Los índices de sostenibilidad marcarán la estrategia y la gestión de las empresas

Los índices de sostenibilidad serán fundamentales en la gestión y en las decisiones estratégicas de las compañías a medida que evolucionen y se adapten a las exigencias de los consumidores del futuro y los inversores, hasta el punto de que marcarán gran parte de la rentabilidad y el rendimiento financiero de las organizaciones. Esa fue la principal conclusión del foro sobre 'La importancia de los índices de sostenibilidad', organizado por La Información con la colaboración de Ferrovial. En el encuentro virtual estuvieron presentes Antonio Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA; Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners; Mónica Oviedo, responsable de Sostenibilidad en Iberdrola; y Cristina Moral, gerente de Responsabilidad Corporativa de Ferrovial.

Cristina Moral, de Ferrovial, comenzó recordando que los índices de sostenibilidad replican a los bursátiles, pero están compuestos por empresas que ponen el foco en el desempeño de los aspectos medioambientales, sociales y de buena gobernanza. “Se trata de tres elementos de gran utilidad porque hoy en día el 85% de los inversores incluye estos términos en su toma de decisiones, por lo que cualquier empresa quiere estar en estos índices”. Además, indicó que son indicadores muy recientes, ya que surgieron hace solo 20 años y añadió que “para estar en ellos hay que introducir la sostenibilidad y los citados criterios ESG (por sus siglas en inglés) en la estrategia de la compañía a largo plazo”. Según apuntó, “estos índices están de moda y cada vez son más las agencias de rating y analistas externos que los lanzan, con distintas y variadas metodologías, que son difícilmente comparables”.

Carmen Gómez-Acebo, de Coca-Cola, explicó también que los distintos índices miden cosas muy diferentes y, por eso, ahora se encuentran en proceso de convergencia, con el fin de que “cada vez haya menos y sean más globales”. De hecho, recordó que se está desarrollando una directiva europea para el reporte de sostenibilidad que trata de integrar a los diferentes índices, fundamentalmente los americanos con los europeos. Además, según indicó, se está produciendo también una evolución hacia “un análisis de doble materialidad”, consistente en analizar no solamente los riesgos de las empresas en estos temas, sino también lo que les aportan sus actuaciones sociales y de medio ambiente. Así, estas estrategias se están integrando en los niveles más altos de las compañías y en los consejos de administración. “Nosotros, por ejemplo, tenemos una comisión de sostenibilidad, donde se habla de todo esto y de los índices, y el tema llega también hasta el al consejo de administración”.

Antonio Ballabriga, de BBVA, afirmó que el sector financiero “es una palanca clave para toda esta transformación” y los índices constituyen “una herramienta que ha permitido ordenar un poco el mercado y tener un crecimiento en la canalización de flujos financieros hacia proyectos y compañías que integren la sostenibilidad en su día a día”. Además, llamó la atención sobre dos elementos complementarios. Por una parte, “hay índices generalistas conocidos muy pegados a lo que sería una colaboración holística de la compañía desde el punto de vista social, ambiental y de buen gobierno, como el Dow Jones (Estados Unidos) o el FTSE (Gran Bretaña). Y cada vez están tomando más tracción ciertos índices temáticos, por ejemplo, los climáticos, pero también alguno de género como el de Bloomberg”. Y, por otra parte, “hay que diferenciar los índices de las agencias de análisis, que proveen la información sobre la que se basan”.

Mónica Oviedo, de Iberdrola, planteó la sostenibilidad como un ámbito general que afecta a muchos temas y que comprende toda la cadena de valor de una compañía. “Nuestros clientes nos preguntan por asuntos tan dispares como la ciberseguridad, la política de proveedores, la igualdad de género, los riesgos, la biodiversidad, el cambio climático o la gestión de los empleados”. Y es que la sostenibilidad, según esta experta, cuenta con un gran número de cuestiones a valorar. “Los inversores y los distintos grupos interés nos van planteando de forma anticipada temas que luego se convierten en relevantes, como sucedió en su día con la gestión de agua o la igualdad de género”.

Cómo poner orden

Los participantes en el foro de La Información coincidieron en la necesidad de poner orden en la amalgama de temas, ámbitos e índices relacionados con la sostenibilidad. Cristina Moral (Ferrovial) abogó por hacerlo a partir de la formación en esta materia de todos los grupos implicados. “Los departamentos de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa de las empresas hemos hecho un trabajo en silencio durante muchos años; y ahora parece que todos, analistas, inversores y accionistas, son expertos en sostenibilidad, lo que provoca un gran ruido en el mercado”. Pero es importante analizar en profundidad cada uno de sus ámbitos”. Por otra parte, recordó la directiva europea de 2018 sobre el tema, que se actualizará próximamente, y que podría establecer una serie de parámetros para favorecer la comparabilidad. En definitiva, Moral considera importante “aunar metodologías, formación e información, y poner orden en general”.

Carmen Gómez-Acebo (Coca-Cola) aseguró que los inversores y consumidores tienen “una preocupación real y creciente por el cambio climático, que está impactando también en la manera en la que actuamos las empresas, con una exigencia cada vez mayor de incorporar la sostenibilidad en nuestros planes de negocio y en todo lo que hacemos”. “Nuestros clientes de hostelería y algunos supermercados, por ejemplo, ya están participando con nosotros en programas en este sentido”. Y es que muchos estudios confirman que “los consumidores, cada vez más, tienen en cuenta en sus decisiones de compra no solo los productos, sino también cómo se elaboran”. Por su parte, los inversores se preocupan de forma creciente por todos los temas ESG. En paralelo, “los índices de sostenibilidad han ido evolucionando y sofisticándose. Al principio solo se centraban en medio ambiente, porque era lo más fácil de medir, lo más tangible y regulado, pero ahora también se enfocan en todos los ámbitos sociales y de buen gobierno”.

Antonio Ballabriga (BBVA) insistió en la importancia de la comparabilidad en los índices de sostenibilidad y se mostró favorable de que “el regulador esté tomando ya cartas en el asunto”. Según explicó, la Comisión Europea ha impulsado dos líneas de trabajo que van a ayudar a mejorarla, además de aumentar la transparencia de los índices y las agencias de análisis. La primera consiste en establecer “un marco de referencia para que las propias agencias tengan que calificarse también y sean más transparentes”. Y la segunda, que se encuentra más avanzada, es “una propuesta de modelos para definir índices de referencia en materia climática”. Uno de estos modelos estaría compuesto por los índices alineados con la descarbonización que requiere Europa y que supone la reducción del 55% de las emisiones en 2030 y la neutralidad climática en 2050. Mientras que otro está más enfocado hacia la transición y es menos exigente.

Colaboración público-privada

La responsable de Iberdrola afirmó que, con la ayuda de la Agenda 2030, esta compañía ha identificado claramente sus objetivos prioritarios relacionados con la energía limpia, no contaminante, y el cambio climático, que guían su estrategia de sostenibilidad. Y explicó que “al tomar una decisión energética tienes que tener en cuenta tres variables para que sea sostenible: que sea competitiva, con seguridad de suministro y protegiendo el medio ambiente”. Además, como ejemplo de esta estrategia, recordó que “en 2018 la compañía aprobó el dividendo social, además del económico, con el que se compromete a dar un retorno no solo económico sino también sostenible”.

La gerente de RSC de Ferrovial aseguró que la sostenibilidad “nos da la posibilidad de diferenciarnos y nos proporciona grandes oportunidades de negocio, por ejemplo, buscando nuevas formas de movilidad sostenible, accesibles y baratas”. Y apuntó que los objetivos de su empresa, como la reducción de emisiones, están alineados con la estrategia 2030. Además, recordó que su compañía trata continuamente con las administraciones y aseguró que, en su caso, la colaboración público-privada “está basada en criterios éticos, medioambientales y sociales”.

Para la directiva de Coca-Cola, la colaboración público-privada también es fundamental y la apuesta por las políticas de alianza es un elemento esencial para avanzar en materia de sostenibilidad. Además, esta colaboración puede impulsar la difusión de los índices y servir para que se visualice mejor los avances de las compañías en este ámbito. “Algunos países ya se están planteando exigir a las empresas determinadas pautas ESG para acceder a la financiación pública y/o privada, y yo creo que esto es bueno”.

Transparencia y reputación

Los expertos destacaron también que la sostenibilidad va ligada a la transparencia y la reputación de las empresas. En este sentido, Mónica Oviedo desveló que Iberdrola ha incluido un sistema de puntuación para sus principales proveedores basado en 40 aspectos relacionados con la sostenibilidad. Cristina Moral recordó que Ferrovial fue pionera ya en 2007 estableciendo un sistema de reporting de información no financiera. Carmen Gómez-Acebo indicó que los clientes y grupos de interés de Coca Cola “quieren conocer lo que hacemos y nosotros tenemos el deber de contarlo”.

Por su parte, Antonio Ballabriga, del BBVA, apuntó que “las grandes corporaciones están actuando con un efecto tractor sobre las pequeñas empresas a la hora de potenciar la sostenibilidad”. Y añadió que “el Banco Central Europeo nos ha pedido a los bancos que integremos la sostenibilidad en nuestro día a día y esto la está llevando también al mundo de las pymes, aunque al no cotizar en bolsa no se vean afectadas directamente por los índices”.

Por otra parte, el moderador, Fernando Pastor, planteó si la inversión sostenible también puede generar movimientos accionariales en las compañías, a lo que Antonio Ballabriga respondió que “ya los está produciendo” en algunos casos y entidades puntuales. No obstante, se mostró partidario de que la mejor estrategia es llevar a cabo “un engagement muy proactivo con las empresas en las que se invierte” para conseguir que realicen las actuaciones necesarias para que su impacto social y ambiental sea positivo. Por su parte, Carmen Gómez-Acebo advirtió que “los accionistas que invierten en empresas no sostenibles están asumiendo que tienen un mayor riesgo”. Mientras que Cristina Moral apuntó que “el que invierte en una empresa sostenible tiene una serie de riesgos acotados y una seguridad en la rentabilidad a largo plazo”.

Finalmente, los expertos comentaron cuál podría ser la situación dentro de cinco años. A juicio del responsable de BBVA, “habrá una plena integración de los índices de sostenibilidad y ésta será un componente fundamental de cualquier compañía”. Según la directiva de Iberdrola, “toda empresa que no esté reconocida con unos parámetros de sostenibilidad no existirá y los índices estarán muy vinculados con la parte financiera y mucho más uniformados”.

Desde Coca-Cola indicaron que “nuestros grupos de interés nos reclaman cada vez más la excelencia y debemos trabajar para dársela, y los índices tienen que ir evolucionando y consolidándose para ayudarnos a lograrlo”. Finalmente, la gerente de Responsabilidad Corporativa de Ferrovial aseguró que “en cinco años los índices serán más sólidos, más integrados, más fundamentales en las decisiones estratégicas de nuestras compañías y también en la gestión, y estarán vinculados a rentabilidades y rendimientos financieros”.

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