La pandemia 'mata'  los productos gourmet 

Jamones, lechazo, marisco... ¿y si China es la única salida a los alimentos de lujo?

Llega al mercado de EE.UU. el jamón ibérico 5 Jotas, el "caviar español"
Llega al mercado de EE.UU. el jamón ibérico 5 Jotas, el "caviar español"

Si la agricultura está pasando por momentos de verdadera angustia debido a la crisis del coronavirus -la falta de mano de obra temporera extranjera debido al cierre de fronteras amenaza con dejas muchas cosechas en el campo-, la ganadería no le anda a la zaga en su angustiosa situación debido a la pandemia. En concreto, tres productos estrella -de los que se consideran gourmet- de nuestra ganadería: el lechazo, el marisco y el cerdo ibérico (particularmente el jamón, el as de bastos de nuestros productos), también viven momentos de zozobra.

Eso sucede porque, sencillamente, no pueden sacar adelante su producción, principalmente a raíz del cierre de su principal cliente, la restauración, el conocido como canal Horeca de bares, restaurantes y todo tipo de establecimientos abiertos al público pero cerrados a cal y canto ahora. Las pérdidas se antojan "multimillonarias" y "la muerte para muchas explotaciones que no podrán soportar este parón en las ventas".

En el sector del ibérico, las ventas se han desplomado, tanto en el mercado nacional como en el internacional. Ante el cierre drástico del canal horeca, apenas se vende carne en fresco ni productos curados (jamón, lomo, chorizo y salchichón) y muchos pequeños ganaderos e industriales se han quedado con las ventas "prácticamente a cero".

Así lo explican, por ejemplo, desde 'Dehesas Reunidas', una empresa formada por ganaderos asentados hace generaciones en cuatro grandes valles de las provincias de Córdoba, Badajoz y Ciudad Real y que siempre ha garantizado la máxima calidad en bellota 100% ibérico.

Pues bien, esta empresa, cuyo jamón recibió el premio Alimentos de España 2016 al mejor jamón ibérico puro 100% bellota y que se comercializa a un precio de 350 euros la pieza, explica que "a día de hoy, nuestras ventas son cero". El gerente de la misma, José Javier Carbonero, se lamenta del delicadísimo momento que pasa la empresa, ya que casi el 100% de su comercio va a la hostelería y a la restauración, ahora cerradas. "No estamos vendiendo, salvo para tres o cuatro particulares," dice Carbonero, aunque "los jamones pueden aguantar curándose hasta después del verano". Sin embargo, " algunas paletas ibéricas saldrán antes y tendrá que deshuesarse para buscarles alguna salida". La industria del ibérico, tanto en fresco como en curado, denuncia igualmente que los precios "se han desplomado en los últimos días entre un 30 %y un 35%".

Situación parecida viven otras empresas del sector como Morato, Maximiliano Jabugo o Montesano, que ya buscan "alternativas" para dar salida a su producto estrella. Y una de estas empresas, la extremeña Montesano, que exporta a 40 países, quizás haya dado con la tecla: su director general, Raúl García, explica que el 30% de sus ventas se dirigen fuera España, fundamentalmente al sudeste asiático que "ya comienza a recuperar el nivel de pedidos tras superar la fase aguda del coronavirus".

Tras vencer (supuestamente) al Covid-19, China ha vuelto a abrir sus puertas a los productos exteriores. Los establecimientos de hostelería del gigante asiático comienzan a volver a la normalidad y la demanda de productos ibéricos españoles, sobre todo de jamones y embutidos, vuelve a crecer. La salmantina Embutidos Martín fue la primera empresa española en enviar jamón a China a finales del año pasado.

Hizo varios envíos por avión que se vendieron muy bien, dicen en la empresa, y otro por barco que se encontraba retenido en puerto sin descargar, pero ahora ya está allí dispuesto para la venta. En esta empresa, como en varios mataderos de Salamanca especializados en carne de porcino, los pedidos de China han repuntado en las dos últimas semanas y aseguran que se encuentran trabajando "a tope" para satisfacer la demanda que ha recuperado los niveles, sobre todo en loncheados de embutidos (jamón, paletilla, chorizo, lomo y salchichón), previos a la crisis.

Para hacernos una idea de la importancia del sector del ibérico y del porcino en general para España, hay que tener en cuenta que las exportaciones de jamón curado, ibérico, serrano y paletilla se situaron en 48.007,28 toneladas en 2019, según datos de Aduanas y Agencia Tributaria facilitados por el Consorcio del Jamón Serrano Español (CJSE).

Eso supuso exportaciones por un valor total de 452 millones de euros. Francia supuso el 23,9% de las exportaciones de jamón del sector, con un total de 11.866,96 toneladas durante 2019 y  con un valor total de 107 millones; Alemania adquirió un 20,3% de las exportaciones de este producto en 2019, con un total de 11.456,23 toneladas exportadas y un valor total de 91 millones; mientras que los países que tuvieron un crecimiento más importante en cuanto a las exportaciones de jamón español fueron China, con un 73,1%, seguido de Chile y Estados Unidos en tercer lugar, con un 26,7% de incremento en sus importaciones de jamón desde España.

