En un escenario donde más de medio millón de jóvenes menores de 25 años en España buscan su primer trabajo, un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) arroja luz sobre la difícil tarea que tienen para obtener su primer empleo. Aproximadamente un 25% de los 216.200 jóvenes en esta búsqueda tarda más de un año en lograrlo, enfrentándose a desafíos significativos como la inexperiencia y la falta de formación adecuada. Son los últimos datos de la encuesta de población activa (EPA) que cifra en 333.400 las personas de cualquier edad que buscan un primer empleo.
La tasa de abandono temprano de la educación en España, aunque ha disminuido del 31,7% en 2008 al 13,9% en 2022, aún se encuentra por encima del promedio de la Unión Europea (9,6%). Este déficit formativo no solo limita las oportunidades de empleo para los jóvenes, sino que también afecta sus ingresos y estabilidad laboral.
Impacto de la baja formación
El informe "Jóvenes y mercado de trabajo" del Ministerio de Trabajo y Economía Social destaca que los jóvenes con bajo nivel educativo tienen tasas de empleo significativamente más bajas en comparación con aquellos con una formación más avanzada. Los datos son contundentes: solo el 17,3% de los jóvenes de 16 a 24 años con baja formación están empleados, frente al 57,8% de aquellos con estudios superiores.
Visión de la OCDE
El informe "Estudio económico de España 2023" de la OCDE resalta que los jóvenes con menor educación son más propensos al desempleo estructural y a trabajar en empleos susceptibles de ser automatizados o en sectores estacionales, como el turismo. Este panorama contribuye a la inestabilidad financiera y al aumento del porcentaje de jóvenes españoles que aún viven en casa de sus padres, situándose en un alarmante 66% en 2022.
Panorama de los Ni nis
El desempleo juvenil muestra notables diferencias regionales en España, con tasas más bajas en Cataluña y País Vasco y cifras significativamente más altas en Andalucía y Extremadura. Paralelamente, aunque el número de jóvenes "ni-nis" (ni estudian ni trabajan) ha disminuido, aún existe una preocupación considerable por su situación.
¿Qué soluciones hay?
La OCDE sugiere que un enfoque más detallado sobre este grupo juvenil puede facilitar el desarrollo de estrategias más eficaces y personalizadas para su apoyo. Se recomienda que el SEPE, encargado de registrar a los "ni-nis" en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil, fortalezca su colaboración con organizaciones locales para alcanzar y apoyar de manera más efectiva a estos jóvenes.
Así, el desafío de encontrar el primer empleo para los jóvenes en España es complejo y multifacético. No solo se trata de superar la barrera de la inexperiencia, sino también de mejorar la calidad educativa y desarrollar estrategias que conecten a los jóvenes con oportunidades de empleo reales y satisfactorias. La clave reside en una acción coordinada entre instituciones educativas, organismos gubernamentales y el sector privado, con el objetivo de construir un futuro más prometedor para la juventud española.
