Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, ha asegurado que es "vital" la retirada de las medidas anticrisis por parte de los gobiernos europeos, tras el descenso en los precios de la energía y los alimentos, lo que "aliviaría las presiones inflacionarias impulsadas por la demanda y evitaría una respuesta de política monetaria más contundente".
"En caso de una nueva crisis energética, dada la limitada capacidad fiscal disponible, las medidas a adoptar deberían ser más selectivas, dirigidas únicamente a los grupos más afectados, y temporales", ha subrayado Hernández de Cos en un artículo compartido por el Anuario del Euro 2024.
El gobernador ha recordado que la política fiscal reaccionó a la invasión de Ucrania con medidas para aliviar el impacto en los precios energéticos y alimentarios en las familias y las empresas. Las medidas permitieron mantener las presiones inflacionarias de la fase inicial, pero su disolución progresiva "está teniendo y seguirá teniendo efectos contrarrestantes".
Según Hernández de Cos, algunas medidas no han sido dirigidas a los grupos más vulnerables, provocando un impulso expansivo más extenso de lo esperado, sumando presiones inflacionarias y complicando el cumplimiento de los parámetros estipulados por el Banco Central Europeo. Así, pide a los gobiernos continuar retirando estas medidas en equilibrio con el descenso de los precios de la energía y los alimentos.
Confianza en los países
Europa se encuentra inmerso en un proceso de reactivación de las reglas fiscales europeas, cuya reforma aun debe ser ratificada por parte del Parlamento Europeo. Para el gobernador, el éxito de las nuevas medidas dependerá de su implementación efectiva por parte de los países.
Hernández de Cos asegura que las nuevas reglas deben ser capaces de evitar el tradicional comportamiento procíclico de las finanzas públicas, y fomentar un grado suficiente de consolidación fiscal durante las expansiones económicas.
El gobernador ha señalado que este nuevo marco debe resultar en una política restrictiva en el área del euro en 2024, seguida de un ajuste fiscal gradual en los años siguientes, en particular en países con desequilibrios fiscales significativos, como en el caso de España.
