Las ayudas al coche eléctrico también tributan: un tercio tienen que declararse

En aras de fomentar e incentivar la compra del coche eléctrico, el Gobierno actualizó su estrategia en 2021 y lanzó la tercera edición de ayudas, bautizada como Plan Moves III. Gracias a este programa, las subvenciones por adquirir un vehículo eléctrico o híbrido enchufable ascendieron hasta 7.000 euros, o 9.000€ en caso de incluir achatarramiento. Sin embargo, a diferencia de la normativa que rige en otros países de Europa, este estímulo tiene una cara oscura: estas ayudas deben estar reflejadas en la declaración anual de la Renta y en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

La Agencia Tributaria clasifica este tipo de ayudas públicas a la financiación de vehículos sostenibles como 'ganancias patrimoniales', y por ello deben quedar grabadas en la base imponible general. "Estas subvenciones públicas si bien están ligadas a un elemento patrimonial no derivan de su transmisión y, por tanto, deben ser incluidas en la declaración de IRPF en el apartado F1 dentro de ‘Otras ganancias y pérdidas patrimoniales que no derivan de la transmisión de elementos patrimoniales'", precisa la autoridad fiscal.

De esta forma, todo aquel conductor que se acogió a este programa de ayudas públicas para la adquisición de vehículos eléctricos durante el pasado ejercicio tiene la obligación de reflejar estas cantidades percibidas en la declaración de la Renta, cuyo plazo arrancó el pasado 11 de abril y finaliza el próximo 30 de junio. La cuantía exacta que el contribuyente que hizo uso de este programa ha de asumir depende de varios factores como el importe que recibió para acometer la compra del vehículo, el tipo impositivo que le corresponde en base a su nivel de ingresos y la base general del impuesto. La cuantía habitual está comprendida entre el 20% y el 30% del total de la ayuda recibida, según explica el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

¿Cuáles son los tramos de ingresos establecidos por Hacienda?

En función de los citados factores, al contribuyente se le aplica un tipo de gravamen menor o mayor. Para las rentas más bajas -hasta 12.450€ declarados- es del 19% y para las rentas más elevadas -aquellas que superan los 300.000 euros- es del 47%. En cualquier caso, estos son los tramos de IRPF que establece la Agencia Tributaria para calcular el porcentaje de los ingresos que se deberán aportar a la hacienda pública.

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Siguiendo estas directrices, aquel beneficiario que reciba la máxima cantidad disponible para estas ayudas (9.000€) tendrá que devolver entre unos 1.710€ y 4.230€ en función del nivel de ingresos que certifique. En el caso de que la declaración salga a pagar, el contribuyente cuenta con la opción de aplazar la devolución o fraccionarla para su mayor comodidad. Por otro lado, cabe destacar que los descuentos que ofertan los concesionarios y los fabricantes de automóviles están exentos de tributación, puesto que se trata de rebajas comerciales.

¿El resto de Europa tributa estas ayudas?

En términos de fiscalidad, el sistema español de subvenciones públicas para incentivar la compra de vehículos eléctricos es más rocoso que el orquestado en otros países como Portugal, Francia o Alemania, donde sus ciudadanos no están obligados a tributar estas ayudas, según explican fuentes de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) a este medio. Además, en el caso de la locomotora de Europa, la subvención es inmediata. Es decir, el descuento se aplica en el momento que se hace efectiva la compra del vehículo, lo que anima a sus conductores a dar el salto a la electrificación.