Francia aguanta la crisis mejor que el sur de Europa y mira al modelo alemán

  • Francia, que ha aguantado relativamente mejor la crisis que sus vecinos del sur, mira para resolver sus puntos débiles del mercado laboral y del comercio exterior al referente de Alemania, aunque la imposición de sus exigencias de ajuste en la UE se ha convertido en punto de fricción en la campaña.

Ángel Calvo

París, 13 abr.- Francia, que ha aguantado relativamente mejor la crisis que sus vecinos del sur, mira para resolver sus puntos débiles del mercado laboral y del comercio exterior al referente de Alemania, aunque la imposición de sus exigencias de ajuste en la UE se ha convertido en punto de fricción en la campaña.

Los dos principales candidatos a las presidenciales, el conservador Nicolas Sarkozy y el socialista François Hollande, se han comprometido a cumplir con el objetivo europeo de un límite de déficit público del 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013, pero se han enfrentado sobre el nuevo tratado de la UE negociado en diciembre por el primero con la canciller alemana, Angela Merkel.

Hollande anuncia desde diciembre que si llega al poder renegociará el acuerdo para incorporar estímulos al crecimiento porque teme sus efectos recesivos y ampliar el papel del Banco Central Europeo (BCE), en particular para que pueda comprar directamente deuda de los países objeto de ataques de los mercados, como ha ocurrido estos últimos días a España.

Sarkozy, que ha defendido su acción en los últimos años "para proteger a los franceses de la crisis", y que precisamente por el cumplimiento en los tres últimos años de las metas de déficit ha permitido que Francia siga pagando tipos de interés por la deuda "históricamente bajos", no ha dudado en calificar de "irresponsable" la posición de su rival.

Lo cierto es que los números rojos de las cuentas públicas en 2011 quedaron en el 5,2 % del PIB tras el 7,1 %, y eso significó cinco décimas menos del compromiso contraído ante sus socios europeos por el Gobierno francés, que ha avanzado que este año volverá a reducirlo hasta el 4,4 % del PIB.

Para conseguirlo, el Ejecutivo francés tiene grandes expectativas de evitar la recesión que están sufriendo buena parte de los países de la zona euro, y en particular los del sur (de momento su economía ha estado estancada en el primer trimestre), y crecer un 0,7 % en 2012 y un 1,75 % en 2013.

El presidente-candidato lleva semanas jactándose de que Francia es el único país de la OCDE cuyo PIB desde 2009 no ha caído ni un solo trimestre y el único entre los grandes europeos donde el poder adquisitivo ha aumentado todos los años, de media un 1,4 %.

Hervé Boulhol, experto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), constató que "en Francia el crecimiento es menos volátil que en otros países" de su entorno, entre otros factores por ser una economía grande, diversificada y menos especializada que otras.

En ese sentido, sectores particularmente afectados por la crisis, como las finanzas o la construcción, no tenían tanto peso relativo como en el Reino Unido, Irlanda o España.

Francia cuenta igualmente -señaló Boulhol, en declaraciones a Efe- con una red de protección social que "amortigua" los choques, como ocurrió en 2008 y en 2009, pero que supone que la recuperación es también menos reactiva.

Otros factores de la resistencia francesa a la crisis han sido una política presupuestaria que desde 2008 "ha sido relativamente adaptada" y una tasa de endeudamiento de los hogares baja, en parte porque "hay una política de créditos prudente", indicó.

Este especialista del análisis económico destacó que "el mercado laboral es el talón de Aquiles de la economía francesa", entre otras cosas porque el salario mínimo es muy elevado en relación con el salario medio y porque también son muy elevadas las cotizaciones sociales.

Sarkozy quiere reducir esas cotizaciones, con el argumento de defender a las empresas que producen en Francia, frente a los productos importados, inspirándose en Alemania, a la que toma repetidamente como modelo, mientras se sirve de España y de Grecia como ejemplos de lo que no hay que hacer.

Su mayoría conservadora aprobó en febrero una rebaja de las cargas patronales compensada con una subida del IVA, cuyo tipo general debería pasar del 19,6 % actual al 21,2 % desde octubre.

Hollande ha advertido de que si llega al Elíseo suprimirá esa subida del IVA, por considerar que ese castigo del consumo, además de ser socialmente injusto, perjudicaría la economía.

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