Ante la incertidumbre global

Los 83.000 millones en préstamos de la UE soportarán el PIB en la nueva legislatura

El ministerio de Asuntos Económicos tiene previsto hacer en los próximos días la solicitud formal del cuarto desembolso de las transferencias directas por valor de 10.000 millones de euros a la Comisión Europea

Nadia Calviño, ÚIrsula von der Leyen, Josep Borrel y Pedro Sánchez
Nadia Calviño, Úrsula von der Leyen, Josep Borrel y Pedro Sánchez
Europa Press

España dio el pistoletazo de salida a la segunda fase del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia una vez que la Comisión Europea aprobó el lunes -casi cuatro meses después de haberla recibido- la adenda al citado plan. Esta desbloquea los 7.700 millones de euros en transferencias adicionales, los 83.000 millones en préstamos en condiciones ventajosas y los 2.600 millones del mecanismo REPowerEU, diseñado para acelerar la transición energética. La nueva etapa se inicia con un Ejecutivo aún en funciones, y con el más que previsible encargo a Pedro Sánchez para que trate de formar un nuevo Gobierno tras la audiencia que mantiene este martes con el Rey. 

La próxima legislatura contará prácticamente de principio a fin con el oxígeno de esta financiación en un contexto macro cada vez más complicado por los focos de incertidumbre globales. Para lograrlo España deberá ser capaz de sacar adelante las nuevas reformas a las que se ha comprometido (nueve) y cumplir con los hitos ajustándose al nuevo calendario. No va a ser fácil, puesto que la disolución de las Cortes tras la convocatoria de las elecciones generales del pasado 23 de julio dejó en el limbo algunas medidas pactadas y el Gobierno en funciones no ha podido solicitar hasta la fecha ninguno de los dos desembolsos que tenía previsto realizar este año por valor de 10.000 y 7.000 millones, respectivamente.

Fuentes del ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital confirman que en los próximos días se hará la solicitud formal del cuarto pago de las ayudas directas, que ascenderá a esos 10.000 millones de euros. Según los cálculos de la Comisión Europea, el despliegue de los fondos tiene potencial para aumentar el nivel del PIB nacional entre un 2,7% y un 3,5% de aquí a 2025, un periodo en el que organismos como el Banco de España (BdE) prevén que el país haga frente a una inflación más elevada y persistente de lo que se había estimado hasta ahora ante la fuerte subida que están registrando los precios energéticos y, muy especialmente, el del petróleo.

El petróleo, disparado, se suma a otros focos de inestabilidad

Sólo el barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, se ha disparado más del 29% desde el mínimo anual de 71,84 dólares que marcó el pasado mes de junio, según Bloomberg. Los recortes de producción de la OPEP, las restricciones a la exportación de gasolina y gasóleo impuestas por Rusia y la demanda históricamente alta hacen prever más tensiones a futuro en este sentido, con el consiguiente impacto en los combustibles. Estos encadenan doce semanas consecutivas al alza, tal y como refleja el Boletín Petrolero de la Unión. Su incremento en el último mes y, en mayor medida, el de la electricidad ha tensado la tasa general de inflación al 3,5% en septiembre, de acuerdo con el dato avanzado la pasada semana por el Instituto Nacional de Estadística.

El propio Banco de España advertía de que la inflación volverá a tocar techo a mediados del año que viene en el entorno del 5% en España y en el caso de la Eurozona en general ha sido el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, quien ha advertido de que la caída de la inflación no será tan "intensa" ni tan "profunda" como la que se vivió en las dos últimas décadas y ha anticipado un estancamiento económico en la región. En el marco del XV Foro Empresarial del Diario Vasco, De Guindos se refería a la situación política interna deseando únicamente que "haya estabilidad para tomar decisiones", porque "los tiempos que vienen no son fáciles".

Habrá, por tanto, más tensiones inflacionistas en el medio plazo en un entorno donde existen otros focos importantes de inestabilidad sobre los que advierte la consultora de análisis de mercados MacroYield. Son factores como el deterioro en la confianza de los consumidores, la expectativa de debilitamiento económico en la Eurozona, la fragilidad del sector inmobiliario chino y, sobre todo, unas condiciones financieras más restrictivas a cuenta de las subidas de tipos con las que el Banco Central Europeo pretende atajar la inflación. 

Todos convivirán con la recuperación de las reglas fiscales en Europa, con la obligatoriedad, de nuevo, de ceñirse a unas metas de déficit y deuda. En el caso español, la revisión al alza del crecimiento desde 2021 que ha llevado a cabo Estadística ha permitido reducir la ratio de deuda sobre PIB en el segundo trimestre hasta el 111,2%, según el Banco de España. Sin embargo, la economía nacional ha dado ya los primeros indicios de desaceleración, puesto que en el segundo trimestre creció una décima menos que en el primero, un 0,5%, e indicadores del verano como la encuesta PMI a los gestores de compra apuntan a un debilitamiento de la actividad en los servicios, que venían protagonizando hasta ahora la recuperación.

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