El plan de choque que este martes aprobará el Consejo de Ministros contempla más de una veintena de medidas que tienen como objetivo dar respuesta a la crisis y, sobre todo, atajar la incesante subida de precios que se ha agravado aún más con la guerra en Ucrania. En este sentido, buena parte de los focos apuntan a lo que acontecerá en materia energética, dado que rebajar la factura de la luz se antoja como una de las prioridades clave, sobre todo después de que el precio medio de febrero llegase hasta los 277,78 euros megavatio hora (MWh).
Recordemos, además, que en la cumbre del Consejo Europeo de finales de la semana pasada, España y Portugal pasaron a ser consideradas como 'islas energéticas', lo que supone una intervención directa del pool eléctrico sin necesidad de afectar al funcionamiento del mercado único. Con este as en la manga, Moncloa mandará esta semana a la Comisión Europea la propuesta definitiva diseñada con su país vecino para contener el actual estado de alarma energético.
Topar el gas
En este sentido, el plan pasa por fijar un precio máximo a la energía que los ciclos combinados venden a otras centrales de electricidad. Moncloa valora internamente un tope quirúrgico a los ciclos, centrales que queman gas para generar electricidad, de alrededor de 50 euros/MWh, la mitad del valor actual del gas en el mercado ibérico.
La idea que maneja el Ejecutivo es que esta barrera genere un efecto arrastre sobre el resto de tecnologías. En la parte práctica, calculan que esta medida conseguiría reducir el precio final del recibo que se quedaría en el entorno de los 110 euros/MWh, una caída notable respecto al horizonte de precios previsto para 2022, pero que apenas mejora los 113 euros/MWh que se pagaron de media en 2021.
El problema estaría en que, pese a todo, tampoco se lograría cumplir con el compromiso que Pedro Sánchez asumió hace meses de que los españoles paguen por la luz, lo mismo que en 2018, el ejercicio más caro del que se tienen registros desde 2008 hasta la actual crisis energética. Ese año, la factura media fue de 57,29 euros/MWh, cerca de la mitad del umbral que quiere lograr el Ejecutivo con esta intervención.
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