Ni con mandarinas un 46% más caras en las primeras semanas de cuarentena, como denunciaron los agricultores, o la subida de varias frutas un 12,8% y de los alimentos frescos en general un 6,9% en abril, según el INE. Estas subidas de precios que se registraron en las semanas más duras del confinamiento por el coronavirus no incurrieron en comportamientos abusivos, según el criterio del Ministerio de Consumo. Así lo asegura el Gobierno, que aunque monitorizó una treintena de categorías de productos que van desde la alimentación al material deportivo, no detectó que se produjeran prácticas que incurrieran en posibles violaciones de la ley de competencia. Una conclusión que contrasta con las quejas de los consumidores y las organizaciones de jornaleros. Y que se produjeron cuando ir a comprar era una de las pocas actividades que podía hacerse por el estado de alarma.
El Ejecutivo hace este análisis de la situación de la cesta de la compra en una respuesta parlamentaria remitida a tres diputados del PP, y a la que ha tenido acceso La Información. En su texto, señala que el departamento que lidera Alberto Garzón pidió a las comunidades autónomas que estuvieran pendientes de una listado de productos por si se producían encarecimientos exagerados. De ahí, señala que esa información es centralizada por Consumo, y se traslada a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). "Hasta el momento no se han detectado precios abusivos en las actuaciones de inspección llevadas a cabo", señala el Gobierno, que apunta que se basaron en el coste que había en las páginas web de los establecimientos.
Pocas semanas después de iniciar el confinamiento, se empezaron a registrar varias denuncias de organizaciones como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, que alertó de subidas de precios totalmente desproporcionadas. La más llamativa era la de las mandarinas, que de febrero a marzo costaban un 45,7% más. Lo siguiente que más elevó su precio fue el repollo (+28,21%), la zanahoria (+21,57%) la berenjena (+19,05%) y la naranja (+17,42%). Otras como el cerdo o los huevos pasaron a costar de un mes con vida normal a uno con restricciones por la Covid-19 un 6,40% y un 3,57% más respectivamente. Ya en abril, la OCU también alertó de varias subidas generalizadas en el coste de algunos productos. Aunque achacó algunas de ellas al fin de la temporada de los mismos y matizó que no se producían en todos los supermercados.
El INE registró los encarecimientos
Esta valoración también es totalmente distinta de la que mostraron los datos del INE correspondientes al mes de abril, que fue el único entero en el que toda la población estaba obligada a no salir de casa. Según el detalle del Índice de Precios al Consumo (IPC) de ese mes, los productos de alimentación y bebida se elevaron un 4%, el doble que en febrero, y que es un registro que no se veía desde 2013. Algo que se produce por varias subidas dentro de las 221 categorías elegidas para entrar en una cesta de la compra y que el organismo utiliza para elaborar el IPC general. Y que son especialmente acusadas en productos muy consumidos en España. En términos interanuales, la mayor subida de un año a otro fue la de la frutas frescas, que se encarecieron un 12,8%. Después están los pescados frescos o refrigerados (+9,3%) o la carne de porcino (+8,2%).
El resto de bienes de primera necesidad que son muy demandados en el país y que tuvieron subidas significativas son el azúcar (+7,9%), las legumbres y hortalizas frescas (+5,8%), la carne de ave (+5%) y otras carnes (+6,2%). Aunque estas son las más destacadas, casi la totalidad de productos que se pueden comprar en un establecimiento de alimentación han subido su precio en un momento de paralización económica total. En total, un 4% de diferencia en el precio solo en un año, y que repercutió en el bolsillo del consumidor en plena pandemia. Las excepción fueron los aceites y las grasas, que con respecto a abril del año pasado cayeron un 7%. Si solo se tienen en cuenta los meses del confinamiento, que comenzó en marzo, los frescos costaban en abril un 2,6%, con la mayor subida en las legumbres y hortalizas frescas, que se elevaron un 10,4%. Después están el marisco, que en un mes costaban un 3,5% más y el pescado fresco un 2,7% más.
De los lácteos al deporte en casa
La monitorización desarollada por el Gobierno se hizo sobre 30 categorías de alimentos y otros objetos que abarcaban comida de todo tipo, bebidas, artículos de higiene, bricolaje, parafarmacia o productos químicos básicos. Los frescos se dividieron en varias categorías, aglutinando en una a las patatas y las legumbres secas, en otra a las hortalizas frescas, una más de cultivos de frutas, además de varias para los lácteos. Otras que son ajenas a la alimentación son los productos de ejercicio en casa, los equipos de tecnología o los de papel y cartón para uso doméstico y sanitario. Este sistema se inició cuando estalló la pandemia, y desde entonces el Ejecutivo no ha detectado "precios abusivos en las actuaciones de inspección llevadas a cabo, todas ellas en las páginas web de los establecimientos".
La patronal de los supermercados ya se defendió en su día rechazando que se les impusiera un control externo de los precios, al ser un sector que en medio de la crisis sanitaria había demostrado ser "responsable" en momentos tan duros como el del estado de alarma. Como señaló la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), las acusaciones de encarecimiento eran una "falsa polémica" contra un ámbito que había demostrado su eficiencia. Aunque la organización empresarial sí admitió que estaban afrontando sobrecostes, como la compra de material de protección y refuerzo de plantillas, y que eso iba a afectar de manera irremediable a sus márgenes.
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