La compraventa de vehículos, tanto cuando se trata de coches nuevos como de segunda mano, está sujeta al pago de distintos impuestos. De esta manera, tanto el comprador como el vendedor tendrán que dar cuenta a la Agencia Tributaria por los distintos tributos que gravan este tipo de operaciones.
De esta forma, la adquisición de un coche se encuentra sujeta al pago del IVA, un impuesto que es de aplicación tanto sobre automóviles nuevos como de segunda mano, siempre que sean vendidos por una empresa como parte de su actividad profesional o empresarial. Este impuesto será pagado por el comprador y declarado por el vendedor. Con carácter general, su tipo impositivo es del 21%, aunque en el caso de los vehículos destinados a personas con movilidad reducida desciende hasta el 4%.
Por otro lado, también hay que hacer frente al abono del Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT), popularmente conocido como impuesto de matriculación. Este tributo también grava la compra de vehículos en España, afectando tanto a los nuevos como a aquellos que sean de segunda mano, siempre y cuando no se hayan matriculado con anterioridad en España. De nuevo, se trata de un impuesto que corre a cargo del comprador, aunque si se adquiere el automóvil en un concesionario, es habitual que estos se encarguen de su tramitación ante la Agencia Tributaria.
Con respecto a este último, el tipo impositivo de aplicación dependerá de la Comunidad Autónoma, así como de las emisiones de CO₂ del vehículo, de forma que el porcentaje puede situarse entre el 0% y el 16% de la base imponible.
Además de los impuestos mencionados a liquidar en la compra del coche, no hay que olvidar el pago del impuesto de circulación, una tasa que se paga de forma anual tanto en coches nuevos como de segunda mano. Es obligatorio y depende de cada Comunidad Autónoma.
Los impuestos en compraventa de un coche entre particulares
Una vez vistos los impuestos a pagar en las operaciones de compraventa a un profesional del sector, conviene tener en cuenta que también se encuentran sujetas a gravamen las realizadas entre particulares, que en este caso tendrán que abonar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Dado que se encuentra cedido a las Comunidades Autónomas, el tipo impositivo del mismo puede variar entre el 4% y el 8% del valor total del coche. Por ejemplo, en Cataluña y Navarra no es obligatorio pagarlo si es un coche de más de 10 años y su valor no supera los 40.000 euros.
En este caso no habrá que pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), puesto que, aunque se paga al comprar bienes de consumo y los coches lo son, solo será obligatorio cuando el vehículo de segunda mano se compre a una empresa. Si la operación se da entre particulares, por tanto, no habrá que liquidarlo.
