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