El debate sobre la contratación temporal

"El mayor problema de la temporalidad es que dificulta conseguir una hipoteca"

Valentín Bote, analista jefe de Randstad, desafía la convención que vincula temporalidad con precariedad y asocia los problemas estructurales del mercado de trabajo a una inadecuada cualificación.

El director de Ranstad Research, Valentín Bote.
El director de Ranstad Research, Valentín Bote.
Bruno Pérez | La Información

"El principal problema de los contratos temporales en España es que suponen un obstáculo a la hora de conseguir una hipoteca o solicitar un préstamo. Esa dimensión financiera, que sólo se da en España es el principal factor de precariedad de la temporalidad en el empleo". A contracorriente del relato gubernamental y de lo que parece ser una verdad casi asumida en los informes de analistas y organismos internacionales, Valentín Bote, director de Randstad Research, el brazo de análisis económico y laboral del gigante holandés de la firma de recursos humanos, rechaza de plano la vinculación casi automática que se realiza entre temporalidad y precariedad y recuerda que en España alrededor de la mitad de los relaciones laborales formalizadas a través de un contrato indefinido ni siquiera llegan al año de duración.

Desde la atalaya que le proporcionan los cientos de miles de contratos temporales que la firma intermedia en el mercado laboral español a lo largo del año el analista jefe de la firma de Recursos Humanos asegura que no observa una precariedad en sus condiciones salariales de los temporales- "los temporales tiene como norma el mismo salario que los fijos que desempeñan las mismas funciones" - ni tampoco en las condiciones laborales. Desmiente que las empresas contraten temporales porque resulte más barato prescindir de ellos que de los trabajadores indefinidos y encuentra factores objetivos para explicar el diferente nivel de temporalidad que presenta España respecto a otros países. Algunos de ellos sorprendentes.

"Hay una dimensión puramente estadística que tiene que ver con cómo se computan determinados tipos de contratos en un país o en otro", señala Bote, que plantea el ejemplo de Países Bajos que hace apenas un año tenía una tasa de temporalidad del 17% y que ahora presenta una tasa más elevada incluso que la española, del 27%, por el mero hecho de que un cambio legal ha hecho contabilizar un determinado tipo de contrato como temporal y no como fijo. "No es que el mercado laboral de Países Bajos se haya precarizado de un año para otro, no ha habido ningún cambio sustancial en su forma de operar, lo único que ha ocurrido es un cambio legal".

Algo similar, pero a la inversa, podría ocurrir también en España si finalmente prospera la iniciativa para convertir en fijos-discontinuos a los trabajadores con una vinculación más o menos permanente con las ETT lo que permitiría convertir de un plumazo a decenas de miles de trabajadores que hoy son temporales en trabajadores indefinidos sin necesidad de modificar de forma sustancial sus actuales condiciones de trabajo. "Será una buena solución si se preservan las actuales condiciones de flexibilidad que las empresas tienen para contratar por esta vía, si no es así no se utilizará", advierte el analistas de Randstad.

Un análisis similar al que hace en relación a una de las medidas más contovertidas planteadas por el Gobierno en la negociación de la reforma laboral: la posibilidad de implantar una tasa de temporalidad máxima del 15%. "Hay sectores donde ese límite no representa ningún problema y otros donde no tendría ningún sentido su implantación. Al final no tiene mucho sentido condicionar la actividad de las empresas por establecer una tasa que te has sacado de la manga".

"Hay que romper con esa idea de que quién tiene un contrato indefinido tiene un trabajo para toda la vida y quién tiene un contrato temporal trabaja por semanas porque no es cierta", recalca el analista. En su opinión, el elemento fundamental a considerar a día de hoy es la empleabilidad "y nosotros trabajamos con profesionales de algunos sectores que tienen una empleabilidad cercana al 100% y que no se plantean trabajar con otro tipo de relación laboral que no sea temporal". 

El círculo 'precariedad-formación'

Contra la espiral 'temporalidad-precariedad' que parece guiar la acción del Ministerio de Trabajo y sus propuestas de reforma laboral, lo que le cuentan los datos al analista jefe de Randstad, que no sólo ha trabajado en el sector privado de los recursos humanos sino que también acredita experiencia en el ámbito laboral de la gestión pública, concretamente en la Consejería de Empleo de la Comunidad de Madrid, es que si hay un factor explicativo de la precariedad laboral en España ése es sin duda la falta de formación.

Valentín Bote 'va a la guerra' contra el relato oficial con datos. Los que dicen que mientras en España el 25% de los parados de larga duración no tienen ningún tipo de cualificación, en el conjunto de la UE esa media es del 11%. Los que atestiguan que mientras el 50% de los trabajadores europeos están titulados en algún grado de Formación Profesional, en España no son más que el 24%; del mismo modo que mientras en España hay un 51% de titulados universitarios esa cifra ce al 43% en la UE. "Y uno mira la estructura económica del país y no parece que esté justificado ese mayor porcentaje de titulados universitarios frente a otros países europeos".

Más datos. En 2007 salieron de las universidades 9.600 titulados en informática, trece años después, en 2020, con una economía mucho más digitalizada y carencia de profesionales en este ámbito el número de titulados que salieron al mercado laboral fue de 5.300...Algo similar ocurre en las ingenierías, que tuvieron 30.000 nuevos titulados en 2007 y solo 24.000 el año pasado. "El sistema universitario está generando profesionales que el tejido productivo no necesita, al tiempo que apenas proporciona perfiles que las empresas no encuentran en el mercado", subraya Valentín Bote, que apunta de forma explícita a esa falta de sintonía entre la cualificación de la mano de obra y las necesidades de las empresas como el principal problema estructural del mercado de trabajo español y una de las claves que explica el elevado paro juvenil español.

Randstad ha puesto en el objetivo la situación de estos jóvenes y ha lanzado una campaña específica para captar a profesionales de menos de 35 años y orientarlos, o reorientarlos en su carrera profesional. La idea de fondo es corregir ese 'pecado original' que viene de la formación universitaria y señalarles el camino de los sectores que ofrecen una mayor empleabilidad para que orienten su futuro profesional hacia esos nichos de empleo.

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