La Encuesta de Población Activa publicada este viernes por el INE ofrece la imagen fija de cómo ha evolucionado el mercado laboral español en el último año. A grandes rasgos, el balance es positivo, con un número de ocupados nunca registrado en este periodo (21,2 millones) y una tasa de paro que se reduce en más de un punto respecto a los últimos tres meses de 2022. Sin embargo, detrás de estos grandes datos hay muchos matices que han podido distorsionar las previsiones que organismos e institutos económicos lanzaron a meses vista, ya que ocho de cada diez fuentes recopiladas en el panel de Funcas avanzaron que la proporción de desempleados respecto al conjunto de la población activa se situaría al menos en el 12%.
El paro se ha situado en el 11,76% a cierre de 2023, tras descender en 193.400 personas a lo largo de estos 12 meses y en 24.600 en el periodo comprendido entre septiembre y diciembre; si bien, la caída más acentuada se produjo entre abril y junio (-157.000). No obstante, en el plano internacional, solo el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó que este sería el resultado a fin de año al pronosticar una tasa de paro del 11,8% para 2023, la misma cifra adelantada por el Gobierno en el mes de octubre. Al tiempo que tanto la Comisión Europea como la OCDE -el organismo que engloba las 38 principales economías del mundo- señalaron que el indicador de desempleo se situaría por encima del 12%, pese a actualizar sus cálculos en el mes de noviembre. Concretamente, el órgano ejecutivo de la Unión Europea hizo referencia al 12,1% y la OCDE a un 12% raso.
Sin embargo, en el plano nacional los balances no son muy diferentes, dado que en términos de paro, el empleo se ha situado más cerca de los valores anticipados para 2024 que en los señalados para el año pasado. La previsión del Banco de España coincide con la del órgano de Úrsula von der Leyen, con la de Funcas, la de Caixabank Research, la de CEOE y las aportadas por Repsol, Santander, Oxford Economics y el Instituto Complutense de Análisis Económico. BBVA Research y el Instituo de Estudios Económicos -ligado a la patronal- apuntaron al 12,2% y solo el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid y la Cámara de Comercio de España al 12,4%. Siendo la agencia de calificación francesa EthiFinance Ratings la única del panel de estudios que llegó a prever un 12,6% de paro.
El 2023 cierra con un total de 2,8 millones de personas desempleadas y son un 6,4% menos que a finales de 2022, registrándose el descenso más significativo entre enero y marzo, cuando había 312.000 personas menos que querían trabajar que en diciembre del año previo. La tasa de paro femenino es superior al del masculino, con un 13,36% frente a un 10,30% en un año en el que tanto el Ministerio de Trabajo y Economía Social como el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones han detectado que un importante número de mujeres acudían a registrarse a los servicios públicos de empleo por primera vez, al verse incentivadas -valoran- por el comportamiento del empleo. Este fenómeno también se habría dado algunos meses, aunque en menor medida, entre los jóvenes, por lo que ambos factores contribuyen a elevar la población activa a 24,12 millones de personas.
No obstante queda por conocer cuál ha sido el crecimiento del empleo, en términos de horas trabajadas equivalentes a puestos de trabajo a tiempo completo, un dato que dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística el próximo martes. Entre julio y septiembre este indicador creció un 2,4% respecto al anterior trimestre y un 3,5% interanual. El Gobierno espera que el mercado laboral cierre el 2023 con un alza del 2,2%, al tiempo que la OCDE cree que será significativamente superior y se situará en el 3,2% y tanto la Comisión Europea como el FMI se muestran menos optimistas y señalan al entorno del 1,8%. Este aspecto será clave ya que la recuperación de la productividad previa a la pandemia no se vio acompañada por un auge de las horas, aunque el Ministerio de Seguridad Social apuntaba este viernes a que el número de horas efectivas de trabajo ya se sitúa un 8,3% por encima que en enero de 2019.
Además, este será un debate que cobrará fuerza en las próximas semanas, dado que los agentes sociales y el Ministerio de Trabajo acaban de iniciar la negociación para reducir la jornada laboral máxima a 37,5 horas para 2025. El primer encuentro concluyó en un tono positivo -según las fuentes presentes- y los representantes de CCOO, UGT, CEOE y Cepyme trasladaron al Gobierno su voluntad de avanzar las conversaciones en una mesa bipartita en la que abordarán cómo afectará esta rebaja a cada uno de los sectores económicos y los modelos de empresa. Inicialmente, esta fue una propuesta de la parte empresarial que tanto los sindicatos como el Ejecutivo ha entendido razonable, si bien, los representantes de los trabajadores solo les conceden unas semanas para avanzar en este sentido antes de citarse con Trabajo para avanzar en materia de control del registro de jornada y sanciones al efecto.