Pero, pese a la ventana que se abre en China para el ibérico, tanto las asociaciones agrarias y ganaderas como Ibericae, la organización que agrupa a productores de ibérico en España, han propuesto ayudas y soluciones para el sector ante la crisis. Así, desde Ibericae y desde Anice (Asociación de las Industrias de la Carne en España) se pide a Agricultura la reducción de impuestos a los sectores más directamente afectados por el cierre de la hostelería y restauración; la subvención de los tipos de interés de los préstamos del ICO o avalados por el Estado; la apertura del almacenamiento privado para los productos vinculados al canal Horeca, como instrumento que permita seguir el funcionamiento del sector, de forma que las carnes de los animales sacrificados se almacenen en congelación y que dicho almacenamiento privado se extienda a los productos del cerdo ibérico, así como a los jamones y paletas curados, cochinillos, carne de cordero y cortes de vacuno de calidad, así como a los jamones en curación en los secaderos; y, por último, la recuperación de las restituciones (ayudas) a la exportación, con el fin de incentivar el comercio exterior, además de campañas de promoción para incentivar el consumo interno, el de los hogares.

Corderos y marisco

La situación de otro producto gourmet de nuestra ganadería, el cordero lechal, el popular lechazo, es incluso peor que la del ibérico. Antonio, un ganadero zamorano decía estos días que "quizás sea ahora, que llega la Pascua, nuestra época del año de mayor venta junto a Navidad. Tenemos los corderos preparados, pero nadie los compra. Nuestro principal cliente son los bares y restaurantes, pero están cerrados. No sabemos qué haremos con los corderos".

Por ello, animaba a los ciudadanos españoles a "consumir carne de lechazo, que es de gran calidad, nuestra y además puede suponer la supervivencia para muchos ganaderos". En parecidos términos se manifestaba, desde su granja de Mayorga (Valladolid), y en medio del balar de decenas de corderos lechales de oveja churra, Boni Redondo, que pedía a la población española "consumir carne de ovino y así ayudar a los ganaderos del sector, que en esta situación estamos expuestos a grandes pérdidas".

Según la Asociación de Criadores de Ganado Selecto de Raza Churra, de enero a marzo de 2019 se vendieron alrededor de 50.000 lechazos, mientras que este año, en estas mismas fechas, el descenso en las ventas es del 85%. Es más, la asociación, que está apoyada por cocineros 'estrella', ha lanzado una campaña en redes sociales con el hashtag #HoyComproLechazo para promover que la gente se pase a este producto.

Igualmente, desde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se ha advertido de las dificultades que están teniendo los ganaderos de ovino, caprino y porcino para vender su producción ante la situación de inactividad generada en muchos sectores como consecuencia de la incidencia del Covid-19. En concreto, calcula que en los dos próximos meses habrá en Castilla y León 600.000 lechazos, 10.000 cabritos y 250.000 cochinillos disponibles para salir al mercado, pero que ahora se encuentra cerrado. Traducido en euros y según el precio en canal de estos animales, unos 60 millones de euros.

Incluso, en esta época de alarma, UPA Castilla y León ha denunciado que en la madrugada del miércoles entraba en la región una partida de 1.537 lechazos procedentes de Francia, a bajo precio y con destino al matadero, que la industria había comprado para congelarlos y luego sacarlos a la venta en épocas de fuerte demanda como en Navidad. UPA tachaba el suceso de "legal", pero que "demuestra la falta de escrúpulos y de solidaridad con  los ganaderos de la región de quien se aprovecha de la situación de crisis sanitaria, económica y social para comprar productos foráneos a bajo precio y especular luego con ellos sacándolos al mercado en época de fuerte demanda como las navidades y llenarse los bolsillos".

La situación del ovino o el porcino es extensible a la carne de vaca y buey, destinada también principalmente a asadores y restaurantes, el típico chuletón, de las que decenas de miles de toneladas duermen el sueño de los justos sin salida en visos de poder salir al mercado y generando pérdidas millonarias al sector cárnico. Y lo mismo sucede con los ganaderos, que tienen sus reses criadas en el campo sin poder llevarlas a los mataderos porque nadie se las compra. 

Igual de complicada es la situación de las 15.000 mariscadoras españolas, que provienen principalmente de las rías gallegas. Las lonjas están cerrando, se está dejando de ir al mar a por marisco, almejas y berberechos principalmente (pero también percebes), porque el precio es muy bajo, ya que no hay demanda y prácticamente no pueden vender el producto al estar cerrado el sector de la restauración.  Además, las mariscadoras que cesan en su actividad están teniendo problemas para cobrar la prestación consiguiente por ello al considerar las autoridades que la pandemia no es causa de fuerza mayor para abandonar, momentáneamente, su actividad y dejar de mariscar.

Pupe Jueguen es presidenta de la Asociación Amarcarril y mariscadora de Carril (Pontevedra): "Muchos de los compañeros y compañeras que están yendo a las playas lo hacen obligados, con miedo, para no perder el carné de mariscador y explotan, además un recurso que es de todos y todas, también de las que ahora están mariscando. Además, "la almeja bajó de precio porque está cerrada la hostelería, el cliente principal" y  los clientes particulares, cada vez compran menos marisco:  "La gente que está en casa, sin trabajar, no sabe si va a tener o no ingresos y compra productos no perecederos y de bajo coste, no marisco. No tenemos a quién venderlo".

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