No es ningún secreto. Los empresarios no se cansan de lamentar y de poner de manifiesto que la regulación excesivamente estricta del extenso menú de contratos que ofrece la legislación laboral española los hace escasamente atractivos para los empleadores hasta el punto de inhibir la contratación y afectar al empleo. La 'tormenta de ideas' solicitada por la Comisión de Diálogo Social y Empleo de CEOE para construir la posición empresarial de cara a la inminente negociación del nuevo marco laboral, en cuanto haya Gobierno y comience en serio la actividad parlamentaria, y plasmada en el documento 'La normativa laboral, a debate', al que ha tenido acceso La Información, revela la profundidad de la reforma del panorama contractual que plantean los empresarios.
En todas las propuestas subyace una idea de fondo. Los empresarios pueden contratar a más trabajadores, pero necesitan un marco que se lo facilite. En relación a los jóvenes, las organizaciones de CEOE reclaman un contrato de formación y aprendizaje más flexible, que por ejemplo les permita incluir a los aprendices en los turnos de trabajo que hace el resto de la plantilla y también hacerlos trabajar en horario nocturno. Esos dos aspectos fueron prohibidos expresamente en la reforma de este contrato que abordó el Gobierno del PP en 2015 y que tampoco ha servido para impulsar la utilización del contrato en cuestión por las empresas.
También reivindican poder utilizarlo no sólo con jóvenes, sino también con parados de larga duración, con independencia de su edad, como una forma de mejorar la inserción laboral de los colectivos con mayores dificultades para encontrar un empleo. La fórmula no parece que tenga mucho recorrido a juzgar por la contestación que generó la propuesta empresarial de eliminar la barrera de los 30 años para la utilización de los contratos de formación hace solo unos meses.
A los empresarios tampoco les convence la actual formulación del contrato temporal. Reclaman "contratos temporales más estables", que respondan a razones fundadas y causas objetivas, que se puedan acreditar, y "vinculados a la duración de la obra, el servicio o las necesidades que los motivan" sin las actuales restricciones que impiden utilizar esa figura más allá de 24 meses por mucho que una determinada obra o servicio se prolongue durante más tiempo.
Recuperar el contrato de relevo bonificado
Las organizaciones empresariales también plantean extender el contrato de relevo bonificado más allá de la industria manufacturera, a otros sectores que por unas razones u otras albergan trabajos especialmente gravosos, y remitir la regulación del contrato fijo discontinuo a la negociación colectiva, de modo que sean los agentes sociales los que lo adapten a sus necesidades y no la ley la que obliga a adaptarse.
El otro gran aspecto a reformar, en opinión de los empresarios, es el contrato a tiempo parcial, caído en desgracia en los últimos años por las estadísticas que aseguran que la mayoría de los trabajadores regulados bajo esta fórmula preferirían estar a tiempo completo y por la sensación de que ha sido utilizado de forma fraudulenta para enmascarar relaciones laborales a tiempo completo.
Los empresarios consideran la regulación actual demasiado rígida e instan a CEOE a influir para reducir dicha rigidez y alumbrar una fórmula más flexible, que permita la distribución de las horas a lo largo de la jornada para poder hacer compatible los estudios o la atención de las necesidades familiares con las necesidades organizativas de las empresas, con el preaviso que establezcan las partes, no la ley.
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