CEOE teme que Sánchez 'regale' Trabajo a Podemos y reclama nuevas elecciones

  • La patronal advierte de que la reforma laboral de UP es más dura que la planteada por el PSOE y apuesta por volver a las urnas para dar "estabilidad".
Sánchez quiere que Garamendi acepte un acuerdo laboral de mínimos con los sindicatos
Sánchez quiere que Garamendi acepte un acuerdo laboral de mínimos con los sindicatos
Moncloa

La posibilidad de que el Ministerio de Trabajo acabe en manos de Pablo Iglesias ha encendido todas las alarmas en la patronal. Los empresarios dan por hecho que en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez el PSOE ha ofrecido a Unidas Podemos la entrada en el departamento responsable de la política laboral y de las pensiones. La idea les gusta tan poco que los mismos que hace apenas unas semanas pedían la formación de un Gobierno cuanto antes ven ahora con buenos ojos volver a las urnas en noviembre. La repetición de las elecciones es, a juicio de la CEOE, el mal menor en estos momentos.

Que Iglesias quiere el Ministerio de Trabajo es evidente. UP ha focalizado sus esfuerzos en arrancar al PSOE carteras sociales desde el principio de las negociaciones. Descartados los Ministerios "de Estado", la hoja de ruta morada fija como prioridad el acceso a departamentos que tengan que ver con derechos sociales. Y aquí entran las relaciones laborales y todo lo que implican (precariedad, salarios...) y, por supuesto, las pensiones. De hecho, los de Iglesias tienen especial ambición por controlar la Seguridad Social... y también la Inspección de Trabajo.

¿Y cómo encaja esto en el actual estado de las negociaciones? Sánchez ha  cambiado el paso y ahora se muestra abierto a incorporar a miembros de Podemos en el Consejo de Ministros. Enterrada ya la posibilidad de una coalición en toda regla, y siempre previo acuerdo programático, está dispuesto a dar asiento en su Gabinete a militantes de la formación morada con más perfil técnico que peso político. Una fórmula un tanto confusa que, según interpreta la patronal, podría materializarse en un ministro de Trabajo "con o sin carné". 

Los empresarios temen que Unidas Podemos logre 'colar' en este departamento clave para la economía a un ministro o ministra independiente propuesto por ellos, o bien a algún integrante de la formación no destacado como militante o secretarios de Estado "con carné". Las opciones son muchas y es que en la CEOE tampoco descartan que puedan producirse modificaciones en la estructura del Ministerio para dar cabida a las exigencias de UP a cambio de su apoyo a la investidura en la votación de la penúltima semana de julio.

Fuentes de la patronal consultadas por La Información dan por supuesto que un pacto con Podemos que haga presidente a Pedro Sánchez implicará sí o sí el área de laboral. "Es la única cartera, fuera de las llamadas 'de Estado', con algo de contenido real e influencia... e Iglesias la ha reclamado desde el minuto uno", recuerdan. Desde esta perspectiva, ante el riesgo de una reforma laboral con consecuencias más duras para los empresarios que la diseñada por los socialistas, y sin olvidar que en el Congreso habría votos suficientes para que saliera adelante, en la patronal empieza a calar la preferencia de "unas nuevas elecciones que otorguen mayor estabilidad al país".

la reforma laboral de podemos

Así es la agenda de Iglesias para Trabajo

En su programa electoral, la formación morada apuesta por la lucha contra la precariedad laboral a través del establecimiento de un contrato único. Quieren que los trabajadores subcontratados tengan las mismas condiciones que la empresa matriz. Buscan establecer una jornada laboral de 34 horas semanales, acabar con la brecha salarial de género y con el fraude de los falsos autónomos. Además, persiguen un salario mínimo de 1.200 euros y más protección por desempleo. En materia de pensiones, quieren establecer la actualización por ley con el IPC, derogar el factor de sostenibilidad y permitir la elección libre de los años de cómputo de la vida laboral para el cálculo de la pensión. También entra en sus planes eliminar reducciones y bonificaciones para alimentar los ingresos de la Seguridad Social.

Volver a las urnas en noviembre es mejor para la economía que derogar la reforma laboral del PP. Así lo ven ahora los mismos empresarios que hace hace apenas una semana ponían el grito en el cielo por unas declaraciones en este sentido de su presidente Antonio Garamendi. El financiero vasco apostó ante los medios de comunicación (y, por tanto, a espaldas del resto de la Confederación) por la celebración de unos nuevos comicios ante de la eventualidad de que Sánchez pudiera conformar un Gobierno inestable. Y encendió los ánimos de una patronal que, hasta ese momento, había presionado para la investidura inmediata.

Cambio de postura 

¿Qué ha cambiado? Tras haber ejercido toda la presión posible sobre Ciudadanos para un Gobierno de coalición con el PSOE y comprobar que los de Albert Rivera no van a moverse ni un ápice de su 'no es no', los empresarios del país ven cada vez más cerca el pacto Sánchez-Iglesias y sus implicaciones no solo para el mercado laboral, sino también en materia fiscal, y han cambiado de guión por preferir el mal menor.

La repetición de las elecciones se ve con mejores ojos que el acuerdo con Podemos no solo porque ese pacto generaría inestabilidad ante los retos económicos que se avecinan y una imagen no deseada de cara a las instituciones europeas, sino también porque para la continuidad de este Gobierno haría falta el concurso de los independentistas catalanes, especialmente. Y en la CEOE huyen de esta suma para la investidura.

Así las cosas, los empresarios prefieren ir a una segunda vuelta en noviembre. Y ello pese a que en privado reconocen que irse de vacaciones sin Gobierno conlleva el riesgo de un verano inmerso en la incertidumbre y una 'vuelta al cole' muy tensa en relación a los datos de empleo, de los que arrojen sectores como el turismo y el automóvil y otras variables. 

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