En los centros comerciales

Ni el coronavirus ni la nieve logran gafar el arranque de rebajas de enero

Más de medio centenar de personas que aguardaba a las diez de la mañana a que abriera las puertas de El Corte Ingles de Sol, en Madrid. Algunos iban con bolsas para cambiar los regalos de navidades o Reyes.

Interior de Centro Comercial Las Arenas en Barcelona
Interior de Centro Comercial Las Arenas en Barcelona.
Europa Press

Las rebajas de enero de los grandes centros comerciales han comenzado 'medianamente bien', porque ni el frío ni la nieve y ni tan siquiera la pandemia ha conseguido ahuyentar al más de medio centenar de personas que aguardaba a las diez de la mañana a que abriera las puertas de El Corte Ingles de Sol, en Madrid.

'Medianamente bien' porque el año pasado, en el mismo punto, en las puertas de ese centro que dan a la calle Preciados eran ocho las personas que esperaban a que se abrieran las puertas. Es decir, el arranque no ha estado del todo mal, al menos en el centro de Madrid, y el director de ese centro, Joaquín Benítez, se ha mostrado "optimista y positivo" respecto a las previsiones de ventas, aunque es consciente de la situación que se está viviendo.

Las 'ganas' no quedan por parte de estos grandes almacenes, que han lanzado la campaña "Nuevo año, nuevas rebajas" que deja ver su ilusión y la de todo el comercio de recibir el 2021 con aire nuevo y adaptándose a la realidad social. Mientras Benítez cuenta a los medios las medidas de seguridad y de prevención que se han adoptado frente al virus, los empleados dan los últimos retoques con gel hidroalcohólico a las pantallas de metacrilato que presiden cada una de las cajas y relimpian los objetos de exposición para vender.

Fuera están Lara, José Luis, Orlando, Paloma, Santiago, Carmen y otros muchos que no han querido desvelar su nombre, que se disponen ya a entrar, tranquilos pero sin pausa. No son la marabunta arrolladora de antaño, que entraba a empujones para conseguir ser el primero, pero van ligeros andando, como Lara. Es una ciudadana rusa que quiere hacer algunos regalos para sus compatriotas: "Estoy aprovechándome de las rebajas y no me da miedo venir por el coronavirus, porque lo que hay que hacer es tener precauciones, poner mascarilla, guantes, el gel y no hay problema".

José Luis entra poco después con un amigo y va directo a la sección de deportes porque tiene en mente comprarse unas zapatillas y una sudadera de una determinada marca. "Les he echado el ojo -dice- y vengo a por ellas. No veo mucha aglomeración de gente. Ha sido peor estas navidades. Muchísimo peor. He esperado a las rebajas porque hay una diferencia de precio bastante grande".

Pero los primeros que llegaban esta mañana a las rebajas oficiales de enero, iban con bolsas en sus manos para cambiar los regalos de navidades o Reyes. Orlando es uno de ellos. Lleva tres bolsas en sus manos porque los Reyes Magos le han traído varias cosas que no necesitaba y su intención era cambiarlas porque quería comprar otras que necesitaba.

"Una de ellas es que no me gusta, para nada, una chaqueta naranja y con un precio desorbitado y puedo comprar otras cosas que necesito más. Es que vale 150 euros y me puedo coger otra chaqueta de 40 y con el resto pues cosas que necesito", argumenta. Además, piensa que los Reyes han sido "demasiados generosos"; "desde mi punto de vista no merecía que gastaran tanto. Tampoco me he portado tan bien", ironiza.

Minutos más tarde, llega Paloma con su hija, también "para cambios": "Dos prendas, una no nos gusta y la otra no nos vale, y venimos a primera hora porque pensábamos que no iba a haber tanta gente, así que lo hacemos rápido todo, antes de que se llene de gente, y encima lo conseguimos mas baratos. A lo mejor en vez de un abrigo me llevo dos".

Eso no lo ha debido de pensar Santiago, ni su novia. Esta mañana, antes de trabajar, ha ido a recoger una pulsera que le había regalado a ella por Navidad, pero le quedaba grande y la estaban arreglando, y casualmente le han llamado para que la recogiera hoy. "Pues qué pena, si la hubieras comprado hoy te habrías ahorrado algo de dinero", le comentamos, y contesta: "Es que ha sido casualidad, la idea era un regalo por Navidad".

No venía ni de rebajas ni a devolver algún regalo, igual que Carmen, que va con guantes, mira y remira, toca y retoca los jerseys de una firma y de otra, y le preguntamos: ¿viene a comprar ropa de marca? "Vengo a mirar, me encanta", contesta sin dudar. "Este año no se puede comprar. ¿Para qué? Si no hay ocasión de ponértelo". 

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