Ampliar el aeropuerto de Barajas elevaría un 35% la contaminación en su entorno

La ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas dispararía las emisiones de contaminantes atmosféricos entre un 20% y un 35%, según un estudio desarrollado por Ecologistas en Acción que cuestiona la reconversión del aeródromo madrileño en un 'hub' para vuelos de larga distancia por su alto impacto medioambiental. El plan diseñado por el Ministerio de Transportes y AENA propone aumentar la capacidad operativa de la infraestructura para acoger hasta 80 millones de pasajeros al año. Se planteaba entonces la renovación y gestión coordinada de las terminales 1, 2 y 3; así como la ampliación de las terminales 4 y 4S, para acoger más aeronaves de gran tamaño destinadas. 

Esta reconversión, apoyada por grupos aeronáuticos como IAG —propietaria de Iberia o Vueling— que ven en Madrid la puerta de enlace con América Central y Sudamérica, conllevaría inevitablemente un aumento de rutas de largo y medio radio y, con ello, el incremento de emisiones contaminantes a la atmósfera. Ecologistas denuncia que este plan no incluye un análisis sobre las consecuencias sociales, económicas y ambientales del aumento de capacidad", pese a que desde 2018 se conoce que Barajas es el cuarto aeropuerto que más contaminación emite, superado por París-Charles de Gaulle, Frankfurt y Ámsterdam-Schiphol. 

Para Pablo Muñoz, coordinador de aviación en Ecologistas en Acción, este plan es "incompatible" con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, "que fija una reducción del 46% en las emisiones del transporte". A su juicio, el aumento del número de operaciones "agravaría los problemas de contaminación atmosférica y ruido que sufren a diario las personas que viven en el entorno del aeropuerto". 

Subida mínima del 10% por el aumento del tráfico

En su estudio, la organización ecologista ha analizado la actividad de Barajas durante la última década, proyectando tres escenarios de demanda y rutas para el año 2030: una de crecimiento natural sin ampliación, una ampliación con demanda moderada y otra con alta demanda. El informe tiene en cuenta algunas tendencias de la aviación, como la reducción de las operaciones de corta distancia —que se irán sustituyendo por el tren— frente a un aumento de las rutas de media y larga distancia, que podrían crecer entre un 32% y un 70% frente a las registradas en 2019. 

Tras cuantificar las operaciones y sus respectivas emisiones, concluye que, en el caso de ejecutarse la ampliación, las emisiones de CO2 crecerían entre un 20,6 y 35%, las de NOx lo harían entre un 20,7% y 30,1% respecto a las de 2019, y las partículas en suspensión (PM2,5 y PM10) aumentarían entre un 22,4% y 30,5% derivado del aumento del número de vuelos. Si no se llegase a desarrollar, el inevitable aumento del tráfico también elevaría la contaminación entre un 9% y 12% para un crecimiento moderado; y un 16% y 26% para el escenario de alta demanda. 

Ecologistas ha emitido una serie de recomendaciones para tratar de paliar este aumento de emisiones, tales como limitar las operaciones o las emisiones de la instalación; eliminar las rutas con alternativa ferroviaria e imposibilitar que se usen los 'slots' que se liberen para otros vuelos, o poner en marcha "medidas fiscales y de precios sobre los billetes".