La economía española, insensible al bloqueo político

España lleva ocho meses en un limbo político, pero la economía sigue adelante gracias al gasto de los hogares, la internacionalización de sus grandes empresas y sobre todo la política expansiva del Banco Central Europeo (BCE), señalan varios analistas.

Casi dos meses después de los comicios del 26 de junio, apenas este jueves empezaban a encarrilarse las negociaciones para destrabar la formación de gobierno. Aunque dadas las diferencias entre los partidos, no pueden descartarse del todo unas nuevas elecciones generales, que serían las terceras en un año.

Por el momento, "hay poca evidencia de que esto esté teniendo un impacto significativo", afirma a la AFP Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research para España, amparándose en que la mayoría de indicadores "muestra fortaleza".

En 2015, la economía española fue una de las más dinámicas de la Eurozona con un crecimiento del 3,2%, y suma ya doce trimestres consecutivos de subida del PIB desde la salida de una profunda crisis.

Esta dinámica, añade Cardoso, se está viendo espoleada por el gasto de los hogares, un factor "de lo más sólido que hay en la economía española". El BBVA, apunta, prevé un "crecimiento bastante potente" de dicho gasto de en torno al 3% anualizado en la segunda mitad de 2016.

Según él, el gasto se ha visto dinamizado por gente que durante la crisis no perdió su trabajo y últimamente ha aprovechado para por ejemplo comprarse un coche, un fenómeno temporal que "tiene un límite", advierte Cardoso.

El desempleo por su lado se ha reducido, aunque el dato (20% de la población activa) sigue siendo el segundo más elevado de la moneda única, sólo por detrás de Grecia. El gobierno interino de Mariano Rajoy prevé que se reduzca al 16,6% en 2017.

Intrigas políticas aparte, la economía española, la cuarta de la Eurozona, se ha visto beneficiada como las demás por la política del BCE. Con sus compras masivas de deuda pública y privada, el instituto emisor está propiciando un panorama de tipos de interés bajísimos para el Estado, que se financia a mínimos históricos, y las empresas.

"Políticamente Rajoy se lo apropia (esa situación de tipos bajos), pero no es un hecho que ocurra sólo en España", comenta José Carlos Díez, profesor de economía en la Universidad de Alcalá y especialista en política monetaria.

"En España el efecto de la intervención del BCE ha sido doblemente más intenso que en otros países", tanto para las empresas, estranguladas en los peores momentos de la crisis de 2008-2013, como para el Estado, cuyo bono a diez años cayó recientemente por debajo del 1%, agrega Díez.

Carolina Morcos, analista de Renta4, reconoce que "los sectores más regulados son los más afectados" por la incertidumbre política, citando las empresas de energía y de la construcción.

Un representante del sector energético contactado por la AFP reconoció que hay numerosas cuestiones pendientes en el ramo, como la política de las renovables, "a las que el bloqueo político no está dando solución, ni para bien ni para mal", por lo que se mantiene el statu quo.

Según esa fuente, la internacionalización de un sector que cuenta con compañías como Iberdrola, Endesa o Gas Natural Fenosa "nos ha permitido superar los avatares del mercado doméstico en España en los últimos años".

Del lado de la construcción, el gobierno ha recortado en los últimos meses la inversión en obra pública, como parte de los esfuerzos para reducir un déficit que debe situarse en menos del 3% en 2018.

Pero también en este caso, empresas como ACS, Acciona, Ferrovial, FCC o OHL están esquivando el problema gracias a la internacionalización por la que apostaron tras el estallido de la burbuja inmobiliar en su país de origen.

Entre las señales inquietantes en la economía española, Victoria Torre, analista de Self Bank, detalla que "los volúmenes de negociación son muy bajos" en la bolsa de Madrid, pese a que el crecimiento económico del país es superior a la media de la Eurozona.

Miguel Cardoso afirma, citando cálculos del BBVA, que "este año la incertidumbre estaría restando alrededor de unas tres décimas al crecimiento económico", que de lo contrario podría alcanzar el 3,5% en 2016.

Y advierte que el tiempo apremia: "Ya hemos llegado a unos tipos de interés cero", y nunca se puede descartar que haya algún shock externo. "Para eso necesitamos un gobierno que tome medidas", apostilla.

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