Durante la visita, los dos gobiernos firmarán un Acuerdo de Cooperación Económica e Industrial y uno para evitar la doble imposición, además de un Memorando de consultas bilaterales. También están en proceso de negociación de cara al futuro un memorando sobre turismo y un acuerdo de cooperación en materia de Justicia, han informado fuentes diplomáticas.
Makey se reunirá este martes con empresarios la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en un acto en el que está prevista la asistencia de la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela.
Entre las empresas españolas que ya tienen intereses allí están Duro Felguera, Inditex --que prevé abrir hasta 11 tiendas en el país--, Kelme, Cavenco y Expal, que tiene allí una planta de desactivación de minas.
El miércoles tendrá lugar la parte política de la visita, con una visita del ministro bielorruso al Senado y una reunión con su homólogo español, Alfonso Dastis. Bielorrusia tiene desde finales de 2016 un encargado de negocios en España, primer paso para la apertura de una Embajada, y es previsible que Makey pida al Gobierno español que haga lo propio en su país.
Bielorrusia ha mejorado su relación con la UE, que considera que está dando pasos positivos en materia de derechos humanos. En 2015 fueron liberados seis presos políticos y los europeos también consideran que en las elecciones legislativas de 2015 y presidenciales de 2016 se dieron pasos positivos.
PASOS CONTRA LA PENA DE MUERTE
España, junto a Suecia, Países Bajos, Reino Unido, Lituania y Francia, lidera un grupo que pretende lograr del Gobierno de Bielorrusia compromisos contra la pena de muerte.
Además, la UE valora que Bielorrusia se distanció de Rusia durante la crisis de Ucrania y condenó la anexión rusa de Crimea. El país tiene 1.000 kilómetros de frontera con la UE y un 20 por ciento de las exportaciones rusas a la UE pasan por su territorio.
La UE está prestando especial atención a fomentar las relaciones entre las sociedades civiles. En España viven unos 3.800 bielorrusos frente a los apenas 20 españoles que viven en ese país. España financia un lectorado de español en la Universidad de Minsk y desde 2009 tiene un programa de acogida temporal de niños bielorrusos afectados por la contaminación que causó el escape nuclear de Chernóbil en 1986.
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