Los datos de afiliación de trabajadores por cuenta propia publicados este martes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones han sido positivos en el mes de marzo, tras un mes de enero que dibujó un escenario sombrío al registrar 20.800 bajas de trabajadores de autónomos a final de mes. Un total de 11.185 se habían dado de alta en el mes de marzo, sin embargo, este avance deja atrás a un sector clave en el tejido empresarial español, el pequeño comercio. La pérdida de competitividad frente a las grandes superficies, el desarrollo del comercio online y el aumento generalizado de los precios han llevado a perder a 19.906 autónomos respecto a marzo de 2022, a pesar del leve incremento registrado en el último mes que eleva el número de trabajadores por cuenta propia de este sector a un total de 746.636.
El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha señalado que los autónomos y las empresas de tamaño reducido son los más castigados por "estar sufriendo un incremento de los gastos muy por encima de las ventas que se puedan tener". La patronal que forma parte de CEOE ha denunciado en distintas ocasiones que los pequeños empresarios están asfixiados por el incremento exponencial registrado a lo largo de 2022 en algunas materias primas y en los productos energéticos, como luz, gas y combustibles. Aunque desde la federación también subrayan los efectos que ha tenido la inflación y la consecuente subida de tipos puesta en marcha por el Banco Central Europeo (BCE), que ha elevado el esfuerzo destinado a afrontar las cuotas hipotecarias de los locales comerciales, lo que se suma al alza de los alquileres.
Sin embargo, desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) no abrazan este análisis, el presidente de la asociación, Eduardo Abad, resta importancia al papel que juegan los costes en esta pérdida de trabajadores por cuenta propia y recuerda en conversación con La Información que en la última década se han cerrado 50.000 comercios. Para UPTA, uno de los problemas que caracterizan al sector es la escasa profesionalización de muchas de las personas que deciden abrir un negocio después de un largo periodo en el que no han sido capaces de encontrar trabajo. Abad señala que 160.000 de los 650.000 autónomos que entran y salen de los registros de la Seguridad Social cada año habían emprendido una nueva actividad, lo que evidencia el alto nivel de rotación, que se acentúa en el caso del comercio.
El representante de UPTA señala que el comercio acostumbra a ser una opción recurrente entre aquellos que optan por el autoempleo, dado que a primera vista parece un sector sencillo, pero está cargado de una gran competitividad. Por ello, valora que el aumento de costes que ha recortado los beneficios ha terminado por ahogar a aquellas empresas que ya arrastraban una situación mala desde años atrás, pero no es un factor que explica la imagen completa. En su lugar, desde UPTA ponen el foco el papel secundario que ha terminado por adquirir el comercio local frente a la gran capacidad de las grandes distribuidoras, con las que no pueden competir en precios ni oferta.
UPTA y ATA señalan a factores diferentes
Abad apela a la necesidad de acabar con la normativa de liberalización del comercio que fue aprobada por el Gobierno del Partido Popular de 2012 y terminó con las limitaciones horarias y la delimitación de los periodos de rebajas. UPTA denuncia que la consecución de ofertas y descuentos coarta la viabilidad de los pequeños comercios que se ven obligados a vender a pérdidas con tal de poder sacar adelante el producto. Desde la asociación admiten haber tenido contacto con diversos representantes políticos que empatizan con esta situación, no obstante, ninguno ha llevado la iniciativa adelante ni en el ámbito autonómico ni en el nacional. Por ello, demandan que los ayuntamientos tomen un papel activo, por ejemplo, dando alternativas para que los comercios locales puedan organizar un sistema de envíos local y competir con las tiendas 'online'.
Sin embargo, la patronal de la CEOE tampoco comparte este diagnóstico y se escuda en que las regiones que más autónomos del sector pierden son las regiones con más limitaciones al horario comercial. Según los datos de la Seguridad Social a los que ha podido acceder este periódico, el comercio al por menor concentra la pérdida de afiliados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en Aragón (-12), Asturias (-50), Canarias (-19), Cantabria (-17), Castilla y León (-74), Castilla-La Mancha (-31), La Rioja (-16), Ceuta (-13) y Melilla (-4). Mientras que solo es responsable de un aumento de los afiliados en las Islas Baleares (314).
El tercer mes de 2023 ha sumado 603 trabajadores por cuenta propia afiliados a la Seguridad Social, lo que supone un incremento del 0,1% respecto a febrero, sin embargo, ha perdido un 2,6% respecto a marzo de 2022. Amor ha admitido este martes que el comportamiento del empleo en el último mes "ha sido bueno", una evolución que ha relacionado con la Semana Santa y que ha generado importantes reducciones del desempleo en Andalucía, Baleares, Comunidad Valenciana y Cataluña. Sin embargo, rechaza caer en el optimismo. "En 2022, cuando hacíamos la comparativa interanual en crecimiento era de 48.000 autónomos. Esto lleva a afirmar que vamos a perder nuevamente autónomos en 2023", ha zanjado, aunque desde ATA aseguran que no pueden estimar en cuánto se van a reducir los trabajadores por cuenta propia a final de año.
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