El 2023 ha dejado atrás las sombras de la pandemia y promete superar las cifras de 2019 en número de visitantes y aporte al PIB del sector turístico. La reactivación de este sector es más que evidente, pese a la subida de precios de los alojamientos, la restauración y el ocio, ya que la demanda extranjera y nacional no deja de crecer. Sin embargo, esto no se ha trasladado al ámbito del empleo, como denunciaban esta semana los sindicatos. La hostelería vuelve a crear puestos de trabajo, pero esta recuperación viene acompañada de una negra 'cara b', los accidentes laborales han crecido entre enero y abril un 14% respecto al mismo periodo de 2022, al de 12.385 a 14.136, según los datos recopilados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE) atribuyen este incremento a la intensa incorporación de trabajadores en los últimos meses, que roza los 100.000. La patronal entiende que es normal que al aumentar el número de trabajadores, también crezcan los accidentes que tienen lugar en el puesto de trabajo, a pesar de que lo deseable sería que esta cifra se redujese a cero. Sin embargo, Comisiones Obreras, rechaza que esta sea la única explicación de estos datos. Mariano Sanz, secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental del sindicato, recuerda en conversación con La Información que el índice de accidentes en jornada -es decir, el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores- también se ha elevado un 6,9%.
"En el sector hostelero no se están haciendo bien las cosas en materia de riesgos laborales", denuncia Sanz, quien asegura tener constancia de que la calidad de la prevención de riesgos laborales se ha devaluado en los últimos años, especialmente en las pequeñas empresas, que son mayoritarias en el ámbito del alojamiento y sobre todo, en el de la restauración. En las empresas de menos de 25 trabajadores, el propietario puede asumir todas las funciones de formación y prevención, lo que cree que a menudo lleva a una preparación menos exhaustiva de los trabajadores, que muchas veces no cuentan con la formación necesaria para desempeñar ese trabajo.
Los sindicatos señalan fallos en la prevención de riesgos
Tras el parón económico forzado por el coronavirus, muchos trabajadores emigraron a otros sectores profesionales, con mejores salarios, horarios y más seguros. Sin embargo, la vuelta a la "normalidad" ha demandado la incorporación de miles de trabajadores de forma muy rápida, para dar respuesta a la alta demanda de estos servicios. Esta gran rotación de trabajadores, impide la profesionalización del sector, lo que Sanz señala como uno de los elementos clave para que sea seguro. Cuanto más formados estén los trabajadores en el desempeño de un rol o tarea, dentro de su puesto de trabajo, más conscientes son de sus riegos y las precauciones que deben tomar para evitar que se produzcan accidentes.
Si bien, la devaluación de los servicios de prevención de riesgos es una tendencia que viene de lejos, según apuntan desde CCOO. En concreto, señalan que desde 2012 se ha dado una progresiva mercantilización de estas prestaciones, que se asignan a empresas 'lowcost'. "Estas realizan evaluaciones de riesgos muy genéricas, planes de prevención también muy genéricos y están más expuestas a la presión que puedan ejercer los empresarios para que la formación sea rápida", reprocha Sanz. En 2022, el índice de accidentes laborales creció un 20,8% respecto al año anterior, que había estado marcado por las secuelas del covid. Sin embargo, la comparación con 2019 dibuja un escenario más positivo, antes de la pandemia hubo 4.013 casos por cada 100.000 trabajadores, mientras que en el 2022 fueron 2.980, esto es una reducción del 25,7%.
Gonzalo Fuentes, responsable de hostelería de la Federación de Servicios de CCOO, también hace referencia a la calidad de la prevención, pero además, identifica otras causas. "No me ha sorprendido conocer este dato, porque obedece a un aumento de las cargas de trabajo brutales, en las que los empleados se ven forzados a correr en las cocinas, en las salas de los restaurantes, entre habitaciones de hoteles y todo ello da lugar a lesiones musculares, agotamiento y daños psicosociales", señala Fuentes. El representante de los trabajadores entiende que es fundamental que los empresarios tomen consciencia y formen a sus empleados para evitar que se den estas situaciones, dado que llegan incluso a costar la vida de los trabajadores.
En los primeros cuatro meses del año se han producido 230 accidentes mortales, 197 de ellos durante la jornada de trabajo y de estos, el 54% se enmarcan en el sector servicios. Entre enero y abril de 2023, tres trabajadores han perdido su vida mientras trabajaban en servicios de alojamiento y otros seis, en servicios de comidas y bebidas. Además, según los registros del Ministerio de Trabajo y Economía Social, el sobreesfuerzo físico del sistema músculo-esquelético y los golpes contra un objeto inmóvil u otro trabajador en movimiento son los accidentes mayoritarios, sumando en cada caso cerca de 50.000.
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