En juego el 20% de los ingresos

La guerra económica entre Estados Unidos y China pone en una encrucijada a Apple

La tecnológica estadounidense había logrado esquivar hasta ahora las balas que se intercambiaban ambas potencias en forma de declaraciones y políticas económicas. Sin embargo, el 2024 podría ser diferente.

Logo Apple
La guerra económica entre Estados Unidos y China pone en una encrucijada a Apple. 
DPA vía Europa Press

Apple se ha convertido en los últimos tiempos en la empresa tecnológica estadounidense que ha apostado más fuerte por la interdependencia económica entre China y Estados Unidos. En la comercialización y producción de los iPhones son necesarios tanto los trabajadores como los consumidores del gigante asiático. Una realidad que puede resultar muy peligrosa para la empresa con sede en Cupertino tras el deterioro de la relación entre las dos superpotencias. Especialmente para su director ejecutivo, Tim Cook, quien fue responsable de la decisión de Apple de externalizar la producción a China mucho antes de sustituir al frente de la compañía de la manzana a Steve Jobs en 2011. 

Hasta el momento, la guerra comercial entre Estados Unidos y China que arrancó bajo la presidencia de Donald Trump y se intensificó con Joe Biden no había perjudicado a la empresa. Las acusaciones del actual mandatario de la Casa Blanca, que tildó de "dictador" al presidente de China, Xi Jinping, y lanzó una agresiva campaña para impedir que China desarrollara semiconductores con el objetivo de limitar la dependencia estadounidense del país parecía perjudicar a Apple. La compañía registró unos ingresos de aproximadamente 73.000 millones de dólares durante 2023 en la región que denomina Gran China, que incluye operaciones en Taiwán y Hong Kong, frente a los 32.000 millones de dólares contabilizados en 2014. 

Aunque los negocios se desaceleraron en China durante el año pasado, no lo hicieron tan rápido como en otros lugares. Alrededor del 19% de los ingresos de Apple procedieron del país en su último año año fiscal que terminó en septiembre, ligeramente por encima de los contabilizados en 2022. No obstante, Apple comienza 2024 en peligro de verse afectada por las tensiones geopolíticas. Esto sería una mala señal para otras empresas estadounidenses que enfrentan una creciente presión por parte de Pekín, tanto a través de regulación como de una competencia feroz por parte de empresas nacionales que los responsables políticos chinos han buscado fomentar durante mucho tiempo.

En septiembre, las agencias gubernamentales chinas informaron en algunas ciudades a sus empleados de que ya no podían utilizar teléfonos Apple en sus trabajos, como parte de un plan más amplio por mantener el iPhone fuera de las oficinas estatales. Para diciembre, múltiples empresas respaldadas por el Estado y departamentos gubernamentales en al menos ocho provincias habían instruido a los empleados a utilizar dispositivos fabricados por marcas locales, un importante paso adelante en su campaña, según informó 'Bloomberg News'. 

Los funcionarios chinos respondieron al informe inicial sobre las nuevas restricciones alegando que el país no ha prohibido los teléfonos fabricados por Apple ni por otras empresas extranjeras, aunque también hicieron referencia a "incidentes de seguridad relacionados con los teléfonos Apple". Unas restricciones que desde Washington las describieron como "una represalia agresiva e inapropiada", mientras Cook pareció restar importancia al informe en una entrevista con 'CBS News', señalando que no había visto ningún cambio oficial de política.

Los usuarios chinos de smartphones podrían haber ignorado la prohibición de no ser por un segundo factor: los avances tecnológicos de las empresas chinas. Pekín ha intentado expulsar a Apple del mercado nacional de teléfonos inteligentes durante más de una década, en su mayoría sin éxito, según James Lewis, ex diplomático estadounidense y actual vicepresidente sénior del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. "Lo que ha cambiado es que hay algunos teléfonos chinos realmente buenos", dice.

En agosto, Huawei Technologies anunció un dispositivo que es aproximadamente comparable a un iPhone 15 Pro Max de alta gama. El nuevo dispositivo, el Mate 60 Pro, supone un regreso a la escena para Huawei, que brevemente superó a Apple en ventas de 'smartphones' en 2019 antes de ser excluido del mercado de teléfonos de alta gama. Trump instituyó controles de exportación en 2020, prohibiendo a Huawei adquirir chips avanzados de proveedores globales, incluida la líder del mercado, Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC). Esas restricciones hicieron que Huawei se quedara sin chips, y su cuota de mercado se desplomó durante 2021 y 2022- 

El Mate 60 Pro no utiliza un chip de TSMC. En cambio, funciona con uno fabricado por Semiconductor Manufacturing International (SMIC), una empresa respaldada por el estado con sede en Shanghái. En 2020, los mejores chips de SMIC se basaban en un proceso de 14 nanómetros, lo que los colocaba años detrás de la tecnología de vanguardia. Por comparar, los dispositivos de Apple más potentes emplean chips de 3 nanómetros. En cambio ahora SMIC es capaz de fabricar chips utilizando un proceso de 7 nm, una tecnología que lo acerca un poco más a la paridad con los procesos utilizados por el gigante estadounidense. 

La cuota de mercado de Huawei en el segmento de teléfonos de alta gama ya ha aumentado, del 11% en 2022 al 24% durante el tercer trimestre de 2023, según IDC. El éxito del nuevo teléfono llevó a esta consultora a reducir su pronóstico de ventas de Apple en China para 2024, según Nabila Popal, directora de investigación de la firma. "El éxito de Huawei afecta de manera más significativa al crecimiento de Apple en China", alega. 

Cinco millones de empleados en China

Apple aún tiene una gran base de fanáticos en China, y en diciembre hubo largas colas en la tienda insignia de la compañía en Pekín mientras los compradores esperaban para recoger sus nuevos iPhones. Apple ha buscado afianzar su compromiso con el país, señalando que su cadena de suministro emplea a unos cinco millones de personas en China. Durante una visita a la capital el pasado marzo, Cook dio un discurso elogiando la relación "simbiótica" de Apple con China.

Sin embargo, entre bastidores, Cook parece estar tratando de protegerse en medio de la retórica cada vez más hostil entre China y Estados Unidos, y las preocupaciones acerca de los peligros de la concentración de la cadena de suministro planteada tras las restricciones de Covid-19, así como por las protestas violentas en una fábrica de iPhones a fines de 2022. Apple ha intensificado sus esfuerzos para trasladar parte de la fabricación a India y el sudeste asiático. Proveedores como Foxconn Technology Group de Taiwán y Tata Group de India están expandiendo o planificando nuevas plantas en India, donde Apple también espera vender más dispositivos.

La diversificación de la cadena de suministro parece, al menos en parte, un intento de reducir la exposición de Apple a los factores geopolíticos. Pero puede estar teniendo el efecto contrario, ya que la compañía es un importante empleador en China, y la represión gubernamental a los iPhones podría interpretarse como una advertencia sobre la externacionalización fuera del país. En noviembre, la principal ejecutiva de Apple en China, Isabel Ge Mahe, ofreció lo que parecía ser una respuesta: una rara entrevista con los medios estatales en la que elogió a los fabricantes chinos por desempeñar un papel crucial en la cadena de suministro de la compañía.

Si su entrevista fue diseñada para calmar las tensiones, puede que no haya sido suficiente. Las nuevas restricciones a las empresas respaldadas por el estado continuaron al mes siguiente, amenazando con cortar el acceso a Apple a unas 80 millones de personas que trabajan en empresas nacionales, en un momento en el que los competidores chinos ofrecen alternativas cada vez más similares a las de Apple. "Los teléfonos Apple siguen siendo los mejores del mercado", dice Lewis. "Pero cada año la brecha se estrecha".

Si bien la cotización del grupo se ha resentido de forma puntual ante estos acontecimientos, especialmente, en septiembre, tras el veto a los funcionarios, esta cotizada ha vivido un 2023 fulgurante, con un rebote superior al 43% en el último año, aunque se ha quedado por debajo de los tres billones de capitalización que llegó a alcanzar a mediados de año, marcando un hito en Wall Street al convertirse en la primera cotizada en lograrlo. Sin embargo, el arranque de 2024 no ha sido tan positivo con dos sesiones consecutivas a la baja en medio de la revisión de Barclays que augura un freno en las ventas del iPhone 15, sobre todo en China, que el mercado ha interpretado como una señal de advertencia para las ventas del iPhone 16, a lo que se suma una menor demanda en el negocio de servicios a causa del marco regulatorio.  

Mostrar comentarios