Indignación en Canadá después de que el gobierno local ponga fin a la renta básica

  • La provincia de Ontario llevaba a cabo un proyecto de renta básica del que se beneficiaban 4.000 personas, pero el nuevo primer ministro lo canceló.
Fotografía de dólares canadienses.
Fotografía de dólares canadienses.
Pixabay.

No corren buenos tiempos para la renta básica. Si bien en diferentes partes del mundo se están llevando a cabo proyectos de gran envergadura (cabe resaltar el de Kenia que tiene previsto durar 12 años), los últimos experimentos a gran escala han sido cerrados.

El pasado 24 de abril Finlandia anunciaba que ponía fin a la renta básica de 560 euros tras aplicarla en 2.000 personas desempleadas durante dos años  de prueba. El país escandinavo fue el primer europeo en poner en marcha una medida tal, que ahora también sopesa Francia, y decidió aplicarla a personas sin trabajo con edades comprendidas entre los 25 y los 58 años. La agencia de seguridad social del país, Kela, pidió al Gobierno fondos extra para continuar con el proyecto, pero las autoridades políticas dijeron basta y pusieron fecha de cierre a la renta básica en enero de 2019.

Sin llevar a cabo un análisis detallado, el Gobierno indicó que optaría por otras medidas para las personas en paro, como jornadas de formación o la posibilidad de encontrar un empleo en un plazo no superior a tres meses. 

Cruzando el charco, en la provincia de Ontario en Canadá (la más grande de la nación), se desarrollaba hasta la fecha un proyecto de renta básica similar al finlandés.

Cerca de 4.000 personas estaban recibiendo un salario mensual gracias a una iniciativa puesta en marcha por la ex primera pinistra de Ontario Kathleen Wynne, perteneciente al partido liberal.

De este modo, los ciudadanos que ganaban menos de 34.000 dólares canadienses al año (22.000 euros) podrían recibir hasta 17.000 más al año (11.000 euros), y las parejas que no llegasen a los 48.000 dólares de ingresos (31.000 euros) optaban a 24.000 más (15.000 euros).

El programa comenzó en julio de 2017 y estaba previsto que estuviese en marcha al menos durante tres años. El coste estimado del mismo era de 50 millones de dólares. 

Los ciudadanos, en shock

Precisamente el coste de la renta básica ha sido el motivo que ha utilizado el nuevo Gobierno del Partido Conservador Progresista de Ontario para desecharla antes de tiempo. "Es muy caro y claramente no es la respuesta que las familias de Ontario necesitan", indicó Lisa Macleod, la responsable del Ministerio de Juventud, Comunidad y Servicios Sociales de la provincia.

La cancelación ha tomado por sorpresa a los beneficiarios y a los impulsores del proyecto, que no han dudado en mostrar su rabia e indignación.

"Estoy en shock. Tenía un plan financiero de tres años y ahora ha desaparecido", explica Dave Cherkewski, uno de los ciudadanos del proyecto en declaraciones recogidas por 'CBC'.

Tom Cooper, director de la Mesa Redonda para la Reducción de la Pobreza de la comunidad de Hamilton califica la cancelación como "un acto vergonzoso", más aún teniendo en cuenta que la renta básica estaba funcionando, según sus datos.

"El feedback que estábamos recibiendo era el de gente que estaba comiendo más sano. Son capaces de participar de nuevo en la comunidad. Vuelven al colegio, se compran ropas de invierno que antes no podían permitirse para superar el frío... Estas son verdaderas historias humanas que han sido echadas a perder por un una decisión política insensible y enferma", concluye.

Mostrar comentarios